Por: Clemente Álvarez
IPCC. Estas son las siglas en inglés del principal organismo de Naciones Unidas para la evaluación científica del cambio climático. Sin embargo, no cuenta con laboratorios, ni toma mediciones relacionadas con el clima, ni realiza investigación alguna.
En español se traduce como Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Intergovernmental Panel on Climate Change) y está encargado de analizar, de manera exhaustiva, objetiva, abierta y transparente, la información científica, técnica y socioeconómica sobre el calentamiento terrestre, para guiar a los gobiernos del mundo sobre este asunto tan complejo. Son las siglas más citadas a la hora de argumentar de forma científica la necesidad de actuar contra el cambio climático y han ganado incluso un Premio Nobel de la Paz, pero también representan una organización de la que se tienen algunas ideas equivocadas y de la que en general se sabe bastante poco. Y ello a pesar de utilizar un sistema de trabajo muy singular que merece la pena conocer.
De forma reciente, se han hecho públicos los nombres de los científicos de todo el mundo que van a participar en la elaboración del próximo informe de evaluación sobre el cambio climático, entre ellos, 13 españoles. La pregunta es: ¿Cómo funciona exactamente el IPCC? ¿Qué se hace para que su trabajo sea objetivo y transparente?
1. Los miembros del IPCC no son científicos, sino países. Como su nombre indica, se trata de un grupo formado por gobiernos, aquellos que forman parte de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) o del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), las organizaciones que crearon el IPCC en 1988. Son estos gobiernos -representados por funcionarios y expertos de cada país-, los que deciden en el Plenario cuándo realizar un nuevo informe, los asuntos que se deben abordar, el esquema general o el plan de trabajo.
2. Hasta ahora se han elaborado cuatro informes. El último, el AR4, presentado en 2007, está formado por tres gruesos tomos de más de 800 páginas y un documento de síntesis mucho más fino. Los tres grandes volúmenes corresponden a los tres grupos de trabajo principales del IPCC (hay un cuarto que se ocupa de los inventarios de gases de efecto invernadero): el grupo I está dedicado a las bases físicas de este fenómeno, el grupo II se encarga de los impactos y el grupo III estudia la mitigación del problema. En estos momentos, se trabaja en el quinto informe de evaluación (AR5), que debe estar terminado para 2014.
3. Para la elaboración de un nuevo informe se pide a los países miembros (y otras organizaciones) que propongan expertos. En este punto, la semana pasada se conoció la selección de 13 científicos españoles entre los 831 especialistas que participarán en el nuevo trabajo de evaluación. Estos científicos han sido escogidos de entre unas 3.000 nominaciones y no cobrarán nada. Su contribución debe ser desinteresada. ¿Los criterios seguidos? “El primer criterio es la excelencia científica y luego la procedencia geográfica, para que haya un equilibrio entre países desarrollados y en desarrollo”, detalla Conchita Martínez, asesora de la Secretaría de Estado de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente.
4. En esta primera selección se designan tres tipos de especialistas: los coordinadores de autores principales (CLA, en sus siglas en inglés), los autores principales (LA) y los revisores editoriales (ER). Son ellos los que van a escribir el informe. Para cada capítulo se asignan dos coordinadores CLA (por lo general uno de país desarrollado y otro de país en desarrollo) y un número indeterminado de autores LA que puede llegar a los 15. El IPCC les dice los puntos que deben ser tratados, pero corresponde a los expertos sintetizar la mejor información disponible sobre cada cuestión en base al conjunto de la literatura científica publicada en el periodo entre un informe y otro. Por su parte, los revisores editoriales (ER) deben verificar la consistencia final de cada capítulo.
5. Mientras este primer grupo de científicos trabaja, el IPCC vuelve a pedir nuevas nominaciones para buscar expertos que se encarguen de revisar lo escrito. Los países vuelven a realizar más propuestas, pero, a la vez, casi todos aquellos científicos descartados en la primera selección para la redacción del informe son escogidos ahora para revisarlo. Así pues, cuando está listo el primer borrador, se manda a estos otros especialistas para que realicen sus comentarios sobre el contenido científico, técnico y socioeconómico.
6. Tras repasar e incluir los comentarios pertinentes al primer borrador, se completa el segundo borrador, que esta vez es sometido a una doble revisión: por un lado, la de los revisores expertos y, por otro, el de los gobiernos miembros del IPCC. De esta forma, se llega al borrador final (empieza a estar claro por qué la fecha para terminar el quinto informe está fijada para dentro de cuatro años).
7. Aún así, el proceso no ha acabado, pues todavía deben ser aprobado el informe en el Plenario: sus tres tomos de cada grupo de trabajo y el informe de síntesis. Y esta aprobación debe ser por consenso. “Primero se debe conseguir el consenso científico, pero luego también el consenso político”, incide Martínez, que considera ejemplar el rigor y la transparencia de este proceso. ¿Qué cambios introducen los representantes de los gobiernos? En cada uno de los cuatro libros, se incluye al principio un resumen para responsables políticos. Es ahí donde los países discuten la redacción línea por línea; en especial, en las páginas de resumen del documento de síntesis, que va a ser lo que se lean los políticos. Si fuera necesario, se puede pedir la ayuda técnica de los coordinadores de autores principales para que no se pierda la coherencia entre el informe de base y el resumen. “La última vez se nos hizo de noche discutiendo simplemente si metíamos o no un gráfico en las páginas de resumen”, detalla la asesora del Ministerio de Medio Ambiente.
A pesar de las diferentes revisiones y filtros llevados a cabo, en el cuarto informe se colaron algunos errores detectados hace unos meses. Son unos fallos menores que no cambian para nada la base científica sobre el cambio climático. Sin embargo, ante las múltiples críticas contra el IPCC, Naciones Unidas pidió a una comisión científica que revisara los procedimientos. “Ha sido algo menor en el conjunto de todo este trabajo", incide Martínez, apoyando la mano sobre los gruesos tomos del cuarto informe de evaluación.
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jueves, 10 de febrero de 2011
NOTICIAS DEL MEDIO AMBIENTE
Fuentes contaminantes de la atmósfera
La forma más simple de clasificar las fuentes contaminantes de la atmósfera es a partir de los procesos que originan las emisiones que a su vez se dividen en naturales y antropogénicas: Naturales son los contaminantes formados y emitidos mediante procesos naturales, como las erupciones volcánicas, emisiones de gases o partículas (polen) por la vegetación y emisiones del mar.
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