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lunes, 31 de diciembre de 2012

CEPLAN: Foro del futuro, El reto es cambiar el mundo sin cambiar el planeta

Lunes 31 de diciembre 2012

El reto es cambiar el mundo sin cambiar el planeta 

CEPLAN organizó tercer Foro del Futuro dedicado al cambio climático Continuando con su compromiso de plantear ideas para construir el Perú del futuro, en Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) organizó el tercer Foro del Futuro, dedicado al cambio climático.


El evento reunió a especialistas de diversas entidades públicas y privadas, de los que resaltan: Eduardo Calvo, Investigador internacional, miembro del equipo internacional de Cambio Climático;
Eduardo Durand, Director General de Cambio Climático, Desertificación y Recursos Hídricos del Ministerio del Ambiente (MINAM);
y Geannine Chabanex,
Representante del Plan CC- Planificación ante el Cambio Climático, quienes, entre otros, plantearon algunas alternativas para ayudar a resolver un problema que nos involucra a todos por igual.

El acto fue inaugurado por el presidente del CEPLAN, Mariano Paz Soldán, quien hizo votos para que todos nos involucremos en un tema fundamental, a fin de mantener una visión de futuro compartida, donde “podamos cambiar el mundo sin necesidad de cambiar el planeta”. 

A continuación intervino el director nacional de Prospectiva del CEPLAN, Carlos Anderson, quien presentó las perspectivas del mundo hacia el 2050. “Dadas las emisiones de CO2 actuales, el planeta va camino a alcanzar un calentamiento de 4° en el curso del siglo, y ninguna nación será inmune al impacto del cambio climático”, señaló.
Además de la variación de la temperatura, el planeta sufrirá otros impactos como la alteración en las frecuencias de las precipitaciones, el cambio de temporalidad de las estaciones.

Asimismo, se producirá una inminente desglaciación, la elevación del nivel del mar y el incremento de eventos climáticos, cuyo impacto traerá consecuencias económicas como la disminución de la producción agrícola, la perdida de la infraestructura y las migraciones.
Frente a este panorama, urge elaborar un plan a fin de reducir los efectos e impactos del Cambio Climático, lamentablemente, en 20 años de protocolos y convenciones los resultados han sido escasos.

 “Tenemos que crear conciencia y convencernos de que nuestro desarrollo sostenible deberá ser moderado por el Cambio Climático”, señaló Eduardo Durand, uno de los panelistas invitados.
De otro lado, Eduardo Calvo recordó al químico sueco, Svante Arrhenius, que en 1896 señaló que las emisiones de CO2 tal vez podrían afectar al clima; en tal sentido, para él esto sería poco probable y de suceder tardaría algunos milenios.
En lo que concierne a nuestro país, Mariano Paz Soldán, postulo la necesidad de convertirnos en una economía verde frente al problema de la deforestación. “CEPLAN tiene que agendar los temas importantes y la deforestación es un problema urgente.

Hay que incentivar económicamente la reforestación y destinar las tierras deforestadas a las plantaciones, como ocurre en otros países”, explicó.
En el intercambio de ideas, algunos panelistas recordaron que nuestros antepasados conservaron una magnífica relación con el medio ambiente, llegando a adaptarse al frío y la altura de la sierra, la aridez de la costa y el calor y la humedad de la selva.
Al respecto, quedó dicho: El cambio climático es un hecho ineludible, y la cantidad de climas y tipos de ecosistemas que tiene el Perú nos genera un problema aún mayor, ya que el cambio en nosotros será muy difícil de prever.

En este aspecto, la necesidad de adoptar medidas para la adaptación a los impactos de cambio climático será tan complicada como necesaria en cuanto a producción de alimentos, infraestructura de riego y transporte, prevención en la salud (producto de las nuevas enfermedades generadas por el cambio climático), etc.

Asimismo, señalaron que la ciudad resulta ser otro factor determinante en el costo de emisiones del Cambio Climático, pues el 95% de la población vive en las grandes ciudades.
 “Y uno de los grandes problemas de nuestro país es el centralismo, pues no existe otro polo de desarrollo además de Lima”, resaltaron. En tal sentido, alentaron el proceso de descentralización, con la participación activa de los gobiernos regionales, en lo que constituye una oportunidad histórica de realizar una acción plurisectorial frente al problema del Cambio Climático.

Finalmente y luego de casi dos horas de enriquecedor intercambio de ideas, el tercer Foro del Futuro fue clausurado por el titular del CEPLAN, Mariano Paz Soldán, quien resaltó la necesidad de involucrarnos y trabajar planificadamente de cara al futuro. 

“El Cambio Climático puede transformarse en una oportunidad para mejorar como país. Podemos lograrlo trabajando juntos. El reto es mantener un desarrollo sostenible con una visión de futuro compartida”, concluyó.


 Fuente: Jairo Armando

¡Qué año! Ve y recuerda los grandes momentos de 2012

2013. ¿Y ahora qué? Una nube de compromisos

Boletín Nº 85 
 Al comienzo de este nuevo año debemos reconocer que no se cumplieron las expectativas que habíamos puesto en 2012 gracias a su proclamación como Año Internacional de la Energía Sostenible para todos y a la celebración de la Cumbre Rio+20.

Ni estos eventos extraordinarios, ni la anual Convención del Clima (Doha, 2012), específicamente centrada en la acuciante problemática del cambio climático, han producido avances significativos hacia la sostenibilidad.

La falta de compromisos vinculantes para hacer frente a la actual situación de emergencia planetaria fue particularmente decepcionante en la Cumbre Rio+20 sobre Desarrollo Sostenible: el documento “El futuro que queremos” aprobado a su término solo contiene buenas intenciones y vagas promesas.
Así lo denunció, entre otros, el Grupo Principal de Comunidades de Ciencia y Tecnología (una de las nueve comunidades que tuvieron acceso oficial al proceso de negociación), lamentando que el documento final no se refiriera al concepto de “límites planetarios”, ni se hubiera aprovechado la oportunidad para expresar la “profunda alarma” de la comunidad científica sobre el estado de los recursos del planeta,  el aumento continuo de las emisiones de gases de efecto invernadero, la inseguridad alimentaria, etc.

Y lamentó, sobre todo, que no se hubieran sentado las bases para una urgente transición hacia una economía baja en carbono y solidaria, que evite los desastres ecológicos y sociales y haga posible un futuro sostenible. Ha faltado, como venimos insistiendo en estos boletines, voluntad política, que no es solo la voluntad de los políticos, sino la del conjunto de la sociedad: hemos de reconocer que, pese al esfuerzo de algunas instituciones y personas, no se ha ejercido la presión social requerida sobre los líderes políticos.

Parece que la urgencia de la crisis económica ha impedido a buena parte de los movimientos sociales y medios de comunicación ocuparse debidamente de los retos planteados por el Año Internacional de la Energía Sostenible para todos y por la Cumbre de la Tierra Rio+20, para hacer frente al conjunto de problemas, estrechamente vinculados, que amenazan nuestro futuro.

Parece no haberse comprendido todavía que la actual crisis solo puede resolverse en la medida en que demos paso a un nuevo modelo económico que propicie un desarrollo humano realmente sostenible.
Un desarrollo que ponga en marcha una profunda transición energética, hoy técnicamente posible, para hacer accesibles a todos recursos energéticos limpios y renovables y reducir drásticamente las emisiones de efecto invernadero.
Un desarrollo que posibilite la gestión racional y sostenible de los recursos básicos y la estabilización de la población por debajo de la capacidad de carga del planeta; que garantice la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza; que disminuya los inaceptables desequilibrios actuales, etc.
Es preciso comprender y hacer comprender que la construcción de un futuro sostenible no es algo que pueda posponerse para ocuparse ahora de “lo urgente”, es decir, de la crisis económica.
Es, por el contrario, la única vía para superar esta crisis, que no es solo económica sino socio ambiental y que se agrava aceleradamente.

No debemos olvidar, sin embargo, que está en nuestras manos lograr que “las buenas intenciones y las vagas promesas” de Rio+20 se traduzcan en hechos.
Está en las manos de todas y todos seguir impulsando el futuro que queremos y que necesitamos. Ejemplos precedentes como el acuerdo mundial -largamente pospuesto también pero finalmente logrado- para dejar de producir los “freones”, que destruyen la capa de ozono, nos hacen ver la necesidad y posibilidad de perseverar hasta alcanzar el éxito.
Por ello, cuando comienza 2013 hay que saludar que la Cumbre de la Tierra Rio+20 no se diera por terminada con la firma de un documento de buenos propósitos y se crearan instancias para el seguimiento e impulso de los compromisos voluntarios adquiridos por todo tipo de instituciones (desde organismos internacionales como la Unión Europea, a gobiernos nacionales o empresas), con metas concretas para periodos definidos de tiempo.
En particular se creó la web “La nube de compromisos” (http://www.cloudofcommitments.org/) en la que se da cuenta de los avances en la realización de cada uno de los proyectos (que superan ya los 250). Esa web, que conviene visitar y divulgar regularmente, se convierte así en una eficaz presión positiva y tiene, además, un efecto de llamada para la incorporación de nuevos compromisos y puede contribuir –si se le da la debida difusión- a la creación del clima social necesario para vencer inercias e intereses particulares a corto plazo realmente suicidas. En la misma dirección, como respuesta a los resultados de Río +20, el Secretario General de Naciones Unidas lanzó en agosto de 2012 una red nueva e independiente de centros de investigación, universidades e instituciones técnicas para ayudar a encontrar soluciones a los problemas que ejercen más presión a nivel social, económico y del medio ambiente. Dicha Red de Soluciones para el Desarrollo Sustentable (http://www.unsdsn.org/ SDSN por sus siglas en inglés) deberá ser también una herramienta esencial para identificar y compartir los mejores caminos para avanzar hacia un desarrollo sostenible. Esa es, pues, la alternativa: la comunidad científica, la educativa y la ciudadanía en general hemos de proseguir e incrementar los esfuerzos hasta lograr un clima de exigencia social que convenza de la necesidad y de las ventajas para todas y todos de la transición a la sostenibilidad.

Educadores por la sostenibilidadBoletín Nº 85, 1 de enero de 2013 

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