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sábado, 23 de julio de 2011

Hacia una economía verde en un contexto de cambio climático

Por Fernando León Morales
La economía de América Latina y el Caribe (ALC) ha crecido de manera sostenida entre el 2003 y el 2008 a una tasa anual promedio de 4.84%[1], y es la región que mejor ha soportado el embate de la crisis financiera global, mostrando su economía una capacidad de recuperación extraordinaria; sin embargo ALC es también la región con la mayor desigualdad del planeta, donde un cuarto de la población sobrevive con menos de dos dólares por día, esto revela con claridad el principal desafío para la región.
Asimismo, ALC tiene el enorme reto de transitar de una economía carbono dependiente hacia una economía verde en la que los principales sectores que aportan al PIB de la región:
(a) reconozcan y valoren los beneficios que obtienen de los servicios que suministran los ecosistemas, (b) consideren los costos de su degradación y (c) internalicen ambos elementos en sus estrategias competitivas. Esta nueva forma de concebir el desarrollo, requiere no solo de la participación activa del sector privado empresarial, sino también de políticas e inversión pública que estimulen cambios ambientalmente positivos en la industria, a la vez que se van generando oportunidades para reducir la pobreza y para cerrar la gran brecha de inequidad que ahora tenemos.
Una publicación reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) titulada hacia una economía verde, sugiere la urgencia de la transición hacia una economía sostenible, considerando en particular los impactos del calentamiento global exacerbados por una economía dependiente del carbono. La hipótesis que se plantea es que reasignando cada año hasta el 2050 un equivalente al 2% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial en el enverdecimiento de sectores económicos clave, se puede mejorar el rendimiento económico e incrementar la riqueza mundial.
América Latina tiene un gran potencial para desacoplar el crecimiento económico de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la vez que se generan oportunidades de empleo y se reduce la pobreza, para esto se deben identificar sectores clave, como por ejemplo la agricultura. El sector agrícola en la actualidad es responsable de gran parte de las emisiones de carbono, además de ser el mayor consumidor del agua dulce disponible y de una gran cantidad de fertilizantes químicos y pesticidas, de otro lado es fuente de empleo del 21.18 % de la Población Económicamente Activa (PEA) regional[2], principalmente en la zona rural en donde se encuentran las comunidades más pobres y vulnerables.
La orientación de inversión pública y privada en la región para desarrollar un sector agrícola verde permitiría reducir significativamente las emisiones de CO2. , hacer un uso más eficiente del agua -un bien cada vez más escaso-, reducir el uso de fertilizantes químicos y de pesticidas contaminantes, generando oportunidades para incursionar en el creciente mercado orgánico y generando empleo rural, considerando que en ALC la mayoría de fincas agrícolas, son en promedio menores de 5 ha.[3], y que allí se encuentran las personas más pobres.
Siendo América Latina y el Caribe la región que alberga el 57% de los bosques primarios del mundo[4], el forestal es también parte de la cartera de sectores clave para ayudar a la región a transitar hacia una economía verde. Aunque entre 1990 y 2010 en América del sur se produjo una deforestación de medio millón de hectáreas por año[5], la superficie de bosques certificados bajo manejo forestal sostenible crecieron en el periodo 2003-2009 a una tasa anual promedio de 31.7%[6]. El enverdecimiento del sector forestal tiene el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero producto de la deforestación, estimular el aprovechamiento de productos forestales no maderables, fomentar la asociación de cultivos agroforestales -como el café bajo sombra que representa buena parte del PIB de Centro América[7] – incursionar en los mercados para servicios ambientales, aprovechando mecanismos como REDD+ que ha despertado expectativas en los países de la región, los que en conjunto albergan más de la mitad de los bosques primarios del mundo.
Asimismo el sector forestal genera aproximadamente 1,5 millones de empleos en ALC[8], no obstante como resultado de las inversiones para generar un sector forestal verde, se podrían crear empleos adicionales alrededor de los bosques tropicales favoreciendo a las comunidades rurales.
Estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y Naciones Unidas, pronostican que de no tomarse medidas apropiadas, el cambio climático provocaría una pérdida equivalente al 1% del PBI anual entre 2010 y 2100 en los países de la región[9], exacerbando la pobreza, sin embargo existe un enorme potencial para crear condiciones políticas, legales e institucionales para estimular la transición hacia una economía verde que contribuya a la mitigación del cambio climático, evitando los costos de los impactos del calentamiento global y reduciendo la desigualdad.
La pobreza y el cambio climático son los desafíos más importantes de la región, el tránsito hacia una economía verde es quizás la mejor posibilidad que tiene ALC para superar ambos desafíos.
________________________________________
[1] Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
[2] Perspectivas de la agricultura y el desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe. 2010. Food and Agriculture Organization (FAO), Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y CEPAL. 2010.
[3] La agricultura latinoamericana en la era de la globalización y de las políticas neoliberales: un primer balance. Departamento de Geografía y Sociología Universitat de Lleida. España.2003.
[4] Los Bosques del Mundo en Cifras: América Latina y el Caribe, una Región Rica en Materia Forestal. FAO. 2011
[5] La situación de los recursos forestales – análisis regional. FAO. 2011.
[6] Perspectivas de la agricultura y el desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe. CEPAL, FAO y IICA. 2010.
[7] El AdA: El libre comercio en Europa y la producción de café en Centroamérica. SETEM. Barcelona, 2011.
[8] Perspectivas de la agricultura y el desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe. CEPAL, FAO y IICA. 2009.
[9] La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe. Naciones Unidas y CEPAL. 2010.

Escribe Fernando León Morales, Ph.D. Docente – Investigador Pontificia Universidad Católica del Perú fernando_leonmora@yahoo.es
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Centroamerica debate enfrentar crimen y cambio climático antes que ...



Frente al cambio climático "somos una de las regiones más vulnerables del planeta (...) lo que está en juego es la vida y los bienes de millones de familias centroamericanas", dijo el presidente salvadoreño Mauricio Funes en la apertura de la cumbre ...

Los presidentes centroamericanos debatieron este viernes estrategias para enfrentar la sucesión de catástrofes naturales que destruyen sus países y diezman poblaciones, ya azotadas por una ola criminal con tasas de muertes violentas similares a las de zonas en guerra.
Frente al cambio climático "somos una de las regiones más vulnerables del planeta (...) lo que está en juego es la vida y los bienes de millones de familias centroamericanas", dijo el presidente salvadoreño Mauricio Funes en la apertura de la cumbre del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
América Central es considerada por la ONU como una de las regiones más vulnerables del mundo a

las consecuencias del cambio climático. En las últimas cuatro décadas los desastres naturales provocaron más de 50.000 muertos y decenas de miles de millones de dólares en pérdidas.
Los presidentes se reúnen además un mes después de una cumbre en Guatemala, donde consiguieron 2.000 millones de dólares en cooperación para enfrentar al crimen organizado. El jueves los países pidieron al SICA que identifique cinco proyectos prioritarios de rápida puesta en marcha.
Poco despues de la cumbre en Guatemala --y muy cerca de su sede-- fue ejecutado al estilo mafioso el músico argentino Facundo Cabral, algo que fuentes judiciales y políticas regionales calificaron como un "mensaje del narcotráfico" a los gobiernos.
Acerca de la inseguridad, Funes insistió en la necesidad de trabajar integrados para lanzar la "batalla conjunta contra el crimen organizado, el delito y la violencia", haciendo hincapié en el "fortalecimiento de la investigación conjunta del delito financiero, especialmente lavado de dinero".
La región tiene las mayores tasas de homicidio por habitante en el mundo --58 asesinatos anuales cada cien mil habitantes en Honduras, 52 en El Salvador y 48 en Guatemala, según cifras de ONU-- y es la ruta de acceso del 90% de la cocaína que se consume en Estados Unidos.
Pese a la urgencia de los temas, la reunión parece encaminarse a sacar un documento apenas de contenido protocolar, anticipó una fuente oficial consultada por la AFP.


Vista de la sesión plenaria en la Conferencia Internacional de apoyo a la Estrategia de Seguridad en Centroamérica. (EFE

Quizás por ello sólo cuatro de los ocho jefes de estado o gobierno involucrados en el SICA asistían a la reunión: el anfitrión Mauricio Funes, el guatemalteco Alvaro Colom y el hondureño Porfirio Lobo. El nicaragüense Daniel Ortega tenía previsto sumarse un poco después.
"Vamos a darle seguimiento a lo que fue la reunión de seguridad que se tuvo en Guatemala y también vamos a ver aspectos sobre cambio climático y cómo este factor está afectando a nuestra región", había anticipado el canciller de Honduras, Mario Canahuati.
Así las cosas, el único saldo concreto será la inauguración de la Base de Datos Climáticos regional, que demandó varios años de trabajo y a la que Norman Avila, uno de sus responsables, calificó como el "google de la información meteorológica".
Ante el magro resultado previsto, la secretaria adjunta para la Reducción de Riesgo de Desastre de la ONU, Margareta Wahlström, eligió poner un poco de presión y calificó como insuficientes los esfuerzos de América Central, aunque de todas formas los elogió. "Espero que los presidentes van a empujar la ejecución, porque creo que existen las estrategias, existen las políticas, ahora tienen que dar las instrucciones a sus administraciones de seguir el tema", dijo.
En los últimos cuarenta años del siglo XX las catástrofes naturales dejaron en el istmo 57.000 muertos, 123.000 heridos y 10 millones de desplazados, según un estudio de universidades europeas y latinoamericanas.
En 2009, previo a la COP 15 de Copenhague, los países centroamericanos habían estimado en 105.000
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