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domingo, 18 de diciembre de 2011

El adolescente que revolucionará la energía solar

Aidan Dwyer, de tan sólo 13 años de edad, ya es un inventor con una patente sobre energía solar.
Todo empezó cuando paseando por los bosques de las Catskill Mountains, al norte del estado de Nueva York, notó que las ramas desnudas de los árboles no estaban orientadas al azar.
Después de investigar un poco descubrió algo verdaderamente fascinante, la pauta de distribución de las hojas en las ramas y de las ramas en el tronco de muchos árboles siguen la denominada Sucesión de Fibonacci.
Aidan Dwyer tuvo la genial idea de relacionar este hecho con la “dependencia” de la energía solar que tienen los árboles.
Se puso manos a la obra, y construyó dos pequeños captadores solares compuestos por un puñado de células fotovoltaicas para ver si la forma en que las ramas crecían en los árboles tenía realmente alguna influencia en la cantidad de luz que cada hoja recibía.
Uno de los modelos agrupaba los pequeños paneles siguiendo una distribución plana, igual a la que normalmente utilizamos para acomodar las células sobre cualquier techo. El segundo reproducía el patrón que el niño había observado en las ramas de los árboles.
Con esta redistribución, el segundo panel, permitía generar como mínimo un 20% más de energía. Y lo que es lo mejor de todo, en determinadas épocas del año como en invierno, este rendimiento se incrementa hasta alcanzar el 50% por sobre la distribución plana de toda la vida.
El diseño del árbol ocupa menos espacio que los paneles convencionales que no tienen una visión completa hacia el sur. Recoge más luz solar en invierno. La sombra y el mal tiempo, como la nieve, no son problema porque los paneles no son planos. Incluso se ve mejor porque se parece a un árbol. Un diseño de este tipo puede funcionar mejor en las zonas urbanas donde el espacio y la luz solar directa puede ser difícil de encontrar
Este fue el texto que escribió Aidan en la web del Museo Americano de Historia Natural, que lo nombró uno de los ganadores del premio de Jóvenes Naturalistas 2011.
Su modelo obtuvo un montón de interés por varias entidades al ver el potencial comercial de esta nueva tecnología.
La oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos concedió a Aidan la patente provisional por su gran innovación.
Gran futuro le espera al chico y tal como dice él mismo, la razón que le inspira:
Estoy interesado en la ciencia, pienso que ayuda al mundo
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