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miércoles, 20 de junio de 2012
Río+20: La minería debe excluirse como actividad sostenible
El texto que se negocia en Río+20, propuesto por Brasil, insiste en incluir la minería como actividad del desarrollo sostenible. Los pueblos indígenas planteamos claramente que la minería es incompatible con el desarrollo sostenible. En los Andes, particularmente, esta actividad es la que mayores conflictos sociales provoca al imponerse en los territorios expropiados de sus duenos originales.
Esto desmiente lo que dice el documento respecto a que la minería “es importante para todos los países con recursos minerales, en particular los países en vías de desarrollo”. Por el contrario, son los países industrializados y sus multinacionales los que se enriquecen con los recursos minerales y condenan a los países pobres a una economía primario-exportadora, sin posibilidades de industrialización y sustentando su crecimiento en recursos agotables.
Tampoco es verdad que se respete “el derecho soberano de explotar sus recursos minerales de acuerdo a sus prioridades nacionales, y la responsabilidad con respecto a la explotación de los recursos descritos”, porque el modelo neoliberal extractivista impone las condiciones que establecen las corporaciones multinacionales, a las que los Estados nacionales otorgan todas las facilidades tributarias, laborales y de mínimos requisitos ambientales y sociales. En este contexto, resultan totalmente debilitadas las “capacidades para desarrollar, gestionar y regular sus industrias de la minería”.
La minería depreda, contamina, vulnera derechos. Los Estados no cumplen con el requisito de la consulta y consentimiento previo, libre e informado para otorgar concesiones mineras. Siglos de saqueo territorial, de contaminación de las fuentes de agua, de impactos culturales, de desplazamiento y de criminalización de los pueblos indígenas confirman la incompatibilidad de la minería con el derecho a la vida.
La Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) llama al movimiento indígena internacional, a los movimientos sociales y a los organismos de derechos humanos para movilizarnos en defensa de la vida y exigir que la minería la excluida como actividad para el desarrollo sostenible.
He aquí los parágrafos del documento en negociación referidos a la minería y que deben ser eliminados de los acuerdos finales de Río+20: Minería
230. Reconocemos que los minerales y los metales hacen una importante contribución a la economía mundial y las sociedades modernas. Tomamos nota de que la minería es importante para todos los países con recursos minerales, en particular los países en vías de desarrollo. También tomamos nota de que la minería ofrece la oportunidad de catalizar un amplio desarrollo económico, reducir la pobreza y ayudar a los países en reunión de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los ODM, cuando una gestión eficaz y adecuada. Reconocemos que los países tienen el derecho soberano de explotar sus recursos minerales de acuerdo a sus prioridades nacionales, y la responsabilidad con respecto a la explotación de los recursos descritos en los Principios de Río. Reconocemos asimismo que las actividades mineras deberían maximizar los beneficios sociales y económicos, así como abordar eficazmente los impactos negativos ambientales y sociales. En este sentido, reconocemos que los gobiernos tienen fuertes capacidades para desarrollar, gestionar y regular sus industrias de la minería en el interés del desarrollo sostenible.
231. Reconocemos la importancia de los fuertes y eficaces marcos legales y regulatorios, políticas y prácticas para el sector minero que ofrecen beneficios económicos y sociales, e incluyen salvaguardias efectivas que reduzcan los impactos sociales y ambientales, así como a conservar la biodiversidad y los ecosistemas incluyendo la fase de cierre después de la minería. Hacemos un llamamiento a gobiernos y empresas para promover la mejora continua de la rendición de cuentas y transparencia, así como la eficacia de los mecanismos existentes para evitar que los flujos financieros ilícitos de las actividades mineras.
Vargas Llosa: Crisis es tiempo bueno para la literatura
En esta imagen de archivo del 3 de marzo del 2011, el laureado Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa asiste a una conferencia sobre innovación educativa en la Ciudad de México.
Foto: AP
El Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa consideró el miércoles que tiempos de tribulaciones económicas como los que atraviesa España son siempre fecundos para la literatura, tal y como ocurrió en América Latina a mediados del siglo pasado.
"Los tiempos malos son tiempos generalmente buenos para la literatura", dijo Vargas Llosa en una rueda de prensa en Madrid. "Esa inseguridad en el mundo real crea una enorme necesidad de tener mundos alternativos que nos den seguridad, que nos den orden y un prisma para entender mejor un mundo complejo, caótico, confuso".
El autor peruano presentó una edición conmemorativa de "La ciudad y los perros" con motivo del cincuentenario de su publicación, editada por la Real Academia Española, la Asociación de Academias de la Lengua Española y Alfaguara.
"La ciudad y los perros", de 1962, está considerada por la crítica como una de las obras más importantes de Vargas Llosa y de la novela latinoamericana, por sus modernas técnicas narrativas y las poderosas historias que viven los protagonistas en el Colegio Militar Leoncio Prado de Perú.
Según Vargas Llosa, esta obra junto a otras de autores como Gabriel García Márquez surgieron en un contexto de incertidumbre política y social, como el que vive ahora Europa y España en particular, país en el que reside.
"Ahora que estamos viviendo un periodo de gran inseguridad, de gran confusión, de gran incertidumbre; desde el punto de vista literario, desde el punto de vista cultural, no es malo. Creo que es más bien un tiempo muy propicio para grandes empresas creativas", aseguró.
A propósito de la nueva edición de su novela, Vargas Llosa, de 76 años, admitió que no le gusta releer sus obras, pero que al hacerlo con "La ciudad y los perros" sintió "nostalgia".
El escritor recordó los tiempos en los que escribía la novela en Madrid, donde se encontraba estudiando con una beca. Además, dijo que las técnicas que usó entonces marcaron una pauta de trabajo para el resto de su vida.
El libro se inspira en la experiencia personal adolescente que vivió Vargas Llosa en la escuela militar en la que estudió interno y marcó el inicio de la carrera del autor. Después siguieron títulos emblemáticos como "La fiesta del chivo", "Conversación en la Catedral", "La tía Julia y el escribidor", entre otros, que le valieron el Premio Cervantes en 1994 y el Nobel de Literatura en 2010.
Sobre la influencia de "La ciudad y los perros" en la sociedad peruana, Vargas Llosa consideró que sólo el tiempo podrá juzgar su valor.
"Creo que la literatura deja una huella en la vida", señaló. "Cuando yo era joven y escribí 'La ciudad y los perros' nunca pensé que llegaría a tener 50 años".
"Me alegro mucho que la suerte me haya acompañado y la novela sigua viva y a lo mejor me entierran y sigue viva, que es lo que quisiera cualquier escritor para su obra", agregó.
Vargas Llosa recordó los problemas que tuvo que sortear la novela para publicarse en España, debido a la rígida censura del régimen de Francisco Franco. Tras una larga negociación con el Ministerio de Información, que el autor calificó de "cómica" en algunos aspectos, se vio obligado a modificar ocho frases del texto original.
Cambios tan peregrinos, relató, como sustituir "burdel" por "prostíbulo" o "vientre de ballena" por "vientre de cetáceo". Cuando la segunda edición vio la luz en España, el editor recuperó las frases originales sin que la censura franquista lo advirtiera.
En la edición conmemorativa, el texto se ha revisado para corregir erratas y adaptarlo a los nuevas normas gramaticales y ortográficas aprobadas recientemente por las academias de lengua a uno y otro lado del Atlántico.
Además, el volumen viene acompañado de ensayos y estudios del presidente de la Academia Peruana de la Lengua, Marco Martos, el autor español Javier Cercas y el ex director de la RAE, Víctor García de la Concha, entre otros.
"La ciudad y los perros" saldrá a la venta el viernes, con el objetivo de estar disponible en las librerías de España y América Latina en un plazo máximo de dos semanas. El precio será de 12,90 euros (16,40 dólares) o su contravalor equivalente en cada país.
Fuente: JORGE SAINZ
Río+20: Omisiones y debilidades del texto en negociación
Las negociaciones oficiales en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible han ingresado a su etapa final con la presentación de un documento de negociación presentado por Brasil, el Estado anfitrión, que sigue siendo discutido. Es un texto de 20 páginas y 287 parágrafos que muestra algunos tímidos avances en materia de reconocimiento de derechos, pero insiste en un modelo único de desarrollo sostenible que no incorpora la diversidad cultural y se resiste a reconocer a la Madre Tierra como sujeto de derechos.
El documento insiste en los tres pilares del desarrollo sostenible (económico, ambiental y social) acordados hace veinte años y que no han hecho sino profundizar la crisis, al enfatizar el pilar económico para definir las políticas ambientales e ignorar el pilar social. Textualmente, el texto apenas reconoce “la diversidad natural y cultural del mundo” y “que todas las culturas y civilizaciones pueden contribuir al desarrollo sostenible”. Los pueblos indígenas planteamos la incorporación expresa del pilar cultural, a fin de garantizar el reconocimiento de todas las visiones y prácticas de desarrollo, en particular las de aquellas culturas que, aunque diversas, nos identificamos en un modelo de diálogo y armonía con la Madre Tierra.
Particularmente grave es considerar la minería como una actividad compatible con el desarrollo sostenible, siendo la minería una de las actividades más dañinas para la conservación de la Madre Tierra y que más impactos causa en la vida y la cultura de los pueblos.
Derechos y participación
El documento propuesto por Brasil señala: “Somos conscientes de que el planeta Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar y que la Madre Tierra es una expresión común en varios países y regiones, y tomamos nota de que algunos países reconocen los derechos de la naturaleza en el contexto de la promoción del desarrollo sostenible. Estamos convencidos de que a fin de lograr un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y medio ambiente de las generaciones presentes y futuras, es necesario promover la armonía con la naturaleza”.
Es decir, los Estados siguen resistiéndose a reconocer a la Madre Tierra como sujeto de derechos y a adoptar, en consecuencia, una Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra, como venimos planteando los pueblos indígenas en diversos escenarios internacionales y hemos reiterado en Río 20.
El “hincapié en la importancia de la participación de los pueblos indígenas en el logro del desarrollo sostenible” y el reconocimiento de “la importancia de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en el contexto de aplicación a nivel mundial, regional, nacional y subnacional de las estrategias de desarrollo sostenible” solo representarán un avance si este reconocimiento se materializa en salvaguardas de derechos para todos los programas de desarrollo sostenible.
En el mismo sentido, el “pleno respeto del derecho internacional y sus principios” debe incluir, en la práctica, el principio de progresividad. Nos referimos concretamente al requisito del consentimiento previo, libre e informado, ya reconocido por el Convenio de Diversidad Biológica (CDB) y que por tanto debe hacerse extensivo a todo aquello que involucre a los pueblos indígenas, en todos los ámbitos.
Lo mismo rige para el fomento de la participación de la sociedad civil en el que insiste el texto presentado por Brasil. Esto debe significar que todas las instancias de las Naciones Unidas deben crear espacios de participación para los pueblos indígenas, como existen en el CDB, pero no solo en calidad de observadores sino con poder de decisión. La Organización Internacional del Trabajo, por ejemplo, adoptó el Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales hace 23 años y su estructura sigue siendo tripartita, sin que se haya creado un espacio para los pueblos indígenas.
Responsabilidades históricas y con el futuro
El texto reitera el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”. Un principio que solo se hará realidad si los países industrializados y las corporaciones multinacionales asumen su deuda histórica con los pueblos y la Madre Tierra, acumulada en siglos de depredación, saqueo, contaminación y colonialismo. Y si se comprometen a cambiar sus patrones de consumo y su matriz energética basada en los combustibles fósiles, fijándose también metas reales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
De no ser así, toda declaración acerca de la “diversificación de la matriz energética”, citada en el documento, seguirá siendo un discurso hueco. Peor aun si se insiste en las soluciones de mercado, como los proyectos REDD a los que alude el texto propuesto.
Glaciares, agua, biodiversidad
El texto propuesto por Brasil reconoce los riesgos que corren los Estados insulares, pero no señala como una de las causas el creciente retroceso de los glaciares, a fin de tomar medidas para su protección. Lo mismo ocurre con el tema de los desastres, porque la desglaciación es una de sus causas. Los pueblos indígenas planteamos expresamente declarar la intangibilidad de los glaciares, las cuencas hídricas, los páramos y las zonas de alta biodiversidad, para que se prohíban en todos ellos las actividades extractivas.
Esto nos lleva al tema del agua, a la que el documento que se negocia solo se refiere para garantizar el acceso a los servicios, pero no dice nada respecto a la indispensable protección de las fuentes hídricas, porque se sigue considerando al agua como un recurso o un servicio, no como un ser vivo ni como un derecho universal.
El documento reconoce “la importancia de las prácticas tradicionales de agricultura sostenible, incluyendo los sistemas tradicionales de suministro de semillas, incluidas las de muchos pueblos indígenas y comunidades locales”. Y que “los conocimientos tradicionales, innovaciones y prácticas de los pueblos indígenas y las comunidades locales hacen una importante contribución a la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, y su aplicación más amplia, puede apoyar el bienestar social y de medios de vida sostenibles. Además, reconocemos que los pueblos indígenas y las comunidades locales a menudo dependen más directamente de la biodiversidad y los ecosistemas y por lo tanto son a menudo más inmediatamente afectados por su pérdida y degradación”.
Sin embargo, no dice nada respecto a la protección de los conocimientos tradicionales de su mercantilización. Solo reconoce los derechos de los Estados nacionales sobre los recursos genéticos, pero no que los pueblos indígenas somos los que más los hemos desarrollado, otorgando alimentos indispensables para el mundo.
El documento continúa restringiéndose a hablar de “seguridad alimentaria”, pero una propuesta de los pueblos indígenas y de las mujeres indígenas en particular es garantizar la soberanía alimentaria, a fin de proteger los recursos genéticos y ejercer el derecho a decidir que sembramos y qué comemos.
Ciudades y educación
Otro tema es el de las “ciudades sostenibles”, en el que el documento no hace referencia alguna a todo aquello que obliga al desplazamiento de los pueblos indígenas hacia las zonas urbanas debido a la invasión y saqueo de sus territorios por la minería y otras actividades extractivas o megaproyectos como represas hidroeléctricas y grandes carreteras que impactan sobre nuestros derechos fundamentales.
De manera similar, el tema de la educación es abordado de manera pobrísima, nuevamente como un servicio y no como un derecho. No se pueden discutir mejoras curriculares y oportunidades de acceso sin empezar por plantearnos que la educación debe ser intercultural, desde la producción de contenidos propios, que no se limiten al bilingüismo sino que constituyan un camino para lograr la convivencia armónica y respetuosa entre los pueblos y la reafirmación de la identidad, desde la defensa de la vida y para garantizar un futuro a las próximas generaciones.
Río de Janeiro, 18 de junio del 2012
Ver
Un espectáculo de gran formato sobre el cambio climático abrirá la Fira de Tàrrega
'As the world tipped' es una fascinante producción de teatro convencional y aéreo con un escenario que se transforma en pantalla
La mitad de la programación oficial es estreno y la mayoria seran espectáculos de calle
Un montaje espectacular sobre el cambio climático, As the world tipped de los británicos Wired Aerial Theater dará el disparo de salida a la Fira de Tàrrega, que convertirá las calles de la ciudad en una fiesta de las artes escénicas del 6 al 9 de septiembre. El show empieiza con el escenario a la italiana y poco a poco se va inclinando, dejando caer todo lo que hay en él para convertirse en una enorme pantalla sobre la que se proyectan imágenes de un mundo en crisis con unos actores que, suspendidos en el aire con arneses de seguridad, intentan frenar la catástrofe medioambiental.
El reto es que los espectáculos se integren en los diferentes espacios, calles y plazas que tiene Tàrrega a los que este año se añadirà el museo de Cal Trepat. Aproximadamente 67 compañías, 45 de ellas en la selección oficial, participarán en la nueva edición de la muestra que ha participado en la producción de 12 espectáculos.La mitad de los espectáculos de la programación oficial son de estreno. "Tàrrega arriesga", ha destacado su director, Jordi Duran que en esta segunda edición al frente de la muestra ha dispuesto de más tiempo para profundizar en los objetivos de la Fira entre los que destaca la internacionalización. Una encuesta sobre el impacto de la internacionalización, basada en encuestas con compañías y programadores que participaron en el 2009 y 2010, sitúan a Tàrrega entre una de las mejores ferias de teatro de calle de Europa.
Entre las propuestas internacionales más potentes que aterrizarán en Tàrrega este año figuranZweep, de una prestigiosa compañía holandesa que integra en la danza contemporánea técnicas del kung-fu y el chi-kung, Descomposición, una denuncia de la corrupicón en México a cargo de una formación de aquel país, y Kiss&cry, una poética coreografía de los belgas Charleroi Danses que convierte los dedos de la mano en bailarines. Y si el año pasado Latinoamérica fue el continente invitado, en la presente edición será la cultura nórdica. El montaje Bring the ice demostrará hastá qué punto las interconexiones en el mundo del circo están presentes entre los países de esas latitudes y Catalunya.
Destaca la presencia de compañías que exploran nuevas maneras de aproximarse al público. TeatrodeCerca con Que vaya bonito (una de terraos) invitará al público a participar en una fiesta que se agria, Obskené montará Trossos, una montaje sobre la inmigracón en el que el público escoge el itinerario y el artista Raúl Martínez, de Ferrocular, presentará Pantalla botánica, una instalación que juega con la robótica y la jardinería.
El presupuesto de este año es un 10% menor al anterior edición, 1.209.209 millones de euros, aportados principalmente por la Generalitat.
MARTA CERVERA / Barcelona
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