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martes, 10 de abril de 2012

A vueltas con el Cambio Climático

Mis amables lectores se frotarán de nuevo las manos de gusto: ''Aquí está de nuevo este señor que insiste en algo que yo (por algún lector) considero que es mentira''. Y escribirán decenas de comentarios despectivos, y algunos insultantes, no se bien por qué. ¿Es tan tremendo reconocer la realidad? O ¿Es tan difícil dar alguna explicación convincente, y distinta del efecto del CO2, para el calentamiento rápido e intenso que estamos experimentando?
Hemos tenido, y tendremos, en Abril, unos días de lluvia, pocos, y escasa ésta. La sequía invernal ha propiciado incendios en los Pirineos, y en la Galicia supuestamente húmeda. El cambio climático ha propiciado temperaturas de primavera en enero y de invierno en Abril, en unas oscilaciones que no son más que el aviso de otras mucho más intensas que se irán estableciendo a lo largo de los años venideros.
La agradable sorpresa ha sido contemplar uno de los 32 autobuses ecológicos que han comenzado a circular por las calles de Zaragoza.
Tornados en los EEUU, inundaciones en toda Latinoamérica, tifones en Asia.
Según mis lectores, todo esto es ''natural''.
Es claro que oscilaciones climáticas ha habido siempre. Pero las de hace siglos no nos interesan, más que para tratar de entender las actuales. Y las actuales son considerables. Muy considerables.
Y están cambiando la distribución del agua en el suelo, los ríos y los acuíferos. En la imagen de la izquierda se puede ver cómo han disminuido las lluvias invernales en las décadas de entre 1970-2012 respecto a las de 1902-2012. Sequía extrema en Oriente Medio, Grecia y el oeste de la Península Ibérica).
He estado 3 días en Constantinopla, aprovechando que encontré un vuelo de bajo coste (y eso me hace notar que no entiendo por que los pilotos de Iberia se niegan a que ésta ponga una línea al alcance de los bolsillos de los ciudadanos. Todos deberíamos viajar, pues el viajar quita muchísimas telarañas de los ojos. Recuerdo de un Presidente del País Vasco que se hizo diputado europeo cuando de forma natural terminó su empleo en su Gobierno regional, y que dijo públicamente que qué tonterías hacían allí, en esa minúscula región de Europa, en vez de integrarse en una realidad mucho más interesante que la idea de la pueblerina -independencia-. Cuando deberíamos, de una vez por todas, eliminar las fronteras, y considerarnos lo que somos, todos unos en la nave común que es el planeta Tierra, aun se habla de regiones y países en un discurso tan viejo como las guerras entre griegos y persas).
Pues bien, allí, en Constantinopla, se siente la realidad de los colapsos históricos de las civilizaciones. La todopoderosa Persia de Ciro, Darío y Jerjes, colapsada, la cultura helenística lanzada por Alejandro, desaparecida, el Imperio Romano, convertido en aldeas de labradores sin agua ni cloacas durante 1400 años, el reinado de Bizancio, el de un pueblucho en el que todos se peleaban por unas lentejas. El inmenso Imperio Otomano, convertido en nada, y resucitado solo en los últimos 20 años.
Las civilizaciones y las culturas colapsan, y la miseria es algo que horroriza. La cultura española actual es consecuencia directa de 300 años de miseria, una miseria real, y que describe Julio Verne en 'El Viaje a la Luna', donde cuenta que España solo pudo contribuir a ese viaje (imaginario, en el XIX) con 4 pesetas.
El colapso español es algo real, y puede perfectamente incrementarse hasta la catástrofe si a la falta de esfuerzo se suma la falta de agua y temperaturas extremas.
¿Hay solución?
Se cuenta la anécdota del pescador relajado al que un par de ejecutivos estimulan a trabajar duro para, ......., ¿Para qué? Parece ser que para disfrutar al sol tendido en la playa. Y claro, el pescador les dice que ya lo hace sin esfuerzo.
El esquema más rentable para la supervivencia es tumbarse bajo un olivo a esperar que caiga la aceituna: El rendimiento, si cae, es infinito, pues se obtiene energía sin gastar ninguna. Si cae.
Se cuenta (y los -indignados- lo proponen) que la vida del cazador/recolector era paradisiaca: Trabajaba no mas de 5 horas al día y el resto ¡a gozar!
Todo esto es un engaño. Los cazadores/recolectores se pusieron a cultivar no por ambición, sino por supervivencia: La vida era buena, mientras duraba. Pero cada X años había sequías que destrozaban la población.
El pescador puede vivir tumbado, siempre que haya peces. Y si la aceituna no cae, el que la espera muere de hambre.
La realidad, esa realidad que se rechaza, esa realidad que se substituye desde la infancia por religiones (lean el artículo de Rosa M. Tristan, en el Orbyt del 8/04/12), héroes de Marvel, e ilusiones, esa realidad es que solo sobrevivimos si trabajamos duro y con eficacia. Solo se sacan buenas notas si se estudia. Solo se consigue prosperar si se invierte. El gasto puro, el 'bienestar' , es una --consecuencia-- del esfuerzo, no un 'derecho' natural de las personas.
Sigamos por la senda del cambio climático. Sigamos, con ganas, quemando cada vez más carbono. Sigamos quemando, como pólvora en salvas, nuestros recursos más preciados.
El resultado es claro.
¿Lo queremos?
Fuente

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