Durante la conferencia, el Doctor Honoris Causa por la UJAT, Sir Crispin Tickell, hizo un llamado a fortalecer o construir nuevas políticas sociales en el uso de fuentes de energía, aminorar el uso de tecnologías, un correcto uso del agua, mejorar los niveles de educación, entre otros.
Si queremos contrarrestar los efectos del cambio climático y disminuir la vulnerabilidad planetaria, todos los seres humanos debemos dejar de creer que las cosas se van a arreglar por sí solas o que se solucionarán con la aplicación de tecnologías desarrolladas por los científicos, lo que realmente urge es un cambio de pensamiento a nivel global, expresó el investigador británico, Sir Crispin Tickell, al disertar una conferencia magistral en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT).
Galardonado recientemente por la máxima casa de estudio de los tabasqueños con el grado de Doctor Honoris Causa, el actual presidente emérito del Instituto del Clima de Washington, manifestó que en este contexto las instituciones de educación superior juegan un papel sumamente importante al fungir como el enlace entre las autoridades y la sociedad para hacerles llegar tanto la voz de los ciudadanos como la de los investigadores.
“No es fácil comprender muchas veces lo que nosotros los científicos queremos decir, por eso es imperante realizar una tarea de divulgación que coadyuve a explotar al máximos los nuevos conocimientos que a nivel mundial surgen en la materia”, indicó en presencia de la rectora de la UJAT, Candita Gil Jiménez, así como de autoridades locales, académicos y estudiantes reunidos en el nuevo auditorio de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades.
Considerado como una de las principales voces a nivel mundial para hablar sobre este tema, el autor del libro Cambio Climático en el Mundo, insistió en que a pesar de que nada es más difícil que aprender a pensar de manera distinta, lo que en la actualidad se requiere es cambiar una gran parte de las tradiciones, creencias, actitudes y generalmente las suposiciones no escritas que conducen nuestras vidas.
“Somos parte fundamental del sistema de la tierra y en términos generales lo que estamos haciendo es una explotación de sus recursos, del hábitat y los ecosistemas, incluyendo la biósfera de los cuales dependemos”, reflexionó al tiempo de señalar que entre las principales causas de esta problemática mundial se encuentran la sobrepoblación humana, la globalización y la desestabilización climática.
Además de las emisiones de dióxido de carbono y metano, que año con año, aumentan cada vez más rápido, Sir Crispin Tickell hizo patente su preocupación por la aceleración de los deshielos en el ártico y los polos, “he constatado personalmente al sobrevolar estas áreas como los icberg flotan fuera de la plataforma de hielo en lo que representa un espectáculo sumamente alarmante”, enfatizó.
Llama a construir nuevas polícas sociales
En ese sentido, hizo un llamado a los gobiernos a fin de que fortalezcan o construyan nuevas políticas sociales en el uso de mejores fuentes de energía como es el caso de los biocombustibles y el sol, el regreso de los trenes, aminorar el uso de tecnologías, un correcto uso del agua, mejorar los niveles de educación, entre otros.
Por último, tras afirmar que Tabasco es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, el destacado ambientalista -maestro de Al Gore y asesor de Margaret Thatcher y Tony Blair-, manifestó que hoy en día la sociedad mundial vive una situación única y especial en donde todos debemos contribuir a evitar que éstos escenarios continúen avanzando.
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lunes, 10 de octubre de 2011
Cambiar o naufragar en el cambio climático
El campo mexicano tiene en el calentamiento global y en la dependencia indiscriminada de los recursos naturales su mayor desafío; el cambio urge hacia modelos de desarrollo más equilibrados.
Laderas del Citlaltépetl, el más alto de los picos de México, a 190 kilómetros al este del Distrito Federal. Alcanzar la cima es una experiencia inolvidable. Fotos: Marco A. Vargas
Las sequías, granizadas y lluvias extremas de esta temporada en México son señales de alerta sobre lo que se avecina para el país: el cambio climático aparejado a la sobreexplotación de los recursos naturales puede generar escenarios de colapso en vastas regiones que hoy prosperan bajo esquemas de agricultura o ganadería tradicionales.
Ante estas contingencias, por ahora la respuesta dominante es un gobierno que extiende el gasto para rescatar cosechas y animales, “pero el presupuesto no se puede alargar indefinidamente”, observa el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Francisco Javier Mayorga Castañeda.
“Necesitamos cambios de actitud, tanto en las autoridades de los tres niveles de gobierno como en los productores y sus organizaciones. creo que nos estamos enfrentando ya a las limitaciones de este modelo de desarrollo; por un lado, no hay recursos suficientes para indemnizar a todos lo productores que sufren este tipo de contingencia y, por otro lado, muchas veces esa conducta de siniestros revela otra problemática más profunda: a lo mejor hay que cambiar de actividad o hay que hacerla de otra manera, y ahí es donde se necesita de esa disposición para cambiar”, subraya el funcionario, en entrevista con MILENIO JALISCO.
De visita por esta ciudad, el también titular de la cartera durante el último año de Vicente Fox Quesada y próspero agroempresario señala que en el estado de Zacatecas se ha instalado el primer laboratorio de un proceso de adaptación y mitigación frente al cambio climático que deberá realizarse en el resto del país. “Yo creo que como gobierno debemos promover el cambio; este 2011 es en Zacatecas y queremos invitar a otras entidades como Durango y Chihuahua para que se sumen a este nuevo enfoque, y así gradualmente”, pone de relieve.
Francisco Javier Mayorga Castañeda.
Sequía extraordinaria
Este año, “la sequía ha golpeado fuertemente a los estados del centro-norte del país (fundamentalmente Zacatecas, San Luis Potosí, Durango, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas) y fuera de nuestras fronteras, el sur de Texas (que también está tremendamente golpeado), Oklahoma y Colorado, entre otros. La Comisión Nacional del Agua lo ha denominado como sequía extraordinaria y eso nos lleva a que tenemos que replantear la producción agrícola en algunas zonas que hace muchos años fueron ganaderas y que por algunos programas de gobierno fueron colonizadas, se dotó a los campesinos de maquinaria y se fueron abriendo al cultivo, principalmente de frijol, con rendimientos muy bajos, con una siniestralidad muy alta, y a la hora de la hora lo que hay que hacer es regresar a esa tierra a su vocación original…”.
¿Qué hacer con la gente? “De alguna manera se arraigaron ahí, hay que buscar reconvertirse a otras actividades, más de acuerdo a las condiciones semidesérticas, y no tratar de forzar con base de subsidios y de recursos públicos una actividad que no es viable; en el caso de la ganadería también, que estás llevándole forraje o agua subsidiada cuando ya se agotó el pasto, eso sólo es agravar los problemas de sobrepastoreo e incurrir en costos a la larga insostenibles…”.
Ganadería en el desierto de La Laguna, una vasta planicie en el corazón de la región norte de México de 47 mil kilómetros cuadrados.
- Recuperar el equilibrio perdido.
- Tiene que haber una cultura de equilibrio entre la capacidad de los agostaderos y la carga normal de animales. Cuando la capacidad del agostadero va a la baja, hay que sacar animales, hay que venderlos, mandarlos a las engordas, o hacer alguna alianza con algunos otros eslabones de la cadena de la carne, para que lo que es un problema para uno se pueda convertir en una oportunidad para otro y que de alguna manera los beneficios se compartan.
- Se deben habituar a vivir entre sequías.
- Bueno, el viejo esquema ya no se puede sostener, por cuestiones climáticas, necesitamos tener una cultura de previsión, si ya sabemos que de cada diez años, cinco o seis y hasta siete tienen la probabilidad de sequías muy grande, entonces debemos tener depósitos o inventarios de forrajes ahí en las regiones para no andarlos movilizando a última hora con costos muy altos. Las organizaciones ganaderas tienen que crear esa cultura y tener sus bancos, que muchas veces esos forrajes son producidos localmente, nomás que en otra temporada del año: todos los esquilmos, los rastrojos, las cáscaras que se generan en alguna época, dejarlas ahí y no quemarlas, porque son fuente de valor para algunos y resuelven problemas de escasez para el ganado.
- Y eso es cosa de organización de productores, no de pedirle al gobierno que resuelva el problema…
- Por eso digo que tenemos que hacer un cambio de mentalidad, en vez de ir con el gobierno y decir indemnízame, ayúdame, págame, entrar a esquemas de aseguramiento, pero no sólo de parte de las autoridades, hemos propuesto que si además de los seguros catastróficos que contratan el gobierno federal y los gobiernos estatales, los productores, cediendo una pequeña parte de su Procampo o una pequeña parte de su Progan [subsidios a la producción agrícola y ganadera], le completen al seguro que el gobierno contrata, con muy poco dinero, y mejorar la cobertura asegurada.
Mar invasor en marismas nacionales, Nayarit.
La nueva economía
- ¿Se trata de construir una nueva economía en torno al cambio climático?
- Así es, de darle vuelta el problema, y lo ha dicho mucho el señor presidente, el crecimiento verde, y que el propio cambio climático también abre espacios para otros enfoques, para otras oportunidades, que nos llevan también a un crecimiento económico, no sólo estar defendiendo lo que hay, sino promoviendo estas nuevas cosas.
- Pero la inercia o el tradicionalismo es muy fuerte. ¿No cuesta mucho en el campo mentalizarse de este modo?
- Sí, pero también las circunstancias nos obligan a cambiar; mientras hubo recursos amplios, era fácil pasarle la factura al gobierno, pero hoy que estamos en un entorno de recesión mundial, en que los presupuestos no pueden ser tan generosos, queda la obligación de buscar nuevas formas, y va entrando la conciencia. Por ejemplo, el actual gobernador de Zacatecas aceptó que usemos a ese estado como una especie de centro experimental y que echemos a andar estos nuevos esquemas culturales, con una ayuda de los ganaderos, con ayuda de la Comisión Nacional de Zonas Áridas, que trabajemos con las universidades, que volteemos a ver experiencias de otros países, como Australia, muy vulnerado por los cambios climáticos extremos y que ha ido adaptando rápidamente su agricultura y su ganadería a sus circunstancias.
- ¿El experimento en Zacatecas qué significa en los hechos?
- Significa retirar una superficie importante que se dedica al cultivo de frijol y reconvertirla otra vez en actividad ganadera; en el caso ganaderos, las zonas que están muy sobrepastoreadas o muy esquilmadas, sacar el ganado de ahí y dejar que esa superficie quede en descanso por varios años o reconvertirla, por ejemplo, a UMAS [unidad de manejo de vida silvestre]; estamos trabajando mucho con la Semarnat [Secretaría de Medio Ambiente], para que a través de ranchos cinegéticos o de otro tipo de soluciones, […] no podemos lesionar la propiedad de los productores o sus derechos, tiene que ser por convencimiento, pero repito, ellos se están dando cuenta que los métodos tradicionales se están agotando y que no hay manera de llegar al fondo del problema con pequeñas medidas cosméticas.
En las zonas de agricultura empresarial exitosa, sostiene Mayorga Castañeda, se debe establecer la prioridad de cuidar el agua con mejoras en los sistemas de riego, con nivelaciones, con geomembrana, pero se deben retirar progresivamente los subsidios a la electricidad y que la misma agua sea cobrada, además de la insistencia en cultivos que consumen menos el recurso.
- En las zonas donde están los cien acuíferos sobreexplotados, ¿no tendría que ser más draconiano este planteamiento de cambio?
- Sí, claro, por ejemplo, la actividad lechera intensiva en México está ubicada en lugares con grandes conflictos de agua; si analizas un mapa vas a empezar en Ciudad Juárez, vas a seguir en Delicias, en Torren, en Aguascalientes y vas a terminar en Querétaro, y son semidesierto, están creciendo urbanamente muy rápidamente, tienen un potencial industrial muy fuerte, y ya está entrando en conflicto la producción intensiva de leche con los demás requerimientos de agua.
El planteamiento es el cambio a cultivos que usen menos agua, buscar variedades genéticamente resistentes a la sequía en el forraje, “pero si estamos bloqueando la biotecnología, los organismos genéticamente modificados, nos estamos autolimitando nosotros mismos para compaginar actividades que pelean por un mismo recurso, que es escaso. Tenemos que avanzar mucho en la nutrición del ganado, para hacer al ganado más eficiente, para aprovechar un volumen dado de nutrientes. Entonces, hay una tarea infinita en ese sentido, a medida que estas limitantes nos están alcanzando…”.
- ¿Cree que esto lo estamos planteando a tiempo?
- Yo creo que por lo general, los seres humanos, mientras nos advierten de algo, lo tomamos con calma y a la hora en que eso realmente se convierte en una presión, actuamos muy rápido, o sea, la respuesta, el instinto de sobrevivencia nos hace reaccionar… La sequía extrema de este año nos va ayudar mucho en eso, ya está aquí el problema.
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Laderas del Citlaltépetl, el más alto de los picos de México, a 190 kilómetros al este del Distrito Federal. Alcanzar la cima es una experiencia inolvidable. Fotos: Marco A. Vargas
Las sequías, granizadas y lluvias extremas de esta temporada en México son señales de alerta sobre lo que se avecina para el país: el cambio climático aparejado a la sobreexplotación de los recursos naturales puede generar escenarios de colapso en vastas regiones que hoy prosperan bajo esquemas de agricultura o ganadería tradicionales.
Ante estas contingencias, por ahora la respuesta dominante es un gobierno que extiende el gasto para rescatar cosechas y animales, “pero el presupuesto no se puede alargar indefinidamente”, observa el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Francisco Javier Mayorga Castañeda.
“Necesitamos cambios de actitud, tanto en las autoridades de los tres niveles de gobierno como en los productores y sus organizaciones. creo que nos estamos enfrentando ya a las limitaciones de este modelo de desarrollo; por un lado, no hay recursos suficientes para indemnizar a todos lo productores que sufren este tipo de contingencia y, por otro lado, muchas veces esa conducta de siniestros revela otra problemática más profunda: a lo mejor hay que cambiar de actividad o hay que hacerla de otra manera, y ahí es donde se necesita de esa disposición para cambiar”, subraya el funcionario, en entrevista con MILENIO JALISCO.
De visita por esta ciudad, el también titular de la cartera durante el último año de Vicente Fox Quesada y próspero agroempresario señala que en el estado de Zacatecas se ha instalado el primer laboratorio de un proceso de adaptación y mitigación frente al cambio climático que deberá realizarse en el resto del país. “Yo creo que como gobierno debemos promover el cambio; este 2011 es en Zacatecas y queremos invitar a otras entidades como Durango y Chihuahua para que se sumen a este nuevo enfoque, y así gradualmente”, pone de relieve.
Francisco Javier Mayorga Castañeda.
Sequía extraordinaria
Este año, “la sequía ha golpeado fuertemente a los estados del centro-norte del país (fundamentalmente Zacatecas, San Luis Potosí, Durango, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas) y fuera de nuestras fronteras, el sur de Texas (que también está tremendamente golpeado), Oklahoma y Colorado, entre otros. La Comisión Nacional del Agua lo ha denominado como sequía extraordinaria y eso nos lleva a que tenemos que replantear la producción agrícola en algunas zonas que hace muchos años fueron ganaderas y que por algunos programas de gobierno fueron colonizadas, se dotó a los campesinos de maquinaria y se fueron abriendo al cultivo, principalmente de frijol, con rendimientos muy bajos, con una siniestralidad muy alta, y a la hora de la hora lo que hay que hacer es regresar a esa tierra a su vocación original…”.
¿Qué hacer con la gente? “De alguna manera se arraigaron ahí, hay que buscar reconvertirse a otras actividades, más de acuerdo a las condiciones semidesérticas, y no tratar de forzar con base de subsidios y de recursos públicos una actividad que no es viable; en el caso de la ganadería también, que estás llevándole forraje o agua subsidiada cuando ya se agotó el pasto, eso sólo es agravar los problemas de sobrepastoreo e incurrir en costos a la larga insostenibles…”.
Ganadería en el desierto de La Laguna, una vasta planicie en el corazón de la región norte de México de 47 mil kilómetros cuadrados.
- Recuperar el equilibrio perdido.
- Tiene que haber una cultura de equilibrio entre la capacidad de los agostaderos y la carga normal de animales. Cuando la capacidad del agostadero va a la baja, hay que sacar animales, hay que venderlos, mandarlos a las engordas, o hacer alguna alianza con algunos otros eslabones de la cadena de la carne, para que lo que es un problema para uno se pueda convertir en una oportunidad para otro y que de alguna manera los beneficios se compartan.
- Se deben habituar a vivir entre sequías.
- Bueno, el viejo esquema ya no se puede sostener, por cuestiones climáticas, necesitamos tener una cultura de previsión, si ya sabemos que de cada diez años, cinco o seis y hasta siete tienen la probabilidad de sequías muy grande, entonces debemos tener depósitos o inventarios de forrajes ahí en las regiones para no andarlos movilizando a última hora con costos muy altos. Las organizaciones ganaderas tienen que crear esa cultura y tener sus bancos, que muchas veces esos forrajes son producidos localmente, nomás que en otra temporada del año: todos los esquilmos, los rastrojos, las cáscaras que se generan en alguna época, dejarlas ahí y no quemarlas, porque son fuente de valor para algunos y resuelven problemas de escasez para el ganado.
- Y eso es cosa de organización de productores, no de pedirle al gobierno que resuelva el problema…
- Por eso digo que tenemos que hacer un cambio de mentalidad, en vez de ir con el gobierno y decir indemnízame, ayúdame, págame, entrar a esquemas de aseguramiento, pero no sólo de parte de las autoridades, hemos propuesto que si además de los seguros catastróficos que contratan el gobierno federal y los gobiernos estatales, los productores, cediendo una pequeña parte de su Procampo o una pequeña parte de su Progan [subsidios a la producción agrícola y ganadera], le completen al seguro que el gobierno contrata, con muy poco dinero, y mejorar la cobertura asegurada.
Mar invasor en marismas nacionales, Nayarit.
La nueva economía
- ¿Se trata de construir una nueva economía en torno al cambio climático?
- Así es, de darle vuelta el problema, y lo ha dicho mucho el señor presidente, el crecimiento verde, y que el propio cambio climático también abre espacios para otros enfoques, para otras oportunidades, que nos llevan también a un crecimiento económico, no sólo estar defendiendo lo que hay, sino promoviendo estas nuevas cosas.
- Pero la inercia o el tradicionalismo es muy fuerte. ¿No cuesta mucho en el campo mentalizarse de este modo?
- Sí, pero también las circunstancias nos obligan a cambiar; mientras hubo recursos amplios, era fácil pasarle la factura al gobierno, pero hoy que estamos en un entorno de recesión mundial, en que los presupuestos no pueden ser tan generosos, queda la obligación de buscar nuevas formas, y va entrando la conciencia. Por ejemplo, el actual gobernador de Zacatecas aceptó que usemos a ese estado como una especie de centro experimental y que echemos a andar estos nuevos esquemas culturales, con una ayuda de los ganaderos, con ayuda de la Comisión Nacional de Zonas Áridas, que trabajemos con las universidades, que volteemos a ver experiencias de otros países, como Australia, muy vulnerado por los cambios climáticos extremos y que ha ido adaptando rápidamente su agricultura y su ganadería a sus circunstancias.
- ¿El experimento en Zacatecas qué significa en los hechos?
- Significa retirar una superficie importante que se dedica al cultivo de frijol y reconvertirla otra vez en actividad ganadera; en el caso ganaderos, las zonas que están muy sobrepastoreadas o muy esquilmadas, sacar el ganado de ahí y dejar que esa superficie quede en descanso por varios años o reconvertirla, por ejemplo, a UMAS [unidad de manejo de vida silvestre]; estamos trabajando mucho con la Semarnat [Secretaría de Medio Ambiente], para que a través de ranchos cinegéticos o de otro tipo de soluciones, […] no podemos lesionar la propiedad de los productores o sus derechos, tiene que ser por convencimiento, pero repito, ellos se están dando cuenta que los métodos tradicionales se están agotando y que no hay manera de llegar al fondo del problema con pequeñas medidas cosméticas.
En las zonas de agricultura empresarial exitosa, sostiene Mayorga Castañeda, se debe establecer la prioridad de cuidar el agua con mejoras en los sistemas de riego, con nivelaciones, con geomembrana, pero se deben retirar progresivamente los subsidios a la electricidad y que la misma agua sea cobrada, además de la insistencia en cultivos que consumen menos el recurso.
- En las zonas donde están los cien acuíferos sobreexplotados, ¿no tendría que ser más draconiano este planteamiento de cambio?
- Sí, claro, por ejemplo, la actividad lechera intensiva en México está ubicada en lugares con grandes conflictos de agua; si analizas un mapa vas a empezar en Ciudad Juárez, vas a seguir en Delicias, en Torren, en Aguascalientes y vas a terminar en Querétaro, y son semidesierto, están creciendo urbanamente muy rápidamente, tienen un potencial industrial muy fuerte, y ya está entrando en conflicto la producción intensiva de leche con los demás requerimientos de agua.
El planteamiento es el cambio a cultivos que usen menos agua, buscar variedades genéticamente resistentes a la sequía en el forraje, “pero si estamos bloqueando la biotecnología, los organismos genéticamente modificados, nos estamos autolimitando nosotros mismos para compaginar actividades que pelean por un mismo recurso, que es escaso. Tenemos que avanzar mucho en la nutrición del ganado, para hacer al ganado más eficiente, para aprovechar un volumen dado de nutrientes. Entonces, hay una tarea infinita en ese sentido, a medida que estas limitantes nos están alcanzando…”.
- ¿Cree que esto lo estamos planteando a tiempo?
- Yo creo que por lo general, los seres humanos, mientras nos advierten de algo, lo tomamos con calma y a la hora en que eso realmente se convierte en una presión, actuamos muy rápido, o sea, la respuesta, el instinto de sobrevivencia nos hace reaccionar… La sequía extrema de este año nos va ayudar mucho en eso, ya está aquí el problema.
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En jaque, acuerdo para cambio climático; negociadores cambian objetivos
La conferencia, que se inaugura el 28 de noviembre en Durban, es considerada como una última oportunidad para encontrar una forma de avanzar en la lucha contra el calentamiento global.
Panamá. A sólo unas semanas de la conferencia sobre el clima en Sudáfrica, los negociadores han cambiado su objetivo de alcanzar un acuerdo histórico para asegurar que sobreviva el sistema global de discusiones.
La conferencia, que se inaugura el 28 de noviembre en Durban, es considerada como una última oportunidad para encontrar una forma de avanzar en la lucha contra el cambio climático, pues el Protocolo de Kyoto, que considera compromisos para reducir las emisiones de carbono, expira a fines de 2012.
Funcionarios de países clave señalaron que en las conversaciones preparatorias mantenidas hasta el viernes en Panamá se realizaron avances, pero no en cuanto a los problemas de fondo sino en la adopción de un marco técnico de cara al futuro.
“Los distintos países se están esforzando para que las expectativas concitadas por la conferencia de Durban sean realistas”, dijo Jennifer Haverkamp, directora del programa internacional de cambio climático del Fondo de Defensa del Ambiente, basado en Estados Unidos.
Sobre la cita sudafricana planea el fantasma de la cumbre de Copenhague de 2009, donde más de 100 dirigentes de todo el mundo intentaron llegar a un acuerdo global pero apenas lograron consensuar medidas progresivas.
En Estados Unidos, la mayor economía mundial y una de las que más emite dióxido de carbono, los planes del presidente Barack Obama para recortar esas emisiones chocaron con la resistencia del Congreso, donde la oposición republicana cuestiona incluso la evidencia científica del cambio climático.
Los negociadores de Estados Unidos presionan a China, que se ha convertido en el país más contaminante, para que se haga cargo de sus obligaciones, pero Pekín y otras economías emergentes responden que antes de exigir nada Washington debe adherir a los compromisos internacionales en la materia.
“Estamos probablemente a algunos años de distancia de acceder al acuerdo amplio y consistente que necesitamos. Hace tiempo que Estados Unidos llega a estas conferencias con los bolsillos vacíos”, dijo Haverkamp.
Tove Ryding, activista de la asociación Greenpeace, reconoció que los gobiernos no están en condiciones para concretar avances en Durban.
“Sin embargo, lo menos que pueden ofrecernos son sólidos cimientos hacia el logro de un acuerdo, así como un calendario y un plan para asegurar que vamos a obtener ese acuerdo tan rápido como sea humanamente posible”, agregó.
Los científicos de Naciones Unidas señalan que las emisiones de dióxido de carbono deben comenzar a ser recortadas como máximo a mediados de la presente década para evitar los peores impactos del cambio climático.
En la actualidad, se está lejos de alcanzar la meta de mantener el calentamiento global en 2,0 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
Mahlet Eyassu, activista del Foro para el Ambiente de Etiopía, alertó sobre los graves efectos de la sequía en su país. La ONU ha denunciado que decenas de miles de personas han muerto de hambruna en África, en particular en Somalia, un país afectado por conflictos armados, y varios millones corren riesgo de vida. "El Cuerno de África ha sido afectado por la peor sequía en 60 años. Los distintos países tienen que tomarse las cosas más seriamente y adoptar acciones urgentes" para combatir el cambio climático, dijo.
Dessima Williams, diplomática de Granada que representa a pequeños estados insulares, especialmente preocupados por el cambio climático en razón del aumento del nivel del mar que podría provocar, percibió algunos avances en las negociaciones de Panamá, sobre todo en el marco institucional.
"Tenemos que preservar el marco multilateral de negociaciones para limitar las emisiones de gases con efecto invernadero y asegurar la supervivencia de las pequeñas islas y del conjunto del planeta", señaló.
Los países ricos prometieron en Copenhague 100.000 millones de dólares por año a partir de 2020 a los países que se prevé más afectados por el cambio climático, como los pequeños estados insulares y los del África subsahariana, pero no está claro de dónde provendrá el dinero, y sigue sin haber señales de que se produzcan recortes de las emisiones luego de 2012.
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Panamá. A sólo unas semanas de la conferencia sobre el clima en Sudáfrica, los negociadores han cambiado su objetivo de alcanzar un acuerdo histórico para asegurar que sobreviva el sistema global de discusiones.
La conferencia, que se inaugura el 28 de noviembre en Durban, es considerada como una última oportunidad para encontrar una forma de avanzar en la lucha contra el cambio climático, pues el Protocolo de Kyoto, que considera compromisos para reducir las emisiones de carbono, expira a fines de 2012.
Funcionarios de países clave señalaron que en las conversaciones preparatorias mantenidas hasta el viernes en Panamá se realizaron avances, pero no en cuanto a los problemas de fondo sino en la adopción de un marco técnico de cara al futuro.
“Los distintos países se están esforzando para que las expectativas concitadas por la conferencia de Durban sean realistas”, dijo Jennifer Haverkamp, directora del programa internacional de cambio climático del Fondo de Defensa del Ambiente, basado en Estados Unidos.
Sobre la cita sudafricana planea el fantasma de la cumbre de Copenhague de 2009, donde más de 100 dirigentes de todo el mundo intentaron llegar a un acuerdo global pero apenas lograron consensuar medidas progresivas.
En Estados Unidos, la mayor economía mundial y una de las que más emite dióxido de carbono, los planes del presidente Barack Obama para recortar esas emisiones chocaron con la resistencia del Congreso, donde la oposición republicana cuestiona incluso la evidencia científica del cambio climático.
Los negociadores de Estados Unidos presionan a China, que se ha convertido en el país más contaminante, para que se haga cargo de sus obligaciones, pero Pekín y otras economías emergentes responden que antes de exigir nada Washington debe adherir a los compromisos internacionales en la materia.
“Estamos probablemente a algunos años de distancia de acceder al acuerdo amplio y consistente que necesitamos. Hace tiempo que Estados Unidos llega a estas conferencias con los bolsillos vacíos”, dijo Haverkamp.
Tove Ryding, activista de la asociación Greenpeace, reconoció que los gobiernos no están en condiciones para concretar avances en Durban.
“Sin embargo, lo menos que pueden ofrecernos son sólidos cimientos hacia el logro de un acuerdo, así como un calendario y un plan para asegurar que vamos a obtener ese acuerdo tan rápido como sea humanamente posible”, agregó.
Los científicos de Naciones Unidas señalan que las emisiones de dióxido de carbono deben comenzar a ser recortadas como máximo a mediados de la presente década para evitar los peores impactos del cambio climático.
En la actualidad, se está lejos de alcanzar la meta de mantener el calentamiento global en 2,0 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
Mahlet Eyassu, activista del Foro para el Ambiente de Etiopía, alertó sobre los graves efectos de la sequía en su país. La ONU ha denunciado que decenas de miles de personas han muerto de hambruna en África, en particular en Somalia, un país afectado por conflictos armados, y varios millones corren riesgo de vida. "El Cuerno de África ha sido afectado por la peor sequía en 60 años. Los distintos países tienen que tomarse las cosas más seriamente y adoptar acciones urgentes" para combatir el cambio climático, dijo.
Dessima Williams, diplomática de Granada que representa a pequeños estados insulares, especialmente preocupados por el cambio climático en razón del aumento del nivel del mar que podría provocar, percibió algunos avances en las negociaciones de Panamá, sobre todo en el marco institucional.
"Tenemos que preservar el marco multilateral de negociaciones para limitar las emisiones de gases con efecto invernadero y asegurar la supervivencia de las pequeñas islas y del conjunto del planeta", señaló.
Los países ricos prometieron en Copenhague 100.000 millones de dólares por año a partir de 2020 a los países que se prevé más afectados por el cambio climático, como los pequeños estados insulares y los del África subsahariana, pero no está claro de dónde provendrá el dinero, y sigue sin haber señales de que se produzcan recortes de las emisiones luego de 2012.
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