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sábado, 13 de agosto de 2011

Científicos crean red contra el cambio climático

Científicos de seis países de América Latina acaban de forjar una red para promover estudios de adaptación al calentamiento con énfasis en los bosques, y esperan adhesiones de toda la región.
TURRIALBA Milagros Salazar * Costa Rica - Tierramérica

Argentina. Follaje otoñal de lenga (Nothofagus pumilio) en el cerro Catedral.
En América Central la temperatura se eleva y los bosques demoran en crecer. Más al sur, las selvas amazónicas aún no se calientan. Es sólo un ejemplo de que el cambio climático se manifiesta de maneras diferentes en cada región.
Una recién creada red de científicos busca respuestas para que América Latina conozca y se adapte a esos diversos escenarios que está montando el cambio climático.
Con ese propósito, un grupo de especialistas se reunieron el 5 de agosto en la sede del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie), en el pueblo boscoso y volcánico de Turrialba, a dos horas de autobús desde San José, la capital de Costa Rica.
No todos los ecosistemas boscosos de América Latina y el Caribe sienten y sentirán de igual manera los efectos del recalentamiento, indican los primeros hallazgos de los científicos que, antes de fundar la red, elaboraron y ejecutaron proyectos de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático en la Gestión Forestal Sostenible en Iberoamérica (MIA).
Tales iniciativas, ejecutadas entre 2008 y 2011, fueron impulsadas por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) de España, el Centro de Investigación Forestal Internacional (Cifor) con sede en Indonesia, y el Catie. Los resultados de estos estudios se presentaron en Turrialba unos días antes de la primera reunión de la flamante Red de Adaptación al Cambio Climático y ecosistemas como estrategias de adaptación (RACC).
Un grupo de investigadores de Chile y Argentina determinaron que, por efecto del cambio climático, bosques con árboles de la especie Nothofagus pumilio situados en la austral Patagonia de ambos países, crecerán y ampliarán su superficie, mientras se verán menguados los de otra especie del mismo género Nothofagus que se encuentran más al norte.
"En un escenario de cambio climático, también hay bosques que se verán beneficiados", dijo a Tierramérica el investigador Sergio Donoso, de la Universidad de Chile y presidente de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo.
Los pobladores cercanos a esos bosques, principalmente en la zona norte del área estudiada, beben el agua que genera el ecosistema forestal y también se benefician del turismo. Por lo tanto, su disminución afectará sus vidas.
Mientras que en las porciones patagónicas de Nothofagus pumilio ¬llamado guindo de Magallanes, lenga, roble blanco y roble de Tierra del Fuego¬, los lugareños cosechan los árboles, que constituyen una importante actividad económica. Dos caras de una misma moneda que, según los investigadores, deben ser compartidas en la red científica.
Los investigadores que ya participan en la red provienen de instituciones estatales, académicas y no gubernamentales de seis países de América Latina y el Caribe: Argentina, Chile, Colombia, Panamá, Costa Rica y Nicaragua.
"Queremos contribuir al desarrollo de estrategias de manejo de los ecosistemas forestales para que aún bajo condiciones de cambio climático puedan seguir con su papel de regulación del ciclo hídrico y ayudar a reducir los riesgos de eventos climáticos extremos como sequías, inundaciones y vientos", explicó a Tierramérica el ingeniero forestal holandés Bastiaan Louman, coordinador del Programa de Cambio Climático del Catie.
Louman también coordina la RACC y espera que otros representantes de la región se sumen a este esfuerzo.
Como paso inicial, investigadores de Ecuador, Perú y Nicaragua asistieron a la reunión fundacional en Turrialba.
"Es la primera vez que se conforma una red científica en la región para adaptación al cambio climático. Es muy importante porque se trata de un problema urgente que puede tener impacto en los medios de vida de las personas", aseguró Louman.
El grupo fortalecerá su trabajo capacitando a sus miembros, pero también mediante el intercambio de experiencias e información entre los países para potenciar las acciones conjuntas y perfeccionar la comprensión de los impactos diferenciados en la región."Hay que generar sinergia en la calidad y cantidad de investigación en adaptación, pero también lograr transferir y comunicar los resultados a la sociedad y tomadores de decisión", agregó Donoso.
Mediante otro proyecto MIA, el investigador costarricense Carlos Navarro, del Catie, llegó a la conclusión de que la valiosa caoba (de la familia Meliaceae) aún tiene condiciones para adaptarse al calentamiento en algunas zonas de Colombia, Panamá y Costa Rica, pese a que está en riesgo de extinción y a que su codiciada madera se vende a 1.700 dólares el metro cúbico.
Navarro, que dedicó 25 años de su vida a estudiar la caoba, sostiene que hay especies más adaptables que otras, lo que hace necesario recolectar y conservar las semillas, así como trasplantar algunos ejemplares a las áreas donde escasea.
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Panamá acogerá reunión de cumbre sobre Cambio Climático

Panamá acogerá el próximo octubre una reunión preparatoria de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la que se buscará llegar a acuerdos que permitan el "éxito" de la cita mundial prevista a finales de este año en Suráfrica.
El subadministrador de la Autoridad Nacional del Ambiente de Panamá (ANAM), Silvano Vergara, dijo a Efe que en el país centroamericano se reunirán del 1 al 7 de octubre próximo dos grupos de trabajo, uno que tratará el tema del Protocolo de Kyoto y el otro sobre cooperación a largo plazo.

"Estos grupos van a tratar las agendas que quedaron (pendientes) en la reunión de Bonn en materia de financiamiento, transferencia de tecnología, mitigación y reducción de emisiones producidas por la deforestación, y la degradación forestal en los países en desarrollo, conocida como REDD", precisó Vergara.

Vergara sostuvo que la intención es la de llegar a un acuerdo que permita que la reunión que tendrá lugar del 29 de noviembre al 10 de diciembre próximos, "sea exitosa".

No obstante, el funcionario panameño reconoció que la dificultad de esa tarea, sobre todo en el tema del financiamiento, "porque obviamente los países más vulnerables necesitan de mayor apoyo para enfrentar el cambio climático y allí está el principal escollo a resolver", agregó.

Señaló que existe mucho optimismo de que en la reunión de Panamá se lleguen a acuerdos en algunos temas y en otros se avance para que se tome la decisión final en Durban.

Vergara participó en una reunión informativa con la prensa junto con el embajador de Panamá en el Reino Unido, Gilberto Arias, y funcionarios del Ministerio panameño de Relaciones Exteriores.

A la reunión del próximo octubre en Panamá se espera la asistencia de más de 4.000 personas entre miembros de las delegaciones de los 195 Estados Partes de la Convención, de organizaciones no gubernamentales, y de organismos internacionales
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Colombia se prepara para el cambio climático

COLPRENSA Cambios climáticos afectan Colombia

En Colombia se están adoptando medidas para enfrentar este fenómeno y contrarrestar sus efectos ambientales, económicos y sociales. Sin embargo, es necesario que los planes de acción amplíen su cobertura, para garantizar la reducción del impacto en el país.

Si se acude a la definición escueta de cambio climático se puede decir que éste se refiere a la variación global del clima de la Tierra, debido a causas naturales y a la actividad humana. Ésta última variable ha sido directa o indirectamente factor importante que ha alterado la composición de la atmósfera, lo que agrava la variabilidad natural del clima.

Con el objetivo de reforzar la conciencia pública, a escala mundial, sobre los problemas relacionados con el cambio climático se creó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) que entró en vigencia en 1994 y que pretende, entre otras cosas, lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero.

"Los hechos son claros: el cambio climático es real; se está acelerando de manera peligrosa y no solo exacerba las amenazas a la paz y la seguridad internacional, sino que es una amenaza ya", dijo el mes pasado en Nueva York, Ban Ki-Moon, Secretario General de las Naciones Unidas.

Por su parte, José Carrera, vicepresidente del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), aseguró que “el impacto real del cambio climático va a depender de la intensidad de los fenómenos naturales que se den en el futuro y eso es muy difícil de saber, pero lo que sí sabemos es que los efectos se acentuarán con más intensidad. Se presentarán mayores lluvias o sequías en las ciudades y gran cantidad de personas pueden resultar afectadas”.

Colombia, que según Carrera es uno de los países de Latinoamérica más vulnerables frente al cambio climático, es miembro de esta Convención, que hasta el momento se ha encargado de mantener los esfuerzos internacionales por resolver los problemas del cambio climático y examinar los nuevos descubrimientos científicos y la experiencia conseguida en la aplicación de distintas políticas.

En el país tanto entidades públicas como privadas están comenzando a ejecutar estrategias para concientizar a los habitantes sobre el impacto del cambio climático.

La ministra de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Beatriz Uribe, aseguró durante el II Congreso Nacional del Clima, realizado en Bogotá del 3 al 5 de agosto, que "en este año se hizo evidente que teníamos que incluir temas relacionados con el cambio climático en la agenda del Gobierno, pues éste afecta diferentes sectores, principalmente, el económico".

En este sentido, por ejemplo, fue aprobado este año el Conpes (Consejo Nacional de Política Económica y Social) que según explicó Hernando José Gómez, director de Planeación Nacional, pretende:

1. Crear un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, que trabajará en temas como el manejo de situaciones de riesgo y adaptación.

2.- Desarrollar una estrategia colombiana de desarrollo bajo en carbono, que busca reducir el nivel de emisiones que genera la actividad productiva y normal de la sociedad.

3.- Reducir la deforestación para evitar la sedimentación de los ríos.

En términos generales esta política pública incluye la creación del Sistema Nacional de Cambio Climático, para reducir la vulnerabilidad en las poblaciones, ecosistemas y sectores económicos. Además contempla un aumento en la capacidad de respuesta ante desastres y una reducción en el nivel de emisiones que genera la actividad productiva.

“Hasta el momento tenemos el Conpes que es una estrategia muy importante, pero la idea es que se generen nuevas propuestas y avancemos en la prevención de los efectos del cambio climático”, agregó la Ministra de Ambiente.

Por su parte, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam) está adelantando proyectos en el macizo colombiano y en la zona rural de La Calera y Choachí (Cundinamarca). “El INAP es uno de los proyectos más importantes, que cuenta con el reconocimiento del Banco Mundial a Colombia, por ser el único país en el mundo que ha adelantado un proyecto de adaptación al cambio climático, en el cual se invirtieron cerca de 4,5 millones de dólares”, aseguró Ricardo José Lozano, director del Ideam.

Según explicó Lozano, en el caso de La Calera y Choachí, ocho veredas ya cuentan con herramientas y capacidad para adaptarse al cambio climático. En 124 fincas de comunidades campesinas se adelantó un diagnóstico para determinar el impacto negativo en sus tierras como consecuencia de las malas prácticas agrícolas y de esta manera se asesoró a los agricultores para implementar sistemas agrosostenibles.

“Entre las medidas se destacan los cercos vivos, es decir, la siembra de árboles, que cuando crecen delimitan la finca de manera natural y contribuyen a la disminución del impacto de las heladas y de los fuertes vientos en los cultivos, además que aumenta las proteínas del suelo, lo que se refleja en el mejoramiento de la leche y la carne”, sostuvo Lozano.

Con respecto al macizo colombiano, se diseñó un análisis de vulnerabilidad climática, replicable en ecosistemas de alta montaña y territorios étnicos. Asimismo, existe una guía metodológica que permite incorporar la gestión del riesgo en los Planes de Ordenamiento Territorial.

Frente a este tema el Director del Ideam afirmó que "se debe incluir en los programas de las alcaldías y gobernaciones un ajuste frente a los planes de ordenamiento a nivel de prevención, con el fin de establecer con claridad mapas de riesgo y determinar qué se puede hacer en las regiones más vulnerables al cambio climático".

EL CAMBIO CLIMÁTICO TAMBIÉN AFECTA A LAS CIUDADES

El cambio climático está siendo considerado una amenaza directa para las ciudades, pues pone en riesgo no sólo su infraestructura, sino también la economía y el bienestar de sus habitantes.

La relación entre ciudades y cambio climático radica, según el vicepresidente del CAF, José Carrera, en que algunas urbes no están preparadas para enfrentar las consecuencias de este tipo de fenómenos, por ejemplo, en términos de infraestructura y prevención: “Más de dos tercios de la población de América Latina vive en ciudades y el 30 por ciento, en condiciones marginales. Las poblaciones que viven en asentamientos y en las riberas de los ríos corren grandes riesgos con las variaciones del clima, pues no están preparados para asumirlos”.

En este sentido, Eduardo López, director de monitoreo de ciudades ONU-HABITAT indicó que uno de los mayores riesgos del cambio climático es la posibilidad de que se presenten calamidades, daños e incluso muertes. Otras son la reducción en la producción de alimentos y de los recursos hídricos.

Una de las soluciones y propuestas para mitigar este tipo de consecuencias es una planificación urbana responsable.

Se estima que hasta el año 2030 habrá un crecimiento del 93 por ciento en ciudades de América Latina, África y Asia. Con este panorama, “se deben reducir todas las vulnerabilidades donde sea posible, crear sistemas de alerta temprana y se debe construir teniendo en cuenta las condiciones de las ciudades, por ejemplo, saber cómo llega el agua, qué nivel de contaminación existe en el aire, y cómo se utiliza el suelo”, aseguró López.

De acuerdo con Sandra Bessudo, alta consejera presidencial para la Gestión Ambiental y la Biodiversidad, “lo que se debe hacer en las ciudades colombianas es una mejor planeación a futuro, a través de una construcción sostenible. De hecho este tipo de estrategias ya se están comenzando a implementar en Bogotá y Medellín”.

Finalmente, Bessudo informó que en el país se producen 27 mil toneladas de residuos al día, de los cuales en un 90 por ciento se dejan al aire libre. “Este tipo de cuestiones deben comenzar a cambiar y ya tenemos el Conpes que crea el Sistema Nacional de Cambio Climático, para reducir la vulnerabilidad en poblaciones, ecosistemas y sectores productivos. En realidad, el cambio climático está en los ojos de ambientalistas, economistas, sociólogos y demás, pues a pesar de que en el país ya se están adoptando medidas son muchos los retos que vendrán”.
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