Se cubrió playas Venecia, Barlovento y Conchán. Participaron barristas de la U, vecinos, microempresarios y trabajadores de Municipalidad
Foto: Instituto para la Protección del Medio Ambiente
Alrededor de 55 toneladas de desmonte y desperdicios marinos fueron retirados de las playas Venecia, Barlovento y Conchán (Villa El Salvador), durante la jornada de la Campaña Internacional de Limpieza de Costas y Riberas – Perú 2011, organizadas por la ONG Vida. En esta oportunidad participaron vecinos del distrito, miembros de la municipalidad, barristas del club Universitario de Deportes, efectivos de la Policía Nacional, microempresarios y de otras instituciones.
“Esta nueva actividad, en el marco de la Campaña Internacional de Limpieza de Costas y Riberas, es muy importante pues han participado representantes de toda la comunidad de Villa El Salvador, sus organizaciones de base y diversas instituciones con sus autoridades locales, la Municipalidad, con el objetivo de beneficiar a su propio distrito”, señaló Úrsula Carrascal, vicepresidente de la ONG Vida, entidad encargada de la organización de la campaña en el Perú.
Alrededor de 300 personas, de todas las edades, conformaron grupos de brigadistas voluntarios que recolectaron los residuos que deposita el mar en las playas señaladas, que cubren alrededor de mil metros de litoral. Ellos se dedicaron a recoger los desechos marinos (plásticos, maderas, vidrios, etc.), llegando a recolectar aproximadamente 5 mil kilos de basura. Con la información obtenida de esta labor se podrá contribuir al manejo de los residuos sólidos en este distrito.
La Municipalidad de Villa El Salvador, por su parte, intervino en el traslado del desmonte que se había arrojado en la zona, empleando cargadores frontales y volquetes. De acuerdo con el trabajo realizado, se retiraron del lugar al menos 50 toneladas de desechos de material de construcción e incluso rocas. Hasta el momento, el Concejo ha invertido más de 300 mil nuevos soles en el retiro de desmonte arrojado en las vías públicas y áreas verdes locales.
“En las playas Venecia y Conchán se puede apreciar claramente el impacto causado por el constante arrojo de desmonte y brea para habilitar pistas clandestinas, en donde practican manejo personas que van a rendir examen en el local del Touring y Automóvil Club”, remarcó Carrascal.
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lunes, 17 de octubre de 2011
Recolectan más de 50 toneladas de desmonte y desperdicios en playas de Villa El Salvador
El cambio climático puede estar encogiendo a animales
Un estudio publicado en Nature Climate indica que por cada grado más de temperatura se reduce el tamaño de varias especies de plantas y animales.
Avestruces del zoológico privado de Muammar Gadafi, localizado en Wadi Bai, en Libia. El zoológico contaba con al menos 1.000 animales |
Un estudio publicado en la revista Nature Climate sugiere que el cambio climático ha hecho que animales y plantas se encojan debido al aumento de temperatura y la escasez de agua.
Los investigadores advirtieron que este fenómeno podría tener implicaciones profundas en la producción de alimentos.
'Muchas especies ya exhiben tamaños más pequeños como resultado del cambio climático y muchas otras son propensas a encogerse en respuesta a las reglas fundamentales ecológicas y de metabolismo', escribieron Jennifer Sheridan y David Bockford en su ensayo.
'Esto podría tener un impacto negativo tanto en los cultivos como en fuentes de proteínas, como el pescado, que son importantes para la nutrición de los seres humanos', advirtieron.
Los expertos hicieron un seguimiento de las especies desde los registros fósiles hasta decenas de estudios que muestran que muchas plantas y criaturas como arañas, escarabajos, abejas, hormigas y cigarras se han encogido con el tiempo en relación con el cambio climático.
La sobrevivencia del más pequeño
Ellos citaron un experimento que demuestra cómo plantas y frutas son entre un 3 y un 17% más pequeños por cada grado centígrado de calentamiento.
Cada grado de más también reduce entre un 0,5 y un 4% el tamaño del cuerpo de marinos invertebrados y entre un 6 y un 22% el de los peces.
'La sobrevivencia de individuos pequeños puede aumentar en temperaturas mayores, y las condiciones de sequía pueden llevar a brotes más pequeños, lo que produciría en promedio tallas más pequeñas', explicaron.
'El impacto podría variar: desde limitadas fuentes de alimentos (menos comida producida en la misma extensión de terreno) hasta una sistemática pérdida de la biodiversidad y una eventual cascada catastrófica de servicios del ecosistema'.
Los expertos aclaran que todavía no han visto los efectos a gran escala, pero sugieren que en la medida en que las temperaturas aumenten 'estos cambios en el tamaño de los cuerpos podrían ser mucho más pronunciados'.
Otro de los efectos del impacto del cambio climático en animales puede ser la extinción de algunas especies, según un estudio publicado a principios de este mes por la Universidad de Brown en Estados Unidos.
'Muchas especies son sensibles a cambios en el clima y para sobrevivir deberán cambiar su distribución geográfica. Las especies que responden al cambio climático moviéndose hacia los polos (hacia el norte en el Hemisferio Norte y hacia el sur en el Hemisferio Sur) a medida que aumenta la temperatura, verán su avance interrumpido o incluso revertido si el clima es más frío durante ciertas décadas', dijo a BBC Mundo Dov Sax, profesor del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de Brown University
Esta amenaza para muchos anfibios podría disminuir si se dedican más recursos para reubicar a las especies más vulnerables, según los especialistas.
Un número creciente de expertos asegura que las especies deberán adaptarse a temperaturas proyectadas que no se han visto en los últimos dos millones de años y deberán hacerlo mientras sus hábitats se ven cada vez más presionados por la acción humana.
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Avestruces del zoológico privado de Muammar Gadafi, localizado en Wadi Bai, en Libia. El zoológico contaba con al menos 1.000 animales |
Un estudio publicado en la revista Nature Climate sugiere que el cambio climático ha hecho que animales y plantas se encojan debido al aumento de temperatura y la escasez de agua.
Los investigadores advirtieron que este fenómeno podría tener implicaciones profundas en la producción de alimentos.
'Muchas especies ya exhiben tamaños más pequeños como resultado del cambio climático y muchas otras son propensas a encogerse en respuesta a las reglas fundamentales ecológicas y de metabolismo', escribieron Jennifer Sheridan y David Bockford en su ensayo.
'Esto podría tener un impacto negativo tanto en los cultivos como en fuentes de proteínas, como el pescado, que son importantes para la nutrición de los seres humanos', advirtieron.
Los expertos hicieron un seguimiento de las especies desde los registros fósiles hasta decenas de estudios que muestran que muchas plantas y criaturas como arañas, escarabajos, abejas, hormigas y cigarras se han encogido con el tiempo en relación con el cambio climático.
La sobrevivencia del más pequeño
Ellos citaron un experimento que demuestra cómo plantas y frutas son entre un 3 y un 17% más pequeños por cada grado centígrado de calentamiento.
Cada grado de más también reduce entre un 0,5 y un 4% el tamaño del cuerpo de marinos invertebrados y entre un 6 y un 22% el de los peces.
'La sobrevivencia de individuos pequeños puede aumentar en temperaturas mayores, y las condiciones de sequía pueden llevar a brotes más pequeños, lo que produciría en promedio tallas más pequeñas', explicaron.
'El impacto podría variar: desde limitadas fuentes de alimentos (menos comida producida en la misma extensión de terreno) hasta una sistemática pérdida de la biodiversidad y una eventual cascada catastrófica de servicios del ecosistema'.
Los expertos aclaran que todavía no han visto los efectos a gran escala, pero sugieren que en la medida en que las temperaturas aumenten 'estos cambios en el tamaño de los cuerpos podrían ser mucho más pronunciados'.
Otro de los efectos del impacto del cambio climático en animales puede ser la extinción de algunas especies, según un estudio publicado a principios de este mes por la Universidad de Brown en Estados Unidos.
'Muchas especies son sensibles a cambios en el clima y para sobrevivir deberán cambiar su distribución geográfica. Las especies que responden al cambio climático moviéndose hacia los polos (hacia el norte en el Hemisferio Norte y hacia el sur en el Hemisferio Sur) a medida que aumenta la temperatura, verán su avance interrumpido o incluso revertido si el clima es más frío durante ciertas décadas', dijo a BBC Mundo Dov Sax, profesor del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de Brown University
Esta amenaza para muchos anfibios podría disminuir si se dedican más recursos para reubicar a las especies más vulnerables, según los especialistas.
Un número creciente de expertos asegura que las especies deberán adaptarse a temperaturas proyectadas que no se han visto en los últimos dos millones de años y deberán hacerlo mientras sus hábitats se ven cada vez más presionados por la acción humana.
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Los efectos del cambio climático influyen en la biomasa de los cefalópodos en mayor medida que su posible sobreexplotación
Los efectos del cambio climático influyen en la biomasa de los cefalópodos en mayor medida que su posible sobreexplotación, según la opinión de los científicos que a partir de mañana intervendrán en un encuentro en Vigo con industriales del sector pesquero para intercambiar información sobre estas especies.
Alexander Arkhipkin, investigador del departamento de pesquerías de las Islas Malvinas, ha explicado en la presentación de la jornada técnica que "las grandes fluctuaciones" de la población del potón peruano "dependen mucho" del aumento en 0,8 grados de la temperatura del océano Atlántico en los últimos diez años.
Ángel Guerra, del CSIC, ha añadido que el calentamiento del agua también está provocando la migración de especies a zonas con temperaturas más bajas; un efecto que se puede apreciar en Galicia con la marcha del popularmente denominado "calamar de fuera" a las Islas Británicas.
En cambio, se han acercado a las aguas gallegas y también a las asturianas otras especies antes inéditas como el "calamar volantín" o el "choco con punta".
Guerra ha recalcado que en los últimos quince años, a pesar de las fluctuaciones de biomasa que se producen en cada ejercicio, la tendencia de la población mundial de cefalópodos es creciente, con un volumen de 3,5 toneladas/año, mientras que la de los peces de escamas es decreciente.
Los científicos y el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, Francisco Javier Touza, han negado que exista sobreexplotación de cefalópodos.
Al contrario, han avalado el control de las pesquerías y el grado de cooperación de los pesqueros con las entidades científicas en el intercambio de información de las capturas "en tiempo real" en las Islas Malvinas, donde empresas gallegas participan en las firmas titulares de las 17 licencias existentes para operar en la zona.
Cuestión aparte es la de la "pota argentina", donde hay un número creciente de barcos, muchos de ellos provenientes de Asia, y el control es menor, según Francisco Javier Touza.
Ángel Guerra ha explicado que hay varias especies de cefalópodos amenazadas pero ninguna por su sobreexplotación salvo el "nautilus" en el Indo-Pacífico, cuya concha es valorada como elemento ornamental.
En lo que a Galicia y la explotación del pulpo se refiere, Ángel Guerra ha significado que en líneas generales "se conoce y se respeta el ciclo del afloramiento" de larvas y que la talla de primera captura, de un kilo aproximadamente, "es buena".
"Otra cosa", ha abundado, es "la vigilancia del cumplimiento" de las normas; una faceta que cree "muy mejorable", así como el intercambio de información del sector pesquero con la comunidad científica y la administración.
En el encuentro técnico de mañana en Vigo, aparte de intercambiar información sobre las poblaciones, tamaños y migraciones de los cefalópodos, los científicos asesorarán a las industrias del sector sobre otras especies poco o nada explotadas y que son susceptibles de comercializar como las potas saltadora, cárdena y naranja.
Ángel Guerra ha significado que de la pota saltadora hay una población estimada de 6 millones de toneladas/año ubicada en el Golfo de Adén, aunque ha admitido ciertos condicionantes como la conflictividad de la zona, donde son habituales los secuestros, y la dificultad de localizar las concentraciones de este cefalópodo.
Otra especie susceptible de comercializar es una pota que se pesca artesanalmente en Madeira, pero se precisa una campaña de prospección "costosa económicamente", según el técnico del CSIC, y también estudiar las "posibles consecuencias" en el ecosistema, ya que de ella se alimentan el pez espada y varios mamíferos marinos.
Fuente
Alexander Arkhipkin, investigador del departamento de pesquerías de las Islas Malvinas, ha explicado en la presentación de la jornada técnica que "las grandes fluctuaciones" de la población del potón peruano "dependen mucho" del aumento en 0,8 grados de la temperatura del océano Atlántico en los últimos diez años.
Ángel Guerra, del CSIC, ha añadido que el calentamiento del agua también está provocando la migración de especies a zonas con temperaturas más bajas; un efecto que se puede apreciar en Galicia con la marcha del popularmente denominado "calamar de fuera" a las Islas Británicas.
En cambio, se han acercado a las aguas gallegas y también a las asturianas otras especies antes inéditas como el "calamar volantín" o el "choco con punta".
Guerra ha recalcado que en los últimos quince años, a pesar de las fluctuaciones de biomasa que se producen en cada ejercicio, la tendencia de la población mundial de cefalópodos es creciente, con un volumen de 3,5 toneladas/año, mientras que la de los peces de escamas es decreciente.
Los científicos y el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, Francisco Javier Touza, han negado que exista sobreexplotación de cefalópodos.
Al contrario, han avalado el control de las pesquerías y el grado de cooperación de los pesqueros con las entidades científicas en el intercambio de información de las capturas "en tiempo real" en las Islas Malvinas, donde empresas gallegas participan en las firmas titulares de las 17 licencias existentes para operar en la zona.
Cuestión aparte es la de la "pota argentina", donde hay un número creciente de barcos, muchos de ellos provenientes de Asia, y el control es menor, según Francisco Javier Touza.
Ángel Guerra ha explicado que hay varias especies de cefalópodos amenazadas pero ninguna por su sobreexplotación salvo el "nautilus" en el Indo-Pacífico, cuya concha es valorada como elemento ornamental.
En lo que a Galicia y la explotación del pulpo se refiere, Ángel Guerra ha significado que en líneas generales "se conoce y se respeta el ciclo del afloramiento" de larvas y que la talla de primera captura, de un kilo aproximadamente, "es buena".
"Otra cosa", ha abundado, es "la vigilancia del cumplimiento" de las normas; una faceta que cree "muy mejorable", así como el intercambio de información del sector pesquero con la comunidad científica y la administración.
En el encuentro técnico de mañana en Vigo, aparte de intercambiar información sobre las poblaciones, tamaños y migraciones de los cefalópodos, los científicos asesorarán a las industrias del sector sobre otras especies poco o nada explotadas y que son susceptibles de comercializar como las potas saltadora, cárdena y naranja.
Ángel Guerra ha significado que de la pota saltadora hay una población estimada de 6 millones de toneladas/año ubicada en el Golfo de Adén, aunque ha admitido ciertos condicionantes como la conflictividad de la zona, donde son habituales los secuestros, y la dificultad de localizar las concentraciones de este cefalópodo.
Otra especie susceptible de comercializar es una pota que se pesca artesanalmente en Madeira, pero se precisa una campaña de prospección "costosa económicamente", según el técnico del CSIC, y también estudiar las "posibles consecuencias" en el ecosistema, ya que de ella se alimentan el pez espada y varios mamíferos marinos.
Fuente
"No damos un mensaje claro sobre el cambio climático"
Ingeniero químico y doctor en ingeniería ambiental, la Real Academia de Ingeniería le otorga mañana el Premio Joven Investigador 2011. Con 32 años, su carrera científica se ha desarrollado en la NASA, la Universidad de California y el Barcelona Supercomputing Center
Pedro Jiménez Guerrero. Premio Joven Investigador 2011. "No damos un mensaje claro sobre el cambio climático" - "El plan Bolonia fomenta el esfuerzo del profesor"
Pedro Jiménez y la ingeniera industrial Amelia Barrero reciben mañana los Premios Joven Investigador 2011 en un acto en Madrid. Jiménez, que trabaja en la Universidad de Murcia, es un experto en la relación entre contaminación y cambio climático.
¿En qué ha consistido su trayectoria investigadora?
Empecé trabajando en la modelización de la calidad del aire. Sobre todo para poder predecir cuál va a ser la contaminación que va hacer al día siguiente. La Directiva Europea de Calidad del Aire indica que en las zonas urbanas donde hay superación de los niveles debe haber herramientas para predecir esta contaminación. Yo empecé trabajando en este asunto. Para mi posdoctorado cambié a temas más climáticos, siempre relacionados con la calidad del aire. Ahora me interesa que tradicionalmente la contaminación del aire en las ciudades y el clima han sido tratados de forma separada. Se supone que los gases de efecto invernadero afectaban al clima y no afectaban a la contaminación, mientras que los contaminantes atmosféricos típicos de las ciudades afectaban solo a la calidad del aire y no al clima. Últimamente se está demostrando que no, que existe una realimentación, unos feed backs entre la calidad del aire y todo el proceso del cambio climático. Y actualmente esa es mi línea de investigación.
La contaminación acelera el cambio climático, obviamente.
Yo estudio los procesos de retroalimentación que se dan entre la contaminación y el clima. Hasta ahora, el material particulado de la atmósfera no se había considerado y este, depende de dónde se encuentre en la atmósfera, puede calentar o enfriar. Hay otra serie de gases como el ozono troposférico, que sí acelera el cambio climático, tiene un papel positivo. Todos estos procesos de retroalimentación no habían sido tenidos en cuenta en los modelos de predicción climática.
¿A qué instituciones o Administraciones ha trasladado estas conclusiones y para qué han servido?
Estuve trabajando en la NASA y todo este tipo de temas se transmitían a las Administraciones ambientales americanas. En España estamos trabajando en un proyecto para la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y el Ministerio de Medio Ambiente. Queremos generar una base de datos consultable por todos los usuarios. Cuando estuve en el centro de supercomputación de Barcelona, trabajamos con el ministerio y comunidades, a las que transferíamos todos los resultados de la investigación. También hemos trabajado con muchas empresas haciendo estudios de impacto ambiental de muchas instalaciones, incineradoras, centrales de ciclo combinado, etc.
¿Tiene la sensación de que el debate sobre el cambio climático ya no está tan en primera línea?
Toda esta falta de información que sufrimos todos se debe también a que los científicos no hemos sido capaces de transmitir un mensaje sencillo y fácilmente aprehensible por los ciudadanos. El cambio climático está lleno de incertidumbres y precisamente la función del científico climático es ayudar a reducirlas y explicarlas. Ha habido una postura poco crítica respecto al cambio climático por parte de la sociedad. Ha habido quien lo ha aceptado como un dogma de fe y quien lo ha rechazado también como un dogma de fe, sin entrar a entender que es un proceso que la comunidad científica ha demostrado que está en marcha y que no es una cosa de futuro, ya la estamos sufriendo, y los investigadores tenemos que contribuir con nuestra ciencia a reducir esas incertidumbres. Los ciudadanos están un poco desencantados tanto con los científicos como con los políticos porque durante un tiempo el cambio climático se planteó como uno de los grandes problemas ambientales del siglo XXI, pero ni unos ni otros han dado soluciones.
Pero el consenso es amplio.
Hay un consenso científico amplísimo en los temas del cambio climático. Es detectable, es medido y se agravará en escenarios futuros.
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Pedro Jiménez Guerrero. Premio Joven Investigador 2011. "No damos un mensaje claro sobre el cambio climático" - "El plan Bolonia fomenta el esfuerzo del profesor"
Pedro Jiménez y la ingeniera industrial Amelia Barrero reciben mañana los Premios Joven Investigador 2011 en un acto en Madrid. Jiménez, que trabaja en la Universidad de Murcia, es un experto en la relación entre contaminación y cambio climático.
¿En qué ha consistido su trayectoria investigadora?
Empecé trabajando en la modelización de la calidad del aire. Sobre todo para poder predecir cuál va a ser la contaminación que va hacer al día siguiente. La Directiva Europea de Calidad del Aire indica que en las zonas urbanas donde hay superación de los niveles debe haber herramientas para predecir esta contaminación. Yo empecé trabajando en este asunto. Para mi posdoctorado cambié a temas más climáticos, siempre relacionados con la calidad del aire. Ahora me interesa que tradicionalmente la contaminación del aire en las ciudades y el clima han sido tratados de forma separada. Se supone que los gases de efecto invernadero afectaban al clima y no afectaban a la contaminación, mientras que los contaminantes atmosféricos típicos de las ciudades afectaban solo a la calidad del aire y no al clima. Últimamente se está demostrando que no, que existe una realimentación, unos feed backs entre la calidad del aire y todo el proceso del cambio climático. Y actualmente esa es mi línea de investigación.
La contaminación acelera el cambio climático, obviamente.
Yo estudio los procesos de retroalimentación que se dan entre la contaminación y el clima. Hasta ahora, el material particulado de la atmósfera no se había considerado y este, depende de dónde se encuentre en la atmósfera, puede calentar o enfriar. Hay otra serie de gases como el ozono troposférico, que sí acelera el cambio climático, tiene un papel positivo. Todos estos procesos de retroalimentación no habían sido tenidos en cuenta en los modelos de predicción climática.
¿A qué instituciones o Administraciones ha trasladado estas conclusiones y para qué han servido?
Estuve trabajando en la NASA y todo este tipo de temas se transmitían a las Administraciones ambientales americanas. En España estamos trabajando en un proyecto para la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y el Ministerio de Medio Ambiente. Queremos generar una base de datos consultable por todos los usuarios. Cuando estuve en el centro de supercomputación de Barcelona, trabajamos con el ministerio y comunidades, a las que transferíamos todos los resultados de la investigación. También hemos trabajado con muchas empresas haciendo estudios de impacto ambiental de muchas instalaciones, incineradoras, centrales de ciclo combinado, etc.
¿Tiene la sensación de que el debate sobre el cambio climático ya no está tan en primera línea?
Toda esta falta de información que sufrimos todos se debe también a que los científicos no hemos sido capaces de transmitir un mensaje sencillo y fácilmente aprehensible por los ciudadanos. El cambio climático está lleno de incertidumbres y precisamente la función del científico climático es ayudar a reducirlas y explicarlas. Ha habido una postura poco crítica respecto al cambio climático por parte de la sociedad. Ha habido quien lo ha aceptado como un dogma de fe y quien lo ha rechazado también como un dogma de fe, sin entrar a entender que es un proceso que la comunidad científica ha demostrado que está en marcha y que no es una cosa de futuro, ya la estamos sufriendo, y los investigadores tenemos que contribuir con nuestra ciencia a reducir esas incertidumbres. Los ciudadanos están un poco desencantados tanto con los científicos como con los políticos porque durante un tiempo el cambio climático se planteó como uno de los grandes problemas ambientales del siglo XXI, pero ni unos ni otros han dado soluciones.
Pero el consenso es amplio.
Hay un consenso científico amplísimo en los temas del cambio climático. Es detectable, es medido y se agravará en escenarios futuros.
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