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sábado, 8 de septiembre de 2012

El cambio climático se esfuma de las presidenciales de EEUU


Las campañas de demócrata y republicana pasan de puntillas por la lucha contra el calentamiento global

Durante la Convención Nacional Demócrata de 2008, Al Gore tuvo una actuación aclamada ante 75.000 espectadores en Denver, cuando respaldó decididamente a Barack Obama en su lucha contra el cambio climático. Entonces, el ‘oscarizado' por Una verdad incómoda (2006) y Premio Nobel de la Paz (2007), aseguró que Obama llegaría a la Casa Blanca con soluciones para la crisis climática bajo el brazo. Cuatro años después, el cruzado por el medio ambiente ni siquiera ha pisado Charlotte (Carolina del Norte), donde ha tenido lugar la convención demócrata de este año.
Al Gore, decepcionado por el giro que han dado las políticas medio ambientales de Obama en el último año y medio, ha preferido seguir la convención desde Nueva York, al frente de su televisión por cable Current TV. Un modo para expresar su frustración que, sin embargo, no da lugar para apoyar al bando contrario y se muestra temeroso "del futuro de nuestra política medio ambiental" si el republicano Mitt Romney llegara el próximo 6 de noviembre al Salón Oval. En una entrevista en la revista Rolling Stone en junio de 2011, Gore acusaba a Obama de no haber sido capaz de "presentar al pueblo americano la magnitud de la crisis climática", a pesar del comienzo prometedor de su legislatura.
Ahora, en plena campaña presidencial, ambos partidos apenas pasan de puntillas por esta cuestión: por un lado los demócratas, tratando de recuperar el crédito perdido de Obama apoyándose para ello en el carisma del ex presidente Clinton, y por otro, los republicanos que históricamente se han situado más del lado negacionista del calentamiento global del cambio climático. No en vano, a finales del año pasado, el republicano Mitt Romney, cuando aún estaba embarcado en sus primarias, aseguraba que "no sabemos qué está produciendo el cambio climático en este planeta. Y la idea de gastar billones y billones de dólares para tratar de reducir las emisiones de CO2 no es el camino correcto para nosotros".
La economía es lo primero
La visión de los consultores y analistas políticas difiere mucho según su afiliación política. Así, desde el lado republicano, Jim Innocenzi, consultor que en Nebraska llevó a Kay Orr a convertirse en la primera gobernadora republicana, no duda al afirmar que "el votante estadounidense siempre se preocupa en primer lugar de sí mismo". Así, "en un momento en el que hay una elevada tasa de paro, las cuestiones relativas al bolsillo se imponen a cualquier otra, incluso al cambio climático".
A ello se suma, según apunta, la falta de consenso científico sobre el calentamiento global "y las sospechas de fraude acerca de su base científica". Por ello, Innocenzi se remite a las palabras de su candidato Romney al cierre de la Convención Nacional Republicana de Tampa, cuando afirmó que "el presidente Obama prometió frenar la subida de los océanos y sanear el planeta. Mi promesa es ayudarte a ti y a tu familia".
Por su parte, en el lado demócrata, Mark Mellman, hombre clave en las políticas medio ambientales con la Administración Clinton, denuncia que "los republicanos han decidido que el cambio climático no forme parte de su estrategia de oposición al presidente Obama y los demócratas estamos hartos de los ataques del Partido Republicano en materia de legislación climática, como con los impuestos energéticos".
Mellman, haciendo parte de autocrítica, admite estar convencido de que "los estadounidenses quieren que se actúe, que se haga algo en relación al cambio climático, pero querer algo y forzar una acción específica en un sistema político predispuesto a la inacción son dos cosas muy distintas".
Posturas enfrentadas
Hasta el momento, uno de los pocos guiños al cambio climático que ha habido durante las campañas ha venido de las preguntas lanzadas por la iniciativa ciudadana ScienceDebate.org.
Como resultado, dos posturas enfrentadas que buscan contentar a la mayor parte de su electorado. Mientras Obama aseguraba que "el cambio climático es uno de los mayores asuntos de nuestra generación, al que tenemos que hacer frente con políticas inteligentes que nos lleven a un crecimiento mayor de producción de energías limpias", Romney matizaba que, si bien "los políticos deberían considerar el riesgo de consecuencias negativas" que trae el calentamiento global, "no existe consenso científico en el tema, tanto en la extensión del calentamiento, como de la contribución humana al mismo y la gravedad de los riesgos".
Obama, en una postura más defensiva que ofensiva, se remite a su apuesta por las energías limpias mediante su plan de límites de polución del carbón, así como a la reducción de la dependencia del país del petróleo extranjero, situándola a niveles de hace 20 años. El presidente destaca, además, el liderazgo de EEUU en el contexto internacional para llegar a acuerdos globales de reducción de emisiones de CO2.
El candidato republicano, por su parte, critica que Obama tratara de atajar las emisiones del país, "imponiendo grandes costes a la economía estadounidense", haciendo referencia a su malogrado intento de gravar las emisiones como una medida que "habría devastado a la industria del país". Romney es de la opinión que gravar las emisiones de CO2 en EEUU lo único que provocaría es, no sólo dañar a la economía estadounidense sino, además, que sus competidores extranjeros tratarían de buscar ventaja competitiva incrementando sus producciones y con ello, sus propias emisiones, lo que terminaría por no beneficiar al medio ambiente. Su solución pasaría, en cambio, por el crecimiento económico y la innovación tecnológica en, por ejemplo, técnicas de baja emisión contaminante.

FUENTE

Obama pide otros cuatro años para completar el cambio

El presidente de EEUU contrasta su visión con la de los republicanos al cierre de la convención demócrata
Empequeñecido por el traslado de su discurso a un recinto bastante más pequeño que hace cuatro años por la amenaza de tormentas y por un mandato difícil que ha dejado a medio país escéptico, el presidente Barack Obama pidió anoche otros cuatro años para devolverle la pujanza a EEUU y recuperar la promesa del sueño americano. Con un discurso en el que subrayó los contrastes entre sus ideas y las del republicano Mitt Romney, Obama ofreció su visión del futuro y reclamó un esfuerzo compartido.

Obama acepta la candidatura del Partido Demócrata a la Presidencia
"Nuestros problemas podemos solucionarlos", dijo mandando un mensaje de optimismo. "No me elegisteis para deciros lo que queréis escuchar. Me elegisteis para deciros la verdad", aseguró al cierre de la convención demócrata celebrada en Charlotte (Carolina del Norte). "Y la verdad es que nos llevará más que unos pocos años para solucionar los retos que han ido acumulándose a lo largo de las décadas".
Obama subrayó que el país está ante uno de esos cruces trascendentales de la historia reciente, "la elección más clara de la última generación". Y frente a la "noción de que la promesa de esta nación está reservada para unos pocos", ofreció una sociedad de oportunidades para todos. "No creemos que el Gobierno pueda solucionar todos nuestros problemas. Pero tampoco creemos que el Gobierno es la fuente de todos nuestros problemas", apuntó refiriéndose a uno de los axiomas del credo republicano.
DEFENSA DE LA CLASE MEDIA Sin nombrar a Romney por su nombre una sola vez, Obama dedicó a descreditar las políticas republicanas parte del discurso. "Me niego a pedirle a la clase media que renuncie a sus deducciones por la vivienda o a criar a sus hijos solo para pagar otro recorte de impuestos para los millonarios". Y lo hizo dando más espacio de lo habitual a la política exterior y la seguridad, áreas donde más ha brillado su gestión y donde más verdes han demostrado estar Romney y su vicepresidente Paul Ryan. "Puede que no estés listo para la diplomacia con Beijing si eres incapaz de ir a las Olimpiadas sin insultar a nuestro aliado más estrecho", señaló refiriéndose a la desatrosa visita de Romney a Londres durante los Juegos. Apelando a los logros de su mandato, como el rescate al automóvil o la muerte de Osama bin Laden, pidió a la gente que no se deje llevar por el desencanto. "Si compráis la idea de que el cambio no es posible, simplemente no sucederá". OBJETIVOS DE FUTURO Para ser un discurso donde se esperaban propuestas concretas, Obama aportó más objetivos que hojas de ruta. Desde un millón de empleos industriales para el 2016 a la reducción a la mitad de las importaciones de petróleo foráneo o la contratación de 100.000 profesores de ciencias y matemáticas en una década. Nada dijo de la esperada reforma inmigratoria o de medidas para atajar el cambio climático. Seguramente no fue ni el mejor ni el más inspirador de sus discursos, pero sí sirvió para desgranar el dilema que enfrenta el país en noviembre y para insuflar confianza en el futuro. "Nuestros problemas pueden solucionarse. Nuestros retos pueden cumplirse. El camino que os ofrezco puede que sea más duro, pero conduce a un lugar mejor. Os estoy pidiendo que elijáis el futuro". FUENTE

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