Empequeñecido por el traslado de su discurso a un recinto bastante más pequeño que hace cuatro años por la amenaza de tormentas y por un mandato difícil que ha dejado a medio país escéptico, el presidente Barack Obama pidió anoche otros cuatro años para devolverle la pujanza a EEUU y recuperar la promesa del sueño americano. Con un discurso en el que subrayó los contrastes entre sus ideas y las del republicano Mitt Romney, Obama ofreció su visión del futuro y reclamó un esfuerzo compartido.
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"Nuestros problemas podemos solucionarlos", dijo mandando un mensaje de optimismo. "No me elegisteis para deciros lo que queréis escuchar. Me elegisteis para deciros la verdad", aseguró al cierre de la convención demócrata celebrada en Charlotte (Carolina del Norte). "Y la verdad es que nos llevará más que unos pocos años para solucionar los retos que han ido acumulándose a lo largo de las décadas".
Obama subrayó que el país está ante uno de esos cruces trascendentales de la historia reciente, "la elección más clara de la última generación". Y frente a la "noción de que la promesa de esta nación está reservada para unos pocos", ofreció una sociedad de oportunidades para todos. "No creemos que el Gobierno pueda solucionar todos nuestros problemas. Pero tampoco creemos que el Gobierno es la fuente de todos nuestros problemas", apuntó refiriéndose a uno de los axiomas del credo republicano.
DEFENSA DE LA CLASE MEDIA
Sin nombrar a Romney por su nombre una sola vez, Obama dedicó a descreditar las políticas republicanas parte del discurso. "Me niego a pedirle a la clase media que renuncie a sus deducciones por la vivienda o a criar a sus hijos solo para pagar otro recorte de impuestos para los millonarios". Y lo hizo dando más espacio de lo habitual a la política exterior y la seguridad, áreas donde más ha brillado su gestión y donde más verdes han demostrado estar Romney y su vicepresidente Paul Ryan.
"Puede que no estés listo para la diplomacia con Beijing si eres incapaz de ir a las Olimpiadas sin insultar a nuestro aliado más estrecho", señaló refiriéndose a la desatrosa visita de Romney a Londres durante los Juegos. Apelando a los logros de su mandato, como el rescate al automóvil o la muerte de Osama bin Laden, pidió a la gente que no se deje llevar por el desencanto. "Si compráis la idea de que el cambio no es posible, simplemente no sucederá".
OBJETIVOS DE FUTURO
Para ser un discurso donde se esperaban propuestas concretas, Obama aportó más objetivos que hojas de ruta. Desde un millón de empleos industriales para el 2016 a la reducción a la mitad de las importaciones de petróleo foráneo o la contratación de 100.000 profesores de ciencias y matemáticas en una década. Nada dijo de la esperada reforma inmigratoria o de medidas para atajar el cambio climático.
Seguramente no fue ni el mejor ni el más inspirador de sus discursos, pero sí sirvió para desgranar el dilema que enfrenta el país en noviembre y para insuflar confianza en el futuro. "Nuestros problemas pueden solucionarse. Nuestros retos pueden cumplirse. El camino que os ofrezco puede que sea más duro, pero conduce a un lugar mejor. Os estoy pidiendo que elijáis el futuro".
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