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jueves, 9 de agosto de 2012

El cambio climático alarga la hibernación de las ardillas



Londres, 9 ago.- El cambio climático ha provocado que la nieve de Canadá se derrita más tarde de lo habitual, lo que a su vez ha alargado en diez días el período de hibernación de las ardillas, según un estudio publicado por la revista científica "Nature".

El cambio climático ha provocado que la nieve de Canadá se derrita más tarde de lo habitual, lo que a su vez ha alargado en diez días el período de hibernación de las ardillas, según un estudio publicado por la revista científica "Nature". En la foto de archivo, un ejemplar de ardilla en un jardín de Hamburgo (Alemania).

La investigación, llevada a cabo por un grupo de biólogos de la Universidad escocesa de Edimburgo, se centró en la población de ardillas salvajes colombinas (Urocitellus columbianus) de Alberta (oeste de Canadá), que normalmente hibernan durante ocho o nueve meses en las Montañas Rocosas de Norteamérica.

Según Jeffrey Lane, autor principal del estudio, las hembras despertaban de su hibernación medio día más tarde por cada uno de los veinte años que abarca el estudio.

Esta prolongación del período de hibernación podría estar implicada en el descenso en los últimos veinte años del número de ejemplares de estas ardillas, al no contar con suficiente grasa para resistir tanto tiempo.

Cambio climático
Normalmente, la mayoría de las alteraciones causadas por el cambio climático están relacionadas con un alza en las temperaturas, en cambio, en esta ocasión, se debe a las tormentas de nieve fuera de temporada.

El calendario de hibernación, en particular el día que termina, se considera de vital importancia para el bienestar de estos mamíferos, explicó Lane.
Los resultados del estudio demuestran que no sólo un aumento de temperaturas provoca una respuesta del organismo al cambio climático, según los investigadores.

Ver

martes, 7 de agosto de 2012

Humala: cambio en educación también es disciplina [Video]

JUNÍN- Tras respaldar el proyecto de Ley de Reforma Magisterial, el presidente, Ollanta Humala señaló que el cambio en la educación no solamente es para resolver el problema de los maestros, sino para poner disciplina y evitar los excesos. “La educación es más que los maestros, la educación es nuestros hijos y tenemos que velar para que nuestros hijos tengan valores y eso no solo se genera en el colegio sino en la familia”, dijo el mandatario durante la ceremonia por el 188° Aniversario de la batalla de Junín, que se realizó en la Pampa de Junín. “El cambio en la educación no solamente es para resolver el problema de los maestros, con el cual estamos comprometidos para unificarlos, darles un sueldo digno y darles un carrera que les permita aspirar a seguir avanzando sino también para poner disciplina y evitar los excesos”, dijo. Asimismo sostuvo que la “educación es fundamental”, por lo que “hoy hemos trazado la tarea de hacer una reforma de la educación, dentro del plan que ofrecí y que constituye un paso para la revolución educativa”. Fuente 

Veranos "locos" y cambio climático



Para Hansen, la probabilidad de temperaturas extremas es cada vez mayor.

Los veranos de calor extremo que se han visto recientemente en distintos puntos del planeta se deben probablemente al calentamiento global, según un nuevo estudio de científicos de la NASA.
La sequía del año pasado en Texas y Oklahoma, las temperaturas extremas en Moscú en 2010 y la ola de calor en Francia en 2003 pueden ser atribuidas al cambio climático, aseguró el climatólogo James Hansen, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA. Hansen es uno de los científicos más prominentes que ha advertido durante años sobre el impacto del cambio climático.
"Tengo una confesión que hacer, fui demasiado optimista. Mis proyecciones sobre el aumento de temperatura global han demostrado ser verdaderas. Pero fallé en prever la rapidez"
James Hansen, NASA

Debido a una columna escrita por Hansen el fin de semana en el Washington Post, datos del estudio fueron divulgados antes de su publicación prevista para esta semana en la revista de la Academia de Ciencias de EE.UU.,Proceedings of the National Academy of Sciences, PNAS.
En su columna titulada "El cambio climático está aquí y es peor de lo que pensábamos", el científico señala que cuando testificó ante el Senado en el verano inusual de 1988, pintó "un panorama oscuro sobre las consecuencias del aumento contínuo de temperatura impulsado por el uso de combustibles fósiles". Hansen asegura ahora: "Tengo una confesión que hacer, fui demasiado optimista", agregando "mis proyecciones sobre el aumento de temperatura global han demostrado ser verdaderas. Pero fallé en prever la rapidez".
"Extremadamente calientes"

La variabilidad climática natural puede ser tan amplia que ha sido difícil establecer un vínculo causal entre fenómenos extremos y el calentamiento global. La conexión entre ambos fenómenos es tema de intensa controversia.

Las recientes olas de calor están vinculadas causalmente al cambio climático, según el estudio.
Hansen afirma que el nuevo análisis estadístico que realizó con sus colegas muestra claramente la existencia de un vínculo.
Los investigadores de la NASA analizaron la temperatura promedio (media aritmética obtenida dividiendo la suma total entre el número de sumandos) en verano desde 1951 y mostraron que en décadas recientes aumentó la probabilidad de lo que definen como veranos "calientes", "muy calientes" y "extremadamente calientes".
Los veranos extremadamente calientes, definidos por una temperatura promedio experimentada en menos del 1% de la superficie en tierra (no sobre el mar) en el planeta entre 1951 y 1980, se han vuelto más frecuentes.
Desde 2006, cerca del 10% de la superficie en tierra en el Hemisferio Norte ha experimentado estas temperaturas extremas cada verano.
Hansen se mostró profundamente preocupado, apuntando "la necesidad de que el público aprecie el significado del calentamiento global debido a la acción humana".
"Nuestro análisis muestra que no es suficiente (...) repetir la advertencia de que ningún evento climático individual puede relacionarse directamente con el cambio climático. Al contrario, nuestro análisis muestra que, debido al clima extremadamente caliente del pasado reciente, prácticamente no hay otra explicación distinta al cambio climático", señaló Hansen.
"Es poco probable que las acciones para reducir las emisiones de gases de invernadero logren los resultados necesarios mientras el público no reconozca que el cambio climático causado por la acción humana está teniendo lugar y perciba además que tendrá consecuencias inaceptables si no se toman acciones efectivas para desacelerar este proceso".

Reacciones
Richard Black, corresponsal de medio ambiente de la BBC, señala que el estudio de Hansen ha recibido reacciones mixtas entre los investigadores.

La temperatura global sobre tierra aumentó 0,9 grados en los últimos 50 años.Foto: NASA/SPL
Andrew Weaver, de la Universidad Victoria, en Canadá, dijo que era un "trabajo excelente" que requiere una pregunta con un planteo diferente al elegido por Hansen y sus colegas.
"Decir, ¿se debe esto al cambio climático? es elegir la pregunta equivocada. Lo que podemos decir es ¿cuán probable es que esto hubiera ocurrido en la ausencia del calentamiento global? Es tan extraordinariamente improbable que la causa tiene que ser el calentamiento global", dijo Weaver.
Mules Allen, profesor de la Universidad de Oxford, dijo que el estudio concuerda en líneas generales con análisis previos, pero señala que la interpretación "va más allá de lo que muchos científicos aceptarían sin problemas".
El mes pasado, el climatólogo Richard Muller, director del Proyecto Tierra de Berkeley y anteriormente uno de los principales escépticos del cambio climático, declaró públicamente que estaba equivocado.
Muller señaló que "los seres humanos son la causa casi completa del cambio climático" y dio a conocer nuevos datos según los cuales se registró un aumento de 1,5 grados centígrados en los últimos 250 años en la temperatura promedio en el medio terrestre (los registros son diferentes sobre el mar). El documento reitera la conclusión de trabajos anteriores según los cuales la temperatura en el medio terrestre aumentó 0,9 grados sólo en los últimos 50 años.
Sin embargo, no todos los integrantes del Proyecto Berkeley concuerdan con Muller. Judith Curry, del Instituto de Tecnología de Georgia, Georgia Institute of Technology, no quiso ser incluida entre los autores del nuevo estudio.
Los estudios del Proyecto Berkeley aún no han sido divulgados en revistas científicas con revisión por pares, un proceso comúnmente usado en el mundo académico para certificar investigaciones.
Fuente

sábado, 4 de agosto de 2012

Psicología de masas: Edward Bernays y la ingeniería del consentimiento


Edward Bernays y la ingeniería del consentimiento


Tres rostros de Bernays

En el pabellón de infames, el sobrino norteamericano de Freud guarda uno de los espacios preferentes. Y son muy pocos los individuos que podrían disputarle este privilegiado lugar.
Aplicando las convicciones de su tío el vienés, inventó la profesión de relaciones públicas, convencido de que podía hacerse que la gente se comportara de forma irracional si se enlazaban los productos (y las políticas) con sus emociones y deseos.

La compra del producto (o la elección del candidato) no debería apelar a motivos racionales, sino a las emociones inconscientes.


Trabajando para las más importantes transnacionales y holdings como la American Fruit Company o el holding tabaquero estadounidense, a lo largo de su dilatada vida se dedicó a modelar la opinión pública para su propio beneficio y el de sus socios, ya que según sus propias palabras: “...Con el sufragio universal y la escolarizació n universal (...), al final incluso hasta la burguesía ha tenido miedo de la gente del pueblo. Pues las masas se prometían llegar a ser el rey” y “la propaganda procura al liderazgo un mecanismo «para moldear el pensamiento de las masas» de tal modo que «encaucen su recién ganada fuerza en la dirección deseada»“

De este modo promovió el anticomunismo, derrocó democracias, capitalizó el feminismo con fines comerciales, y todo con un único fin: construir una utopía capitalista en la que el individuo convertido en consumidor viviera una ilusión de ciudadanía en una falsa democracia dirigida por una elite de industriales y banqueros.

Un dato curioso: el crack del 29 hizo de este personaje —que ya era alguien influyente—, adjudicatario de una de las más grandes fortunas de los EEUU de América y por ello del mundo entero.

Para saber más de este personaje, recomendamos ver el documental The century of the self, donde podrá además leerse algunas de las más sonadas y notorias infamias de este sobrino de Freud.

La crisis abierta a finales de los sesenta con el desencanto con el capitalismo de consumo, llevará a un replanteamiento de las estrategias de marketing que buscarán mediante los estudios cuantitativos y cualitativos de la población, dirigir los mensajes emocionales hacia la diferenciació n y tipificación de los consumidores en modelos de vida.

La primera meta fue persuadir a las mujeres para que fumasen rompiendo los tabúes que había en aquel momento (por encargo del presidente de la Corporación Americana del Tabaco). Uno de los escasos psicoanalistas en EEUU le explicaría que el cigarrillo era un símbolo fálico, del poder masculino; con lo que si pudiera encontrar una forma de relacionar el cigarrillo con un reto a ese poder masculino, las mujeres fumarían (y, bueno, tendrían sus penes, esas cosas del universo freudiano).



En una multitudinaria marcha anual en Nueva York, Bernays persuadió a un grupo de mujeres jóvenes, debutantes en la marcha, para que entraran en ésta y ante una señal encendieran cigarrillos; mientras tanto, había informado a la prensa de que se preparaba una protesta en la que un grupo de mujeres pretendía encender sus “antorchas de la libertad”, que sería el término en el que se centraría todo el montaje. El mensaje sería que cualquiera que apoyase este tipo de igualdad, lo haría encendiendo sus propias “antorchas de la libertad” (y qué hay más americano que eso...). Desde entonces, las ventas de cigarrillos a mujeres empezarían a ascender, haciendo del fumar un acto aceptable para las mujeres, a través de este acto simbólico.

Esto fascinó a las corporaciones norteamericanas preocupadas porque en una economía en la que se fabricaban los bienes “necesarios” y se vendían como "necesidades" , podría llegar un momento en el que teniendo suficientes cosas la gente dejara de comprar.
Así, lo que debían transformar era la forma del público de concebir los productos; de una cultura de la “necesidad” a una cultura del “deseo”.
Buscando estas motivaciones de la mente humana al servicio del producto, la popularidad de Edward Bernays entre la Norteamérica corporativa se dispararía.

La imaginación de Bernays, sin embargo, no se detendría ante esto.
El siguiente paso sería crear la visión utópica de lo que las corporaciones podrían traer a EEUU si se les dejara.
La “expo” de 1939 se llevaría a cabo en Nueva York, con Bernays como asesor central, haciendo el eje de la campaña el enlace necesario entre la democracia y los negocios.
El edificio en la exposición de EEUU sería una enorme maqueta del “futuro” de EEUU, construido por la General Motors.
Todo el objetivo se centraría en convencer a la gente de que no podía haber verdadera democracia sin ese capitalismo capaz de todo. Esta exitosa propaganda utópica en la que los negocios respondían a los deseos de la gente de una forma en que los políticos nunca podrían, fue el preámbulo de los actuales tiempos... no que la gente estuviera al cargo, sino que sus deseos lo estarían; no ciudadanos, sino consumidores.

Bernays, que por aquel entonces trabajaba para grandes corporaciones y políticos, incluyendo al presidente Eisenhower, sugirió que no se debía reducir el miedo al comunismo de la gente, sino que había que alimentar y manipular ese miedo; pero de tal forma, que se convirtiera en un arma en aquella histórica Guerra Fría.

Uno de los principales clientes de Bernays era la United Fruit Company, con plantaciones en Guatemala, que había controlado el país a través de dictaduras; el modelo de lo que hoy conocemos como “república bananera”. Sin embargo, en 1950 un gobierno democráticamente elegido había prometido acabar con el control de la United Fruit Company, anunciando en 1953 la expropiación de las tierras inutilizadas de la compañía. Para librarse del gobierno guatemalteco, la United Fruit Company recurrió a Bernays. El resto ya es historia.
Extracto del artículo “Las puertas de la percepción: Porqué los norteamericanos creen casi cualquier cosa. Tim O’Shea”

La mayoría de los asuntos del saber popular son implantados científicamente en la conciencia pública mediante mil avisos publicitarios por día. Para ahorrar tiempo, conviene proporcionar un poco de antecedentes históricos sobre el manejo de la información en este país. Una vez que se ilustren los principios básicos de cómo surgió históricamente nuestro sistema actual de control mediático, el lector podrá ser más capaz de cuestionar cualquier noticia del día.

Si todo el mundo cree algo, probablemente sea falso. Llamamos a esto "saber popular". En “Confíe en nosotros, somos expertos” (2001), los autores Stauber y Rampton organizaron y ordenaron evidencia convincente describiendo la ciencia de la creación de la opinión pública en los Estados Unidos. Hallaron el origen de la influencia pública moderna a principios del siglo pasado, destacando el trabajo de personas como Edward L. Bernays, el padre de la manipulación mediática.

De su propia e increíble crónica “Propaganda” (1928), descubrimos cómo Edward L. Bernays tomó las ideas de su famoso tío Sigmund Freud, y las aplicó a la naciente ciencia de la persuasión de masas. La única diferencia fue que en lugar de usar estos principios para descubrir temas ocultos en el inconsciente humano, como lo hace la psicología freudiana, Bernays usó estas mismas ideas para disfrazar agendas y para crear ilusiones que engañan y distorsionan las cosas, con fines exclusivamente de marketing y para apuntalar el sistema capitalista.

El padre de la manipulación

Bernays dominó la industria de las relaciones públicas hasta la década del ‘40, y fue una fuerza importante durante los siguientes cuarenta años (Tye). Durante todo ese tiempo, aceptó cientos de tareas distintas para crear una percepción pública sobre cierta idea o producto. Algunos ejemplos: como un neófito con el Comité de Información Pública, uno de los primeros encargos de Bernays fue ayudar a venderle la Primera Guerra Mundial al público norteamericano, con la idea de “hacer que el mundo sea seguro para la democracia” (Ewen). Hemos visto esa frase en cada guerra y participación bélica de los EEUU desde entonces.

Algunos años más tarde, Bernays preparó un truco publicitario para popularizar la noción de que las mujeres fumaran cigarrillos.
Al organizar el desfile de Pascuas de 1929 en New York, Bernays se mostró como alguien con quien contar. Organizó la Brigada de las Antorchas de la Libertad , en la que las sufragantes marcharon en el desfile fumando cigarrillos como un símbolo de la liberación femenina. Después de ese evento, las mujeres se han sentido seguras destruyendo sus propios pulmones en público, de la misma forma que siempre lo han hecho los hombres.

Bernays popularizó la idea del tocino en el desayuno. No era alguien que rechazara un desafío. Estableció la relación entre la industria tabacalera y la Asociación Médica Norteamericana, relación que duró casi 50 años. Les demostraron a todos que los cigarrillos eran beneficiosos para la salud. Simplemente mire los avisos de números viejos de Life, Look, o Time de los '40 y '50 del siglo XX pasado, en los que los médicos recomiendan tal o cual marca de cigarrillos para tener una digestión sana o lo que sea.
Durante las siguientes décadas, Bernays y sus colegas desarrollaron los principios a través de los cuales se podía influir y convencer a las personas mediante mensajes que se repiten una y otra vez, cientos de veces por semana. Cuando el poder económico de los medios se volvió evidente, otros países del mundo se apresuraron a seguir nuestro ejemplo. Pero Bernays siguió siendo el modelo a seguir. Josef Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, estudió de cerca los principios de Edward Bernays cuando estaba desarrollando la popular lógica que utilizaría para convencer a los alemanes de que para purificar su raza tenían que matar a 6 millones de los impuros. (Stauber)

Humo y espejos

El trabajo de Bernays era reformular un asunto; crear una imagen deseada que haría que un producto o concepto pareciera favorable. Nunca se vio a sí mismo como un maestro del engaño, sino más bien como un benéfico servidor de la humanidad, quien brindaba un servicio valioso a ésta, a los EEUU y al capitalismo. Bernays describía al público como “un rebaño que necesitaba ser guiado”. Y esta mentalidad de rebaño hace que la gente sea “susceptible al liderazgo”. Bernays nunca se desvió de su axioma fundamental: “controlar a las masas sin que lo sepan”. Las mejores RRPP suceden cuando las personas no saben que están siendo manipuladas.

Así describe Stauber la lógica de Bernays:

“La ciencia de la manipulación de la opinión pública era necesaria para superar el caos y el conflicto en una sociedad democrática.” («Confíe en nosotros, somos expertos», pág. 42)

Estos primeros manipuladores de masas se presentaban como realizando un servicio moral para la humanidad en general. La democracia era demasiado buena para la gente; necesitaban que les dijeran qué pensar, porque eran incapaces de pensar racionalmente por sí solos. Aquí va un párrafo del libro de Bernays, “Propaganda”:

“Aquellos que manipulan el mecanismo oculto de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder que gobierna nuestra país. Somos gobernados, nuestras mentes moldeadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas mayormente por hombres de los que nunca hemos oído hablar. Esto es un resultado lógico de la manera en que está organizada nuestra sociedad democrática. Grandes números de seres humanos deben cooperar de esta forma si quieren vivir juntos como una sociedad que funcione con fluidez. En casi cualquier acto de nuestras vidas, sea en la esfera de la política o de los negocios, o en nuestra conducta social o en nuestro pensamiento ético, estamos dominados por un número relativamente pequeño de personas que entienden los procesos mentales y los patrones sociales de las masas. Son ellos quienes manejan los hilos que controlan la opinión pública”.

Aquí viene el dinero

Una vez vislumbradas las posibilidades de aplicar psicología freudiana en los medios masivos, Bernays se encontró pronto con más clientes corporativos de los que podía atender. Las corporaciones globales estaban muy interesadas en agradar a los nuevos Hacedores de Imagen. Había docenas de bienes y servicios e ideas para vender a un público susceptible. A lo largo de los años, estos jugadores han tenido el dinero para hacer realidad sus imágenes. Algunos ejemplos:

* Philip Morris.
* Pfizer.
* Union Carbide.
* Allstate.
* Monsanto.
* Eli Lilly.
* La industria del tabaco.
* Ciba Geigy.
* La industria del plomo.
* Coors.
* DuPont.
* Shell Oil.
* Chlorox.
* Standard Oil.
* Procter & Gamble.
* Boeing.
* Dow Chemical.
* General Motors.
* Goodyear.
* General Mills.

Los jugadores

Han surgido docenas de firmas de relaciones públicas para responder a la demanda de manipulación mediática de masas. Entre ellas:

* Burson-Marsteller.
* Edelman.
* Hill & Knowlton.
* Kamer-Singer.
* Ketchum.
* Mongovin, Biscoe, and Duchin.
* BSMG.
* Ruder-Finn.

Aunque son famosas dentro de la industria de las RRPP, muchos de estos nombres siquiera los conocemos, y por buenos motivos. Las mejores RRPP son aquellas de las que nadie se da cuenta. Durante décadas han creado las opiniones con las que fuimos criados la mayoría de nosotros, sobre casi cualquier tema que tiene el más remoto valor comercial, incluyendo:

* Medicamentos farmacéuticos.
* Vacunas.
* La medicina como profesión.
* La medicina alternativa.
* El flúor en el agua potable.
* El cloro.
* Los productos de limpieza para el hogar.
* El tabaco.
* La dioxina.
* El calentamiento global.
* La gasolina con plomo.
* La investigación y el tratamiento del cáncer.
* La contaminación de los océanos.
* Los bosques y la madera.
* Imágenes de famosos, incluido el control del daño.
* Manejo de las crisis y desastres.
* Alimentos genéticamente modificados.
* Aspartame (producto parecido al nutrasweet).
* Aditivos en los alimentos.
* Amalgamas dentales.

Lección Nº 1

Bernays aprendió pronto que la manera más efectiva de crear credibilidad para un producto o imagen era mediante el apoyo de un “tercero independiente” . Por ejemplo, si General Motors dijera que el calentamiento global es un fraude creado por unos activistas ecologistas liberales, la gente sospecharía de los motivos de GM, porque la fortuna de esta empresa está basada en vender automóviles. Sin embargo, si un instituto de investigación independiente con un nombre muy creíble como ser la Coalición del Clima Global emitiera un informe científico que dice que el calentamiento global es realmente una ficción, la gente empezaría a confundirse y a tener dudas sobre el tema original.

Así que eso es exactamente lo que hizo Bernays. Con una política inspirada genialmente, creó “más institutos y fundaciones que Rockefeller y Carnegie juntos” (Stauber, pág. 45). Financiados silenciosamente por las industrias cuyos productos estaban siendo evaluados, estas agencias “independientes” de investigación elaborarían estudios “científicos” y material de prensa para crear cualquier imagen que los jefes quisieran. Tales grupos tienen nombres muy resonantes, como ser:

* Fundación de Investigación sobre la Temperatura.
* Consejo Internacional de Información Alimentaria.
* Alerta al Consumidor.
* Coalición para el Avance de la Ciencia Confiable.
* Fundación para la Higiene del Aire.
* Federación de Salud Industrial.
* Instituto Manhattan.
* Centro de Calidad de Frutas y Verduras.
* Consejo de Investigación del Instituto del Tabaco.
* Instituto Cato.
* Consejo Norteamericano de Ciencia y Salud.
* Coalición Global Climática.
* Alianza para Alimentos Mejores.

Suenan bastante legítimos, ¿no es así?

Comunicados de prensa enlatados

Como Stauber explica, estas organizaciones y cientos de otras similares son grupos cuya única misión es promover la imagen de las corporaciones globales que los financian, como los mencionados más arriba. Esto se logra en parte con una interminable cantidad de “comunicados de prensa”, anunciando investigaciones “innovadoras”, en cada estación de radio y diario del país (Robbins). Muchos de estos informes enlatados se leen como noticias, y de hecho son moldeados para que parezcan tales. Esto le ahorra a los periodistas el tener que investigar los temas, especialmente cuando se trata en temas sobre los que saben muy poco o nada, pero les permite sostener su importancia personal a la vez que justifican un sueldo y una profesión. Secciones enteras del comunicado o en el caso de noticias de televisión, del clip, pueden ser tomadas intactas, sin edición, a los que se les agrega el nombre del periodista o del diario o de la estación de TV que lo haya referido o levantado y ¡voilà!: noticias instantáneas para "copiar y pegar"; escritas por firmas de RRPP corporativas. ¿Sucede esto realmente? Sucede cada día, desde que en la década del ‘20 Ivy Lee creó el concepto del "comunicado de prensa" (Stauber, página 22). A veces hasta la mitad de las noticias que aparecen en un número del Wall St. Journal están basadas solamente en tales comunicados de prensa de RRPP (ibid 22). Este tipo de historias están mezcladas con historias investigadas legítimamente. A menos que haya hecho la investigación usted mismo, no hay forma de saber cuál es cuál, distinguir lo falso de lo verdadero. Así que cuando vemos que se cita una nueva “investigación” , deberíamos siempre sospechar primero que la fuente es otro grupo financiado por una industria. Un signo común son las frases tales como “avance importante” o "mejor calidad de vida".

Características de la buena propaganda

A medida que evolucionó la ciencia del control de masas, las firmas de RRPP desarrollaron más lineamientos para ser copiados efectivamente. Estas son algunas de las joyas:

* Deshumanice al participante atacado etiquetándolo e insultándolo.
* Utilice brillantes generalidades usando palabras emocionalmente positivas.
* Cuando oculte algo, no se exprese de manera simple; ándese con rodeos para ganar tiempo; distraiga.
* Obtenga apoyo de famosos, iglesias, deportistas, personas de la calle, "cualquiera que no sea experto en el tema del que se está hablando".
* El engaño de la “gente común”: nosotros los multimillonarios somos iguales que usted.
* Cuando minimice la infamia, no diga nada memorable.
* Cuando minimice la infamia, señale los beneficios de lo que acaba de suceder.
* Cuando minimice la infamia, evite temas morales.

Guarde esta lista. Empiece a buscar estas técnicas. No es difícil: mire el diario de hoy o el noticiero de la noche. Obsérvelos: ¡estos tipos sí que saben lo que hacen!
FUENTE

jueves, 2 de agosto de 2012

Cómo la Carta Magna se convirtió en Minor Carta


Escrito por: Noam Chomsky
Profesor emérito del Departamento de Lingüística y Filosofía del MIT


En unas cuantas generaciones llegaremos al milenario de la Carta Magna, uno de los grandes acontecimientos en el establecimiento de los derechos civiles y humanos.

No está del todo claro que vaya a celebrarse, a llorarse o a ignorarse. Y eso debería ser objeto de inmediata y grave preocupación. Lo que hagamos o dejemos de hacer hoy determinará el tipo de mundo que salude ese acontecimiento. No es una perspectiva atractiva si persisten las actuales tendencias, y no es la menor de ellas que la gran carta se esté haciendo trizas ante nuestros ojos. .

La primera edición académica de la Carta Magna la publicó el eminente jurista William Blackstone. No fue tarea fácil. No había disponible ningún texto bueno. Tal como escribió, "el cuerpo de la carta se lo comieron, por desgracia, las ratas", un comentario que comporta hoy un sombrío simbolismo, ante la tarea que las ratas dejaron inacabada.



La edición de Blackstone comprende en realidad dos cartas, que tienen por título la Carta Grande y la Carta del Bosque.

La primera, la Carta de las Libertades, se reconoce de modo generalizado como cimiento de los derechos fundamentales de los pueblos de habla inglesa, o tal como dijera de modo más expansivo Winston Churchill, "la carta de cualquier hombre que se respetara en cualquier tiempo y lugar". Churchill se refería concretamente a la reafirmación de la Carta por parte del Parlamento en la Petición de Derecho, que imploraba al Rey Carlos [I] que reconociera que es la ley la soberana, no el Rey. Carlos se avino a ello por breve tiempo, pero pronto violó su juramento, dejando lista la escena para una mortífera guerra civil.
Tras un amargo conflicto entre el Rey y el Parlamento, se restauró el poder de la realeza en la persona de Carlos II. En la derrota, no se olvidó la Carta Magna. Uno de los dirigentes del Parlamento, Henry Vane, fue decapitado. Trató de leer una alocución en el patíbulo, pero la ahogaron las fanfarrias para garantizar que tan escandalosas palabras no llegaran a oídos de las multitudes que vitoreaban. Su grave delito había consistido en redactar una petición denominando al pueblo "origen de todo poder justo" en la sociedad civil, no al Rey ni siquiera a Dios. Era esa la postura por la que abogó contundentemente Roger Williams, fundador de la primera sociedad libre en lo que hoy es el estado de Rhode Island. Sus heréticas opiniones influyeron en Milton y Locke, aunque Williams fue mucho más lejos, fundando la doctrina moderna de separación de la Iglesia y el Estado, todavía bastante recusada en las democracias liberales.

Como suele ser el caso, la aparente derrota llevó sin embargo adelante la lucha por la libertad y los derechos. Poco después de la ejecución de Vane, el rey Carlos otorgó una Carta Real a las plantaciones de Rhode Island, declarando que "la forma de gobierno es democrática", y además que el gobierno podía proclamar la libertad de conciencia para papistas, ateos, judíos, turcos, hasta para los cuáqueros, una de las sectas más temidas y maltratadas de todas las que hicieron su aparición en aquellos turbulentos días. Todo esto resultaba asombroso en el clima de la época.

Pocos años más tarde, la Carta de Libertades se vio enriquecida por la Ley de Habeas Corpus de 1679, que tenía formalmente como título "Ley para mejor asegurar la libertad del súbdito y para evitar la prisión en ultramar". La Constitución norteamericana, que toma prestado de la common law inglesa, afirma que "no se suspenderá la declaración de habeas corpus" salvo en caso de rebelión o invasión. En una decisión unánime, el Tribunal Supremo de los EE.UU. sostuvo que los derechos garantizados por esta Ley fueron "[c]onsiderados por los Fundadores [de la República Norteamericana] como la más alta salvaguarda de la libertad". Todas estas palabras deberían hoy en día tener resonancia.

La Segunda Carta y los comunes

La significación de la carta que la acompañaba, la Carta del Bosque, no es menos honda y acaso sea hoy incluso más relevante, tal como ha explorado en detalle Peter Linebaugh en su estimulante historia, ricamente documentada, de la Carta Magna y su posterior trayectoria.


La Carta del Bosque exigía la protección de los bienes comunales de
poderes exteriores. Los bienes comunales eran fuente de sustento de la población general: su combustible, sus alimentos, sus materiales de construcción, todo lo que era esencial para la vida. El bosque no era la selva primitiva. Había sido cuidadosamente desarrollado a lo largo de las generaciones, mantenido en común, con sus riquezas a disposición de todos, y preservado para las futuras generaciones: prácticas que se encuentran hoy primordialmente en sociedades tradicionales que se hallan amenazadas a lo largo y ancho del mundo.


La Carta del Bosque imponía límites a la privatización. Los mitos de Robin Hood captan la esencia de sus preocupaciones (y no resulta en nada sorprendente que la popular serie televisiva de los años 50, Las aventuras de Robin Hood, fuera anónimamente escrita por guionistas de Hollywood represaliados en la lista negra por sus convicciones de izquierda). Ya para el siglo XVII, con todo, esta Carta había caído víctima del ascenso de la economía mercantil y las prácticas y la moralidad capitalistas.

Perdida para los bienes comunales la protección del cuidado y uso cooperativos, los derechos de la gente del común se vieron restringidos a lo que no podía privatizarse, una categoría que continúa menguando hasta su práctica invisibilidad. En Bolivia, el intento de privatizar el agua se vio finalmente derrotado por un levantamiento que llevó al poder por vez primera en su historia a la mayoría indígena. El Banco Mundial acaba de dictaminar que la multinacional minera Pacific Rim puede proceder con su demanda contra el Salvador por tratar de preservar tierras y comunidades de una minería de oro enormemente destructiva. Las restricciones de orden medioambiental amenazan con privar a la empresa de futuros beneficios, delito que debe castigarse de acuerdo con las reglas que el régimen de derechos del inversor ha etiquetado mal como "libre comercio". Y esto no es más que una minúscula muestra de las luchas en curso en buena parte del mundo, algunas de las cuales entrañan una extrema violencia, como en el Congo Oriental, donde han muerto millones de personas en años recientes para asegurar un amplio suministro de minerales para los teléfonos móviles y otros usos, y por supuesto amplios beneficios.

El ascenso de las prácticas y la moralidad capitalistas aportó una radical revisión de cómo se trataban los bienes comunales, y también de cómo se conciben. La vision hoy predominante la reproduce el influyente argumento de Garrett Hardin de que "la libertad en los bienes comunales termina por arruinarnos a todos": lo que no tiene propiedad será destruido por la avaricia individual.

Su equivalente internacional se cifraba en el concepto de terra nullius, empleado para justificar la expulsión de las poblaciones indígenas en las sociedades coloniales de pobladores de la Angloesfera, o su "exterminio", tal como describieron los padres fundadores de la república norteamericana lo que estaban haciendo, a veces con remordimientos, una vez llevado a cabo. De acuerdo con tan útil doctrina, los indios no tenían derechos de propiedad, puesto que no eran más que nómadas en una agreste naturaleza virgen. Y los colonos que trabajaban duro podían crear valor allí donde no lo había dando un uso comercial a esa misma naturaleza virgen

En realidad, los colonos eran más listos y hubo elaborados procedimientos de adquisición y ratificación por parte de la corona y el parlamento, posteriormente anulados por la fuerza cuando esas malvadas criaturas se resistieron a su exterminio.
La doctrina se le atribuye a menudo a John Locke, pero eso es dudoso. Como administrador colonial, entendió lo que estaba sucediendo y no hay base en sus escritos para atribuírselo, tal como han demostrado los especialistas académicos contemporáneos de forma convincente, y en especial la obra del especialista australiano Paul Corcoran (fue, de hecho, en Australia, donde esta doctrina se aplicó con mayor brutalidad).

Las sombrías previsiones de la tragedia de los bienes comunales no han quedado sin desafiar.

La difunta Elinor Olstrom fue galardonada en 2009 con el Premio Nobel de Economía por trabajos que demostraban la superioridad de la gestión de pesquerías, pastos, bosques, lagos, y cuencas de aguas subterráneas por parte de sus usuarios.

Pero la doctrina tiene fuerza si aceptamos su premisa no declarada:
que los seres humanos están ciegamente impulsados por lo que los trabajadores norteamericanos, al inicio de la revolución industrial, llamaron con amargura
"el Nuevo Espíritu de la Época, hazte rico y olvídate de todo salvo de ti mismo".

Al igual que los campesinos y trabajadores ingleses antes que ellos, los trabajadores norteamericanos denunciaron este Nuevo Espíritu que se les imponía, juzgándolo degradante y destructivo, un ataque a la misma naturaleza de los hombres y mujeres libres.
Y acentúo el caso de las mujeres; entre las más activas y elocuentes en su condena de la destrucción de los derechos y dignidad de las gentes libres por parte del sistema industrial capitalista estaban las "chicas de las fábricas", jóvenes procedentes de granjas. También ellas se vieron abocadas a un régimen de trabajo asalariado supervisado y controlado, que se consideraba en la época distinto del cautiverio sólo en que era temporal. Esa posición se consideraba tan natural que se convirtió en lema del partido Republicano, una bandera bajo la que portaron las armas los trabajadores del Norte durante la Guerra Civil norteamericana.

Controlar el deseo de democracia

Eso sucedió hace 150 años; en Inglaterra, antes. Se han dedicado ingentes esfuerzos a inculcar el Nuevo Espíritu de la Época. Hay sectores de primera importancia que se concentran en la tarea: las relaciones públicas, la publicidad, la mercadotecnia en general, todos los cuales suponen una parte muy importante del Producto Interior Bruto. Se dedican a lo que el gran economista político denomino "fabricación de necesidades". En el mundo de los mismos dirigentes empresariales, la tarea consiste en dirigir a la gente a "las cosas superficiales" de la vida, como "el consumo a la moda". De esa forma puede atomizarse a la gente, buscando solo la ganancia personal, desviándola de peligrosos esfuerzos por pensar por si mismas y poner la autoridad en tela de juicio.

El proceso por el que se moldea la opinión, las actitudes y las percepciones lo denominó "ingeniería del consentimiento" uno de los fundadores de la moderna industria de relaciones públicas, Edward Bernays. Bernays fue un respetado progresista de Wilson-Roosevelt-Kennedy, muy del estilo de su contemporáneo, el periodista Walter Lippmann, el más destacado intelectual público del siglo XX en Norteamérica, que alababa "la fabricación del consentimiento" como "nuevo arte" en la práctica de la democracia.

Ambos entendieron que al público hay que "ponerlo en su lugar", marginado y controlado, por su propio interés, por supuesto. Era demasiado "estúpido e ignorante" para permitirle que gestionara sus propios asuntos. La tarea debía recaer en la "minoría inteligente", a la que ha de protegerse del "atropello y los rugidos de[l] perplejo rebaño", los "intrusos entrometidos e ignorantes", la "multitud de granujas", tal como los denominaban sus predecesores del siglo XVII. El papel de la población general consistía en hacer de "espectadores", no de "participantes en acción", en una sociedad democrática que funcione como es debido.

Y a los espectadores no se les debe dejar que vean demasiado. El presidente Obama ha establecido nuevos baremos para salvaguardar este principio. De hecho, ha castigado a más denunciantes de tropelías que todos los demás presidentes anteriores, un verdadero logro para una administración que llegó al gobierno prometiendo transparencia. WikiLeaks no es más que el caso más célebre, con la cooperación de los británicos.

Entre las muchas cuestiones que no son asunto de la perpleja manada está la política exterior. Cualquiera que haya estudiado documentos secretos habrá descubierto que en buena medida su clasificación estaba destinada a proteger a funcionarios públicos del examen de la opinión pública. En el plano nacional, la chusma no debería escuchar el consejo que dan los tribunales a las grandes empresas: que deberían dedicar algunos esfuerzos que sean bien visibles a las buenas obras, no vaya a ser que un "público despierto" descubra los enormes beneficios que les proporciona un estado niñera. De modo más general, el público norteamericano no debería enterarse de que "las medidas políticas del Estado son abrumadoramente regresivas, con lo que refuerzan y extienden la desigualdad social", aunque se diseñen de forma que lleven a "que la gente piense que el gobierno ayuda solamente a los pobres que no se lo merecen, permitiendo que los políticos movilicen y exploten la retórica y los valores antigubernamentales aun cuando continúan canalizando apoyo a sus electores mejor situados"…cito de la principal revista del sistema establecido, Foreign Affairs, no de ningún periodicucho radical.

Con el tiempo, conforme las sociedades se volvían más libres y el recurso de la violencia del Estado más constreñido, el impulso de idear sofisticados métodos de control de las actitudes y la opinión no ha hecho más que crecer. Es natural que la inmensa industria de relaciones públicas se haya creado en las sociedades más libres, los Estados unidos y Gran Bretaña. La primera agencia de propaganda moderna fue hace un siglo el Ministerio de Información británico, que definió de modo secreto su labor en términos de "dirigir el pensamiento de la mayoría del mundo" – primordialmente los intelectuales progresistas norteamericanos, que se habían movilizado para venir en ayuda de Gran Bretaña durante la I Guerra Mundial.

Su homólogo norteamericano, el Comité de Información Pública, lo formó Woodrow Wilson para llevar a una población pacifista al odio violento por todo lo alemán…con notable éxito. La publicidad comercial norteamericana impresionó profundamente a otras personas. Goebbels la admiraba y la adoptó a la propaganda nazi, con muchísimo éxito. Los dirigentes bolcheviques lo intentaron, pero sus esfuerzos fueron torpes e ineficaces.

Una tarea interna primordial ha consistido siempre en "mantener alejado [al público] de nuestros gargantas", tal como describió el ensayista Ralph Waldo Emerson las preocupaciones de los dirigentes políticos a medida que la amenaza de la democracia se iba haciendo más difícil de suprimir a mediados del siglo XIX. Más recientemente, el activismo de la década de 1960 le movió a expresar su inquietud de una "excesiva democracia", y apeló a medidas que impusieran una "mayor moderación" en la democracia.

Una preocupación en particular consistió en introducir mejores controles sobre las instituciones "responsables del adoctrinamiento de los jóvenes": escuelas, universidades, iglesias, de las que se consideraba que estaban fracasando en esa labor esencial. Estoy citando reacciones de un extremo de la izquierda liberal dentro del espectro dominante, los internacionalistas liberales que más tarde nutrieron la administración Carter y sus homólogos de otras sociedades industriales. El ala derecha era mucho más áspera. Una de las muchas manifestaciones de este impulso ha consistido en el brusco aumento de las tasas universitarias, que no se basas en razones económicas, como puede fácilmente demostrarse. El mecanismo, sin embargo, bien que atrapa y controla a los jóvenes mediante la deuda, a menudo lo que les resta de vida, contribuyendo así a un adoctrinamiento más eficaz.

El pueblo de los tres quintos

Por ir un poco más allá con estos temas de importancia, observamos que la destrucción de la Carta del Bosque, y su desaparición de la memoria, está bastante más estrechamente relacionada con los esfuerzos por restringir la promesa de la Carta de Libertades.
El "Nuevo Espíritu de la Época" no puede tolerar la concepción precapitalista del Bosque como como fondo compartido de la comunidad en su conjunto, cuidado de forma comunal para su uso y el de las generaciones futuras, protegido de la privatización, de su transferencia a manos privadas para que sirva a la opulencia, no a las necesidades. Inculcar el Nuevo Espíritu constituye un requisito previo esencial para lograr este fin, así como para impedir que la Carta de Libertades se utilice mal por parte de los ciudadanos para determinar su propio destino.

Las luchas populares por crear una sociedad más libre y justa han topado con la resistencia ofrecida por la violencia y la represión y los esfuerzos masivos por controlar la opinión y las actitudes. Con el tiempo, no obstante, han gozado de éxito considerable, aunque haya un largo camino que recorrer y a menudo encontremos retrocesos. Los hay, en realidad, ahora mismo.

La parte más famosa de la Carta de Libertades es el artículo 39, que declara que "no se castigará en modo alguno a ningún hombre libre" ni "procederemos en su contra o le perseguiremos, salvo mediante el legítimo juicio de sus iguales y por medio de la ley del lugar".

Gracias a muchos años de lucha, el principio ha llegado a sostenerse de forma más amplia. La Constitución norteamericana establece que a ninguna "persona se le prive de vida, libertad, o propiedad, sin el debido proceso legal [y] un juicio rápido y público" por parte de sus iguales. El principio básico se cifra en la "presunción de inocencia" – lo que los historiadores legales describen como "semilla de la libertad angloamericana contemporánea", refiriéndose al Artículo 39; y teniendo en mente al Tribunal de Núremberg, una "variedad especialmente norteamericana de legalismo: castigo únicamente para aquellos cuya culpabilidad se ha demostrado mediante un juicio justo con una serie de protecciones procedimentales", aunque no haya dudas de su culpabilidad por algunos de peores crímenes de la historia.

Por supuesto que los fundadores no tenían la intención de que el término "persona" se aplicase a todas las personas. Los nativos norteamericanos no eran personas. Sus derechos eran prácticamente nulos. Las mujeres eran escasamente personas. Se entendía que las esposas quedaban "cubiertas" por la identidad civil de sus maridos del mismo modo que los niños estaban sujetos a sus padres. Los principios de Blackstone sostenían que "el ser mismo o la existencia legal de la mujer se suspenden durante el matrimonio, o al menos se incorporan o consolidan en el del marido: bajo cuya ala, protección y cobertura ella lleva a cabo cualquier actividad". Las mujeres son, por tanto, propiedad de sus padres y maridos. Estos principios han continuado hasta muy recientes años. Hasta la decisión del Tribunal Supremo de 1975, las mujeres ni siquiera gozaban del derecho legal de formar parte de un jurado.No eran iguales. Hace dos semanas, la oposición republicana bloqueó la Ley de Justicia Salarial [Fairness Paycheck Act] que garantizaba a las mujeres igual salario a igual trabajo. Y va mucho más allá,

Los esclavos, por supuesto, no eran personas. Eran en efecto humanos sólo en tres quintas partes, de acuerdo con la Constitución, para poder así otorgar a sus propietarios mayor poder de voto. La protección de la esclavitud no fue una preocupación menor de los fundadores: fue un factor que condujo a la revolución norteamericana. En 1772, en el caso de Somerset, Lord Mansfield determinó que la esclavitud es tan "odiosa" que no se podía tolerar en Inglaterra, aunque continuase durante muchos años en posesiones británicas. Los propietarios de esclavos norteamericanos vieron claramente lo que se avecinaba de seguir las colonias bajo dominio británico. Y habría que recordar que los estados esclavistas, incluyendo Virginia, disponían del mayor poder e influencia en las colonias. Se puede entender fácilmente la célebre ironía del Doctor Johnson según la cual "oímos los gañidos más chillones de libertad de parte de los propietarios de negros".

Las enmiendas posteriores a la Guerra Civil ampliaron el concepto persona a los afroamericanos, acabando con la esclavitud. Por lo menos, en teoría. Después de cerca de una década de relativa libertad, se reintrodujo una situación semejante a la esclavitud gracias a un pacto Norte-Sur que permitía la efectiva criminalización de la vida de los negros. Un varón negro en la esquina de una calle podía ser detenido por vagabundeo, o por intento de violación si miraba a una mujer blanca del modo equivocado. Y una vez en la cárcel tenía pocas posibilidades de escapar del sistema de "esclavitud con otro nombre", término utilizado por el entonces jefe de redacción del Wall Street Journal, Douglas Blackmon, en un estudio llamativo.

Esta nueva versión de la "peculiar institución" proporcionó buena parte de la base de la revolución industrial norteamericana, con una perfecta mano de obra para la industria del acero y la minería, junto a la producción agrícola en las famosas cuerdas de presos encadenados: dóciles, obedientes, sin huelgas y sin necesidad de que los patronos sustentaran siquiera a sus trabajadores, una mejora de la esclavitud. El sistema duró en buena medida hasta la II Guerra Mundial, cuando se hizo preciso el trabajo libre para la producción bélica.

El auge de la postguerra proporcionó empleos. Un hombre negro podía conseguir trabajo en una fábrica sindicalizada, ganar un salario decente, adquirir una vivienda, y tal vez enviar a sus hijos a la universidad. Eso vino a durar unos veinte años, hasta la década de 1970, cuando la economía volvió a diseñarse de forma radical de acuerdo con los nuevos principios neoliberales dominantes, con el rápido crecimiento de financiarización y la deslocalización de la producción. La población negra, hoy en buena medida superflua, ha vuelto a ser criminalizada.

Hasta la presidencia de Ronald Reagan, el encarcelamiento en los EE. UU. se encontraba dentro de los parámetros de las sociedades industriales. Hoy se encuentra a gran distancia de las demás. Toma como objetivo primordial a los varones negros, y cada vez más a las mujeres negras e hispanas, en buena medida culpables de delitos sin víctimas dentro de las fraudulentas "guerras de las drogas". Entretanto, la riqueza de las familias afroamericanas se ha visto prácticamente borrada por la actual crisis financiera, en no poca medida gracias al comportamiento criminal de las instituciones financieras, con impunidad para sus perpetradores, hoy más ricos que nunca.
Noam Chomsky Si se mira la historia de los afroamericanos desde la llegada de los primeros esclavos hace casi 500 años hasta el presente, sólo han disfrutado de la auténtica condición de personas durante unas pocas décadas. Queda un largo camino para realizar la promesa de la Carta Magna.

Noam Chomsky es profesor emérito del Departamento de Lingüística y Filosofía del MIT. Universalmente reconocido como renovador de la lingüística contemporánea, es el autor vivo más citado, el intelectual público más destacado de nuestro tiempo y una figura política emblemática de la resistencia antiimperialista mundial.

FUENTE

lunes, 30 de julio de 2012

Físico reconoce que causa de cambio climático es humana

Investigaciones arrojan que los gases de efecto invernadero son culpables del calentamiento global.
La actividad solar no influye en cambios de temperatura de superficie terrestre

Sus propias investigaciones han hecho cambiar de postura al físico conocido por su escepticismo en causas humanas del calentamiento global

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (30/JUL/2012).-
Un destacado escéptico estadounidense de las causas humanas del cambio climático, Richard Muller, cambió su postura y dijo que ahora cree que los gases de efecto invernadero son responsables del calentamiento global.

"No me esperaba esto, pero como científico, creo que es mi deber permitir que la evidencia cambie mi opinión", dijo Muller, profesor de física en la Universidad de California en Berkeley, en un comunicado.

Muller integra un equipo de científicos en Berkeley que estudia cómo los cambios de temperatura pueden estar relacionados con la actividad humana, o con fenómenos naturales como la actividad solar y volcánica.

La temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado 1,5 grados Celsius (2,5 grados Fahrenheit) en los últimos 250 años, y "la explicación más sencilla de este calentamiento son las emisiones humanas de gases de efecto invernadero", dijo el equipo en un informe publicado en línea el lunes.

El análisis se remonta a 100 años más que la investigación previa, y toma una postura aún más fuerte que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, que en 2007 dijo que "la mayor parte" del calentamiento de los últimos 50 años se puede atribuir a la actividad humana, y que una mayor actividad solar antes de 1956 podría haber contribuido en parte al calentamiento de la Tierra.

El análisis del equipo de Berkeley dijo que "la contribución de la actividad solar al calentamiento global es insignificante".

Su conclusión, aclaró, no se basa en modelos climáticos, los cuales según los críticos pueden tener errores.

En cambio, se basa "simplemente en la concordancia entre la forma observada en que subió la temperatura y el aumento de gases de efecto invernadero conocido".

La investigación futura tomará en cuenta la temperatura de los océanos, no incluidas en el reciente informe, señaló este grupo de expertos.

En un artículo de opinión en el New York Times este fin de semana, Muller se definió como "un escéptico convertido" y explicó cómo pasó de ser un científico que cuestionaba la "existencia misma del calentamiento global" a uno que apoya a la mayoría de la comunidad científica y cree que el calentamiento atmosférico es "real".

"Ahora voy un paso más allá: los seres humanos son casi totalmente la causa".

El equipo de Berkeley incluye al premio Nobel Saul Perlmutter y a la climatóloga Judith Curry, del Instituto de Tecnología de Georgia (sureste).

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