El cambio climático ha comenzado a afectar a la salud infantil porque afecta a la calidad del aire y a la disponibilidad de alimentos, afirma el director del curso sobre ‘Salud Humana y Cambio Climático Global’ de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), el doctor Aaron Bernstein, quien insta a los Gobiernos a que tomen las medidas pertinentes.
“Los acontecimientos extremos como olas de calor, sequías e inundaciones tienen un efecto muy negativo sobre la salud humana tanto física como psíquica”, explica este experto.
Por este motivo, prosigue, existe tecnologías que ayudan a crear productos que favorecen el medio ambiente. “Los gobiernos deben convencerse del hecho de que ahorrar energía es más barato que cualquier pandemia, epidemia o desastre natural que ocurra y que desgraciadamente, cada vez son más posibles”, precisa.
Este experto ha intervenido en la ‘III jornada sobre salud infantil y medio ambiente’, organizado por la Fundación Roger Torné y celebrado en Madrid, y en la que han participado cerca de 200 personas.
Por su parte, el coordinador del Grupo de Vías Respiratorias de la Asociación Españolade Pediatría de Atención Primaria, el doctor Manual Praena, ha considerado que los profesionales sanitarios deberían orientar a las familias en hábitos saludables y que la población en su conjunto debería exigir a las administraciones públicas cambios legislativos de protección del medio ambiente que ayuden a mejorar la salud de los individuos.
En línea con el experto de la Harvard School, Praena ha reconocido el papel que juegan los factores ambientales a la hora de desarrollar una enfermedad. En este sentido, ha puesto por ejemplo la exposición al humo del tabaco que influye a la hora de desarrollar asma en la niñez. “Son varios los trabajos que asocian la exposición al humo de tabaco en el útero, por el tabaquismo de la madre durante el embarazo o el de la abuela, en aquellos casos en los que no fumaba la embarazada, con la aparición de asma en el hijo o nieto, respectivamente”, ha explicado.
No obstante, el tabaco no es el único factor de riesgo de las patologías respiratorias. “Se ha demostrado que el consumo frecuente de frutas, verduras y pescado se asocia con una prevalencia más baja de asma, mientras que un alto consumo de hamburguesas, desemboca en una mayor prevalencia de la misma”, ha señalado. “La dieta mediterránea presenta un efecto claramente protector para la prevención del asma”, ha apostillado.
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miércoles, 1 de febrero de 2012
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