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lunes, 12 de marzo de 2012

Urgen incluir en agenda nacional: Eduardo Rolón

'El cambio climático ya está, hay que adaptarlo, entre más nos tardemos en hacerlo, más difícil y peor va a ser'
Refirió que esos datos son preliminares como parte de los análisis que se llevan a cabo por Comunidad y Biodiversidad y socios para determinar los efectos de las reservas en la restauración de la pesquería, y ahora en la adaptación al cambio climático

El especialista en Estudios del Medio Ambiente, Eduardo Rolón Sánchez, urgió incluir en la agenda nacional el tema de las afectaciones del cambio climático en mares y costas del país para planear acciones y evitar el empobrecimiento de comunidades que viven de la pesca.
En entrevista destacó que su trabajo, con el que obtuvo el segundo lugar del Premio Nacional de Investigación Social 2011, fue el único que se presentó sobre el tema de medio ambiente.
El texto plantea el establecimiento de un pago de servicios ambientales para fortalecer acciones que ya se hacen de manera voluntaria en comunidades ribereñas dedicadas a las pesquerías.
“El cambio climático ya está, hay que adaptarlo, entre más nos tardemos en hacerlo, más difícil y peor va a ser. Simplemente se debe empezar a tomar las medidas para que los efectos sean menos y los costos, en términos económicos y sociales, no sean drásticos”, destacó.
Reconoció que ya se ven afectaciones negativas en sectores como la pesca y la agricultura, pero también con desastres naturales, y por eso se tienen que atender los problemas antes de que sean peores.
Explicó que el objetivo que se propone en el ensayo es promover la adaptación desde ahora de los efectos que ya provoca el cambio climático a las pesquerías y otras actividades económicas como la ganadería y la agricultura, a fin de evitar el empobrecimiento de esas comunidades.
También, continuó, impulsar acciones de conservación y cuidado de zonas ribereñas, marinas y costeras para que a través del pago de servicios ambientales, como ya se hacen en los bosques, se cuente con recursos económicos para impulsar el desarrollo económico y social y otras actividades como el turismo y la recreación.
Por ello, dijo, es necesario meter más el tema de la afectación del cambio climático en esos sectores económicos y sociales en la agenda nacional de prioridades, y así hacer los estudios para medir y conocer los efectos negativos y tomar decisiones.
“Se debe aprovechar para buscar la adaptación de las actividades económicas como la pesca, agricultura y ganadería y tomar las mejores decisiones para actuar en el rescate, preservación y conservación de nuestros recursos naturales ante el cambio climático”, añadió.
Rolón Sánchez señaló que el cambio climático no es sólo falta de agua, aumento de temperatura, desastres naturales, sino también afectaciones a la parte costera y marina y "eso se tiene que tomar en cuenta", pues la producción de peces y otras especies ha disminuido en forma notable.
Entre las actividades afectadas están las pesquerías, que representan la forma de vida y desarrollo económico de miles de comunidades ribereñas y costeras, que al ver disminuidas sus capacidades de producción están amenazados por la pobreza y desintegración social, aseveró.
Entre las acciones para enfrentar el cambio climático, destacó el trabajo con comunidades costeras en Baja California, a fin de dejar de pescar para permitir el rescate de la captura de abulón.
Informó que las reservas voluntarias establecidas por pescadores ribereños en las Isla Natividad en el Pacífico, han servido para que en los primeros cinco años de su funcionamiento se incremente hasta en cinco veces la producción de larvas de abulón, tanto en éstas como en las áreas adyacentes a las mismas.
Sin embargo, comentó que la afectación fue que se tenía una pesca promedio de 30 toneladas hasta 2006, cuando bajó a 15 toneladas en 2011 al pescarse sólo dos toneladas, por lo que se decidió que este año ya no pescaran abulón.
“Con el cambio climático se ha tenido una mortalidad de abulón de 85 por ciento de la población fuera de las reservas y de 70 por ciento dentro de la reserva. De esta forma, si bien hay una afectación general de la pesquería, las reservas ayudan a reducir la afectación a la especie y que la misma especie pueda sobrevivir”, detalló.
La afectación a las pesquerías, precisó, no se debe sólo por el cambio climático, sino que es un factor más que se suma a la afectación de esta actividad, pues otro punto negativo es la sobreexplotación.
"El cambio climático es otro factor más que se agrega al problema de la sobrepesca y si antes tenían problemas de reducción de captura ahora es más", expuso.
Para apoyar esas acciones voluntarias por parte de las comunidades, comentó que la propuesta es el pago por servicios ambientales en los mares.
“El esquema parte de lo que ya se hace en bosques, que por servicios hidrológicos, por captación y filtración de agua se paga con programas financiados por la Federación y en donde también participan particulares”, mencionó.
"En el mar apenas estamos incursionando, pero ya partimos de un principio, que son acciones voluntarias por parte de las comunidades que manejan sus recursos y están haciendo actividades que benefician no sólo a la pesquería sino a todo el mundo".
Lo que se pretende es que a través de pagos ambientales en los mares y costas de México ayudar a esas comunidades que tienen como principal actividad económica la pesca y se colabore en mantener estos esfuerzos voluntarios.
Lo que se propone es que pudiera haber apoyo gubernamental a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, ya que no existe ningún programa específico o presupuesto para apoyar a estas comunidades, refirió.
En ese apoyo podrían participar el gobierno, vía programas o subsidios; el sector turismo y privado, así como personas interesadas en la biodiversad, lo que se quiere es crear un sistema de ganar ganar, abundó.
"Gana la comunidad al poder adquirir un recurso, pero también pueden tener un ingreso extra que les ayude a mantenerlo, y gana la sociedad y el sector económico, en el sentido que tiene un ecosistema que les provee los servicios ambientales que requieren", resaltó.
El ensayo premiado argumenta que las políticas de cambio climático para adaptación no necesariamente implican grandes inversiones para la creación de infraestructura, sino que tienen que ver mucho con la capacidad de este sector, sin la necesidad de buscar grandes soluciones tecnológicas.
“De lo que hablamos es de un cambio de comportamiento de técnicas de cultivos y pesca, pero también se requiere mejorar el marco legal que permita a las comunidades participar en medidas de adaptación”, agregó.
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