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lunes, 25 de junio de 2012

Rio+20 solo sumó críticas

Cumbre Rio+20: un texto firmado y una ola de críticas


Fue definida como la mayor cumbre en la historia de la ONU, pero parece difícil que sea la más aplaudida: el encuentro Rio+20 sobre desarrollo sostenible concluyó este viernes en Brasil con un texto firmado y una ola de críticas.
El documento final de la cumbre de 191 países en Río de Janeiro abre un camino para definir metas de desarrollo sostenible a fines de 2014, señala un apoyo a la "economía verde" y prevé negociaciones para la proteger la vida marina.
Sin embargo, la falta de plazos y metas tangibles por ejemplo para la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles causó frustración de grupos de la sociedad civil, que hablan de un "fracaso" de la cumbre.

¿Oportunidad perdida?
Río+20 había sido catalogada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, como "una oportunidad en una generación" para lograr progresos en el desarrollo sostenible de la humanidad.
El encuentro convocó a 50 mil participantes 20 años después de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río en 1992, que permitió avances en temas como biodiversidad o lucha contra el cambio climático.
La esperanza era alcanzar una nueva fase de compromisos globales para la protección del medioambiente, reducción de la pobreza y promoción de la igualdad.
Pero tras el cierre de la nueva cumbre, Kit Vaughan, coordinador del área de cambio climático para la organización humanitaria internacional Care, sostuvo que Río+20 representa "20 años perdidos".
"La cosa principal hace 20 años fue la visión de dirección y urgencia de los líderes mundiales", dijo Vaughan a BBC Mundo. "Si miramos lo que sale de Río+20, no hay urgencia (ni) compromisos legalmente vinculantes".
Agregó que esto ocurre a pesar de que los avances de la ciencia permiten conocer mejor los problemas y desafíos que enfrenta el planeta.

"Consenso posible"
El jefe de la ONU admitió al comenzar la cumbre el miércoles que el documento final podía ser más "ambicioso" que el ya acordado, aunque luego indicó que la clave será la implementación del texto acordado.
El compromiso se negoció durante meses, pero fue cerrado horas antes de la llegada de cerca de 100 jefes de Estado y gobierno a Río esta semana y se evitó reabrirlo durante la cumbre formal.
Esta estrategia liderada por Brasil buscó alejar el riesgo de que la cumbre culminase sin acuerdo alguno.
Sin embargo, varios activistas han señalado que para eso se sacrificó contenido específico y se terminó con un documento diluido que hace poco más que señalar problemas conocidos como la deforestación o la desertificación.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, asumió este viernes responsabilidad por la construcción del acuerdo que definió como el "consenso posible".
"Es un punto de partida y no de llegada", dijo y señaló que ahora deberá buscarse financiamiento para las metas de desarrollo sostenible.

El problema del dinero
Rousseff indicó que las naciones desarrolladas evitaron compromisos sobre el dinero a aportar para financiar medidas de protección ambiental en naciones en vías de desarrollo.
Negociaciones previas para crear un fondo de US$30 mil millones nunca llegaron a cristalizar.
Muchos creen que la crisis económica en Europa y la proximidad de las elecciones presidenciales en Estados Unidos impidieron alcanzar acuerdos mayores.
Entre las ausencias más significativas de Río+20 estuvieron las del presidente estadounidense, Barack Obama, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, David Cameron.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, declaró al llegar a Río el miércoles que los problemas de la economía mundial afectaron la cumbre de la ONU.
"La crisis económica afecta el objetivo del desarrollo sustentable porque cada país busca proteger sus propios intereses y se olvida un poco de los intereses comunes", dijo Piñera en una entrevista con BBC Mundo.

"Visión común"
Durante la conferencia se lograron diversos compromisos voluntarios entre el sector privado, gobiernos y sociedad civil para promover el desarrollo sostenible por un total de US$513 mil millones.
Pero con el desenlace de Río+20 a la vista, cobró fuerza la pregunta de si este tipo de cumbres con una gama tan amplia de invitados y temas a discutir deben ser el mecanismo clave para lograr avances ambientales o sociales.
Vaughan sostuvo que este marco es necesario para establecer una "ambición global" en los temas.
"Si no tienes esa arquitectura internacional", dijo, "no hay sentido de visión común, de que estamos en esto juntos".


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