Domingo, 16 de Septiembre de 2012 13:26
Por Aurora Despierta
Esto es diferente a todo.
Evitar la derrota del ecologismo.
Unir la lucha por los objetivos IPCC 2020, a la de los trabajadores contra los de la burguesía para 2020, que con su Tratado de Estabilidad (déficit 0% deuda 60%), reducirá la intervención del Estado, también contra el cambio climático
Si el Cambio Climático tiene su origen en la actividad humana, sólo la política puede ponerle límites.
El problema está en quién lo hará. La burguesía, gestora del capitalismo, ya estamos viendo que no, por la actuación de los Estados y gobiernos que representan su dominio social.
El Tratado de Estabilidad de la UE, y su expresión en España, la Ley de Estabilidad, suponen una política económica del Estado con un efectivo desmantelamiento del “Estado de bienestar” que implica la previa derrota de la clase trabajadora por los sacrificios que su implantación suponen. Esa política es además un gravísimo obstáculo a las inversiones, etc., del Estado contra el Cambio Climático vía deuda pública, que va a estar prácticamente prohibida. Si además, quien podría impulsar esa política, la clase trabajadora, por ser la más afectada, como parte mayoritaria de la población, ha sido previamente derrotada ¿De dónde vendrá la lucha contra el calentamiento global y cuál será la fuerza social que la impulse? De ningún lado, ninguna. La derrota de la clase trabajadora y la imposición del Tratado de Estabilidad y de la Ley de Estabilidad son la derrota del ecologismo en la batalla contra el calentamiento global. Esta derrota en Europa, por su lugar e importancia mundial, es la derrota en todo el planeta.
I.- Por qué debemos dar un gran cambio en nuestros criterios y lucha, si de verdad queremos ganar al cambio climático y por la transición energética.
Ecologistas anticapitalistas y ecosocialistas ¡no perdamos el último tren!, está a punto de salir.
¿Por qué presento en este texto un análisis, criterios y método de lucha novedosos y os pido que para leerlo con calma hasta el final, os copies el texto o la dirección URL?
Con la línea imperante actualmente, está condenada al fracaso la lucha contra el Cambio Climático y por una transición energética que no sea a costa de la población trabajadora y en favor de los beneficios del capital.
Los plazos para poder hacer algo efectivo están prontos a su vencimiento (el primero 2020), y aunque hay algunos objetivos finales más o menos claros, las luchas carecen de una estrategia, un rumbo a medio plazo, caen en la dispersión y no consiguen generar un movimiento social de envergadura, sostenido en el tiempo y capaz de triunfar, porque los análisis de la realidad son inadecuados, los árboles no nos dejan ver el bosque, y no somos conscientes de las fuerzas con las que podemos contar.
El fallecido Ramón Fernández Durán hizo una aportación sobre la futura crisis mundial de la década de los 30 de manos de la carestía energética. Pero todavía no se comprende la relación que tiene esa década con la actual ofensiva del gran capital europeo (español incluido) a través del Tratado de Estabilidad y otras armas de abaratamiento y empobrecimiento masivo. Para afrontar en condiciones menos malas el aumento de los costes energéticos, y salvar su ganancia (proveniente de la plusvalía o parte no pagada del trabajo), la burguesía necesita reducir desde ahora los costes (salariales y sociales) que para ella supone el mantenimiento de la clase trabajadora. El Tratado de Estabilidad, con sus objetivos de déficit y deuda a partir de 2020, expresa esa necesidad de disminuir los costes en los gastos sociales (el “Estado de bienestar”).
Para imponerlo, ya que supone una agresión a nuestras condiciones de vida, la burguesía necesita la docilidad de la clase trabajadora, derrotarnos en esta década. Pero esos objetivos de déficit y deuda establecen también unos drásticos límites y recortes a toda intervención social del Estado, que sin duda incluirá la lucha contra el Cambio Climático, lucha que de todos modos será reducida al mínimo en la sociedad civil por la derrota previa de la clase trabajadora.
No vivimos en un mundo que sólo tenga el problema climático y energético, ni estos están desconectados del resto. Son, junto a la actual crisis económica (sobreproducción de mercancías expresada en parte en las burbujas, endeudamiento a gran escala, más y más recortes para la población, etc.) la manifestación más dramática de que la civilización capitalista está en su crisis de decadencia y senilidad.
La estrategia de la burguesía de hacer pagar a los trabajadores/as y capas populares los efectos de una crisis de la que sólo ella es culpable, de derrotarnos, e imponer toda una política económica, que en la Unión Europea será a través del Tratado de Estabilidad, también se llevará por delante los objetivos contra el calentamiento y la transición a unas energías renovables.
Si la burguesía impone el Tratado de Estabilidad de la Unión Europea, habrá derrotado al principal agente social contra el calentamiento global y asentado una política de Estado que privará de recursos a la lucha contra el Cambio Climático y por la transición energética.
[Para conocer en detalle en qué consiste el Tratado de Estabilidad y su hija en España, la Ley de Estabilidad, leed mi texto mencionado al final, también en Kaosenlared].
El tiempo corre a toda velocidad y en nuestra contra. No podemos depositar esperanzas en las Cumbres ni en movimientos sociales incapaces de sacudir las bases del sistema, para obligarle a ceder o arrancarlo de raíz. Sólo tendrá una oportunidad de victoria una estrategia de confluencia en la lucha contra el capitalismo explotador de los humanos y destructor del planeta, que supere la dispersión y dé su protagonismo al único sector social capaz de hacer fracasar la estrategia del gran capital plasmada en el Tratado de Estabilidad de la UE (con sus leyes nacionales), que ataca nuestras condiciones de vida y obstaculiza la lucha contra el Cambio Climático para 2020 y la transición energética. Ese sector social capaz de asumir las reivindicaciones ecologistas y llegar a constituir una imparable fuerza social cuestionando este sistema hasta la raíz, se crea o no, y aparte de cuál sea su situación ahora, no es otro que la clase trabajadora. Agredida por el Pacto del euro, el Pacto de Estabilidad (déficit inferior al 3% y deuda 60%), y la aproximación al horizonte para 2020 del Tratado de Estabilidad y sus derivados nacionales, deberá volver a la escena con fuerza en los años inmediatos so pena de mayores sufrimientos para lo que queda década y la siguiente. Teniendo en cuenta los ritmos que marcan el calentamiento y la transición energética, sabemos que el futuro se decide ahora. Los ecologistas anticapitalistas y ecosocialistas están objetivamente interesados en que el tren proletario se ponga en marcha y en no perderlo si no quieren ver cómo es derrotada para 2020 la lucha contra el calentamiento y la transición energética, y puesta en gravísimo peligro para 2050.
Esto es ecologismo proletario, y presento un análisis teórico y ejes básicos para una campaña de lucha sostenida en principio hasta 2020 con visión hasta la crisis energética de los 30, cuya expresión general, que explicaré, es “2020, déficit 0%: ricos +ricos, trabajadores ko, Cambio Climático 10”.
Llamo a los ecologistas anticapitalistas y ecosocialistas a estudiar, debatir, profundizar y llevar muy lejos esta orientación.
Si te parece de interés, es importante que contribuyas a que no sea ignorado; dalo a conocer a todos los que puedas, personas o grupos: PÁSALO.
¡Superemos la lucha dispersa y sin rumbo!
¡Unamos la lucha contra el Cambio Climático y por la transición energética y contra el Tratado de Estabilidad en un solo haz contra el capitalismo y su crisis histórica de mano de la clase trabajadora europea! ¡Podemos hacerlo si rompemos con las rutinas del pensamiento y la acción imperantes! ¡Contra el calentamiento global, un otoño “caliente”!
II.- Los trabajadores/as debemos asumir, con vistas a 2020, la lucha contra el Cambio Climático.
Se están superando las previsiones de hace sólo muy pocos años sobre el calentamiento global, por lo que los efectos del cambio climático se aceleran. Muchos fenómenos meteorológicos extremos (lluvias torrenciales, sequías, huracanes, tornados, etc.) pueden estar en relación cada vez mayor con el cambio.
El deshielo extraordinario sucedido en Groenlandia entre el 8 y el 12 de julio (1) es, como poco, un recordatorio de lo que tanto se está tendiendo a olvidar a cuenta de la crisis económica y de la prima de riesgo de la deuda pública en Europa.
Hace un tiempo que parece muy lejano (¿dos, tres años?), teníamos bastante presente en los medios de comunicación los estudios, previsiones y recomendaciones del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático) para reducir las emisiones de gases invernadero en dos grandes plazos, para antes 2020 y para antes de 2050.
¿Qué objetivos marca el IPCC? Para que la subida de la temperatura media de la Tierra, con respecto a la era preindustrial (1780), no supere los 2,4º C, debemos conseguir las siguientes reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero:
a) En los países desarrollados, de aquí a 2020, del 25% al 40% en relación al nivel de 1990, y de aquí a 2050, entre el 80 y el 95%;
b) En los países en desarrollo, del 15% al 30%;
c) A escala global, de aquí a 2050, reducción entre el 50% y 85%.
Pero incluso estos objetivos a pesar de ser tan ambiciosos, ya son muy moderados e inadecuados, pues según más recientes investigaciones lo deseable es que la subida de la temperatura media de todo el planeta fuese inferior al 2º C, incluso con un tope del 1,5% (umbral de peligrosidad), cuando desde 1780 ha aumentado cerca del 0,8º C, y en zonas como la Unión Europea ha subido una media de 0,9º C, y en España nada menos que ¡1,5º C! El hecho de que “todavía” estemos en casi el 0,8º C no debe confundirnos, porque el calentamiento es un efecto retardado. La temperatura de ahora no es el resultado de las actuales emisiones, sino de las de hace años, y el efecto de lo emitido ahora se notará en los próximos y no se podrá parar de víspera. Por tanto necesita de medidas tomadas con mucha antelación para que sean efectivas. Sólo con las actuales emisiones ya tendríamos que esperar una subida a 2,4º C. ¡Así que vamos con mucho retraso y muy mal!
III.- La burguesía pasa de hecho del Cambio Climático. Su prioridad para 2020 es imponer la derrota a los trabajadores a cuenta del “déficit 0%” (Tratado de Estabilidad europeo en versión española), desentenderse del calentamiento y restar recursos a la transición energética.
Ahora, en la Unión Europea, lo que se plantean como meta para 2020, es el llamado Pacto Fiscal (oficialmente,Tratado de Estabilidad Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria) firmado el 2 de marzo de 2012 por todos los estados de la UE excepto Gran Bretaña y la República Checa, y ratificado el 21 de junio por el Congreso español con los votos de PP, PSOE, CiU, PNV, UPyD y UPN. Esta es la principal pieza para llegar a su meta, en su hoja de ruta.
Para una explicación extensa de lo que es y significa el Tratado de Estabilidad y la española Ley de Estabilidad, remito a mi texto seleccionado en Kaosenlared mencionado al final de éste.
Aquí sólo expondré lo imprescindible.
Este tratado se aplica en España, a través de la reforma (a nuestras espaldas), por el PSOE en el gobierno y el PP, del artículo 135 de la Constitución (agosto-septiembre 2011), y con la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, del gobierno del PP.
Se establece que progresivamente el Estado debe tomar medidas de reducción del déficit y la deuda pública para que a partir de 2020 el déficit sea el 0% del PIB nacional anual e incluso haya superávit, y que la deuda pública no supere el 60% del PIB anual.
Si se obtienen ingresos superiores a los previstos, no irán a más gastos, sino a reducir la deuda. Sólo en caso de reformas estructurales con efectos presupuestarios a largo plazo podrá el Estado tener un déficit estructural de hasta el 0,4% del PIB. Es decir, algo así como lo que resultaría si aprovechando todo el potencial productivo del país (PIB potencial) tuviésemos un 0,4% de déficit; la cifra resultante (PIB potencial multiplicado por 0,4%) sería la máxima admisible de déficit real. En caso de catástrofe natural, recesión económica o emergencia extraordinaria, según apreciación de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, podría aceptar un déficit ¿Cuánto? Visto el 0,4% y que el Tratado de Estabilidad no permite más del 0,5% estructural, y que el actual Pacto de Estabilidad lo sitúa por debajo del 3% (no estructural), por ahí quedará, pero deberá corregirse rápido.
Sutilezas aparte, esto significa que a partir de 2020, sin apenas déficit, tampoco debiera generarse deuda pública, y habría que esforzarse para lograr superávits y así reducir cada vez más la deuda pendiente.
Como para 2020 podemos estar con un déficit por encima del 100% del PIB anual, como fecha tope, para 2033 no debería superar el 60% del PIB, lo que supondría una reducción media anual de la deuda de 2,86 puntos (100 – 60 = 40 / 14 años = 2,86). Pero esperemos que el PIB no permanezca quieto.
Si hubiese crecimiento del PIB, bajaría la ratio de la deuda (% del PIB), que si no descendiese hasta el 60%, debería acelerarse en su pago (2). No basta con bajar la ratio, sino el volumen de deuda porque la Ley de Estabilidad ordena que ese deba ser el destino de buena parte del crecimiento y no aumentar los gastos sociales aunque se lograse sin provocar déficit (por aumento de ingresos del Estado gracias al crecimiento y política fiscal progresiva). Pues el objetivo de reducir la deuda y el pago de interés, es prioritario a cubrir las necesidades de las personas y evitar los desastres que el capitalismo ocasiona, como el Cambio Climático.
La vocación de este Tratado, y más de la Ley de Estabilidad, es que Europa no vuelva a generar deuda y que de hacerlo, se pague cuanto antes sobre cualquier otro gasto. Por tanto, aunque se acelere la reducción de la deuda no será simplemente por la ratio, sino por su pago efectivo prioritario. Lo que nos perjudica no es tanto la reducción de la ratio (automática por aumento del PIB, o provocada por el pago de deuda), como que eso se hará a costa de no incrementar los gastos sociales e incluso de reducirlos.
Siendo el problema del Cambio Climático tan grave para la Humanidad y el planeta, habiendo fijado el IPCC unos objetivos para antes de 2020 y de 2050, ya es muy revelador que el Tratado y la Ley de Estabilidad, ni siquiera lo mencionen, y menos lo tengan en cuenta a la hora de fijar los objetivos de déficit y deuda que deberían estar subordinados a combatirlo.
Semejante proeza de reducción del déficit y deuda, está claro que no será a costa de expropiar a la burguesía, ni siquiera de aumentar notablemente los impuestos a las grandes empresas y fortunas personales, porque eso atentaría a su tasa de ganancia y privilegios, sino de desmantelar de hecho el “Estado de bienestar”. De imponerse los objetivos del Tratado de Estabilidad y las leyes domésticas que lo aplican, sólo puede significar la derrota de la clase trabajadora, en sus condiciones de existencia, en su estado de ánimo y capacidad de resistencia.
Los principales empeños de la burguesía para 2020 son hundir los gastos sociales y la derrota proletaria, y no la lucha contra el Cambio Climático. Un Estado sólo puede emitir deuda pública, endeudarse, cuando tiene déficit, es decir, cuando las vías ordinarias (impuestos) son insuficientes para cubrir los gastos. Pero si noquieren que contraiga nuevas deudas, no podrá tener déficit. El empeño será tener un superávit con pocos impuestos a la burguesía y todo lo que pueda a la clase trabajadora y sectores populares, que no podrá ser mucho, porque la burguesía privada querrá apropiarse directamente lo más posible del trabajo no pagado con bajos salarios. Así difícilmente dispondrá el Estado de recursos con los que impulsar infraestructuras, investigación, subvenciones, etc., que sirvan contra el calentamiento global y la transición a tecnologías renovables que exigen enormes inversiones. Si ya con el Plan de Estabilidad (déficit inferior 3%) el gobierno español está pegando hachazos a la I+D ¿qué no, con el déficit 0%? Relegar los objetivos contra el Cambio Climático para 2020 nos llevará a una derrota en la lucha contra ese desastre porque aumentarán aún más las dificultades para cumplir los marcados para antes de 2050. ¿Y cómo podemos esperar que para 2050 se hayan cumplido si seguimos con una maniaca política de nada de nuevo endeudamiento (por eso el déficit 0%), que sería absurda en el caso de empresas y particulares, de toda la economía (grandes inversiones, compras a plazos, créditos para la vivienda, etc.), y por medio tendremos una década de los 30, con crisis de la energía y conflictos entre estados, en la que el cambio climático será la última de sus prioridades? Con el Tratado de Estabilidad por medio, el Estado burgués estará más subordinado que nunca a los intereses del gran capital, aplastando de paso a las fuerzas sociales que pueden llevar la batalla contra el Cambio Climático, cerrándonos el paso a su solución. Desengañémonos. Con la burguesía y su Tratado de Estabilidad, ni para 2020 ni para 2050.
Así que para 2020 ya, la clase trabajadora y sectores no explotadores, tendremos acumuladas dos derrotas: una, por cumplir unos objetivos (déficit y deuda); y dos, por no cumplirlos otros (IPCC para 2020), en buena parte por haber cumplido el primero.
Y la responsabilidad de ambas derrotas la tiene los grandes poderes establecidos, los intereses creados del capital financiero, la gran burguesía europea, a través sobre todo de sus estados y los tratados que por ellos firmados (Tratado de Estabilidad de la UE).
Este año, 2012, concluye el primer período del Protocolo de Kioto y si ya éste era muy deficiente para lograr lo que se necesita, ahora se carece de un compromiso serio para seguir adelante y cumplir los objetivos para antes de 2020 establecidos por el IPCC.
Las sucesivas Cumbres relativas al clima no pasan de ser encuentros de los que sale muy poco útil, salvo algún nuevo modo de que el capital siga haciendo negocio, esta vez con el comercio de las emisiones de carbono.
Los trabajadores/as tenemos en la burguesía a quienes, por una parte pretenden aumentar sus ganancias a costa de rebajar los costes salariales y sociales (enseñanza, sanidad, pensiones, dependencia, etc.) de la clase trabajadora, y por otra a los mismos que, por priorizar esas mismas ganancias, se oponen a los cambios necesarios para contrarrestar al máximo el Cambio Climático ya en marcha.
La lucha contra el calentamiento global, por las condiciones de existencia de las futuras generaciones, forma parte con pleno derecho de la lucha de los trabajadores/as contra el Tratado de Estabilidad de la UE y sus aplicaciones en España (reforma art 135 de la Constitución, Ley de Estabilidad Presupuestaria y Estabilidad Financiera, y otras derivadas), que no sólo nos perjudican ahora, sino que hipotecan el futuro de nuestra descendencia.
Si la burguesía se sale con la suya, el año 2020 será el año que confirme nuestra doble derrota: ante su ofensiva para nuestro abaratamiento sistemático, y ante su irresponsabilidad frente al Cambio Climático. Para impedirlo, debemos cargarnos el Tratado de Estabilidad, porque es la pieza maestra de la estrategia del gran capital europeo. Que no sepan muy bien cómo hacerlo no quiere decir que no sepan a dónde quieren llegar. Nosotros vamos a impedir que lleguen, dificultando su marcha, pero sobre todo atacando su objetivo, desenmascarando su plan estratégico.
¡PSOE y PP, corren a reformar la Constitución para en 2020 el déficit 0% y prioridad a los acreedores, pero en las medidas para 2020 contra el calentamiento global, los más remolones! ¡Ante la amenaza del Cambio Climático provocado por el Capital, su prioridad son los recortes sociales con el Tratado de Estabilidad! ¡Para 2020, los objetivos contra el Cambio Climático, no recortes sociales dramáticos! ¡No más recortes con el Tratado de Estabilidad. Recursos para la enseñanza, contra el Cambio Climático, para la sanidad! ¡Con el Tratado de Estabilidad, condenada al calentamiento global la Humanidad! ¡Tratado de Estabilidad, del Clima, la calamidad!
IV.- Sólo una clase trabajadora que haga fracasar la estrategia de la burguesía de derrotarla para 2020 podrá asumir la lucha contra el calentamiento global por los objetivos del IPCC para esta década.
Si existe una fuerza social capaz de hacer frente a estas estrategias ofensiva y evasiva del gran capital, esa es la clase trabajadora defendiéndose y cuestionando las reglas del juego depredadoras de esta civilización y sus metas a costa nuestra, del planeta y de la extinción de otras especies.
Los ecologistas anticapitalistas deben comprender esto mismo, que la lucha consecuente contra el Cambio Climático sólo puede ser una lucha del lado de la clase trabajadora y logrando que ella asuma ese objetivo, porque el futuro del planeta es su futuro y el de sus descendientes.
El tiempo se nos echa encima. 2020 está a la vuelta de la esquina y la lucha no se decidirá ese año, sino en los previos, cuando deben tomarse las medidas contra las emisiones de gases de efecto invernadero a fin de alcanzar los objetivos del IPCC para 2020. Pero la burguesía se centrará todos esos años en imponer la rebaja del déficit a costa de los gastos sociales y de eludir las inversiones necesarias para la transición energética. Ya ha dicho Rajoy que su objetivo prioritario, y al que lo subordina todo, es la reducción del déficit por debajo del 3% del PIB, cuanto antes.
En tanto, nos presentarán el señuelo del crecimiento. ¿Con la calderilla de los 120.000 millones de euros para toda la eurozona? ¿A base de promover alguna otra burbuja? ¿Pretender volver a una situación idealizada como la generada hasta 2007 que no podía tener otro final que este desastre mundial? ¿Crecer de modo que nos carguemos más el planeta y empobrezcamos a sus habitantes más expoliados? ¿Para terminar en la década de los 30, con un Decrecimiento burgués y “caníbal” que nos esclavizará más y nos llevará a guerras? Su hoja de ruta es: recesión, algo de crecimiento del que apenas podrá aprovecharse la clase trabajadora porque estará derrotada, Decrecimiento (la Mega-Crisis de la década de los 30) y guerras entre tanto y sobre todo al final, y en esto, medrar el gran capital y sus servidores, y condenar al planeta al Cambio Climático.
Si no organizamos una campaña general, capaz de unir a los más amplios sectores populares, pero sobre todo de implicar a la clase trabajadora (directamente, no mediante los sindicatos que no pueden aceptar esta orientación) como parte de sus intereses contra el empeoramiento de sus condiciones de existencia (no para servir al capital con el mercado de las emisiones de carbono, etc.), continuaremos en la dispersión y la falta de rumbo, que sólo puede conducirnos a la derrota.
Si la clase trabajadora es derrotada ya para 2020, lo será a la vez en estos dos frentes (déficit-deuda, calentamiento). Si es incapaz de derrotar la estrategia ofensiva de los recortes y los hachazos, menos podrá poner límites al calentamiento. La derrota entraña un empeoramiento de la relación de fuerzas, desorientación, impotencia, desmoralización y por ello será todavía más difícil luchar por los objetivos que deberían alcanzarse para 2050, teniendo en cuenta que unos trabajadores/as previamente derrotados menos resistirán la nueva ofensiva del gran capital con la crisis del capitalismo global en la década de los 30 que, activada por la crisis energética a raíz del pico o cénit del petróleo, se añadirá a la crisis histórica de su decadencia y senilidad que ya estamos sufriendo.
Por tanto, el ecologismo anticapitalista debe tener como objetivo evitar la derrota de la clase trabajadora en esta lucha prolongada hasta 2020 y que sea capaz de asumir como parte de la lucha por sus condiciones de existencia y contra la agresividad e irresponsabilidad del capital, la lucha contra el calentamiento global y por la transición energética. Los trabajadores/as conscientes reconocemos que la defensa y mejora de nuestras condiciones de existencia y de las generaciones que nos siguen, no pasa sólo por el ámbito laboral y social, sino por el planetario, y que la agresión contra todo ello está plasmada hoy en la estrategia que representa el Tratado de Estabilidad. La derogación del Tratado de Estabilidad debe ser por tanto un objetivo también de los ecologistas anticapitalistas y ecosocialistas.
Desengáñense quienes creen que la solución va a venir de las Cumbres de los estados o de un movimiento social que no tenga su fuerza principal en la clase trabajadora, que pueda salir adelante ante semejante reto con las fuerzas de las “clases medias” (pequeña burguesía). Quien confíe en eso es que ignora la verdadera naturaleza de este sistema social, de su dinámica y evolución en los próximos años, del papel que juegan las clases sociales y su capacidad real de transformación o conservadurismo, de cual es hoy la estrategia de la gran burguesía europea (la española incluida ahí).
Clase trabajadora consciente no es sindicalismo que de hecho sirve de freno, desorientación y división de los trabajadores/as, subordinándolos a los intereses de la burguesía y de su Estado, a la dinámica del capitalismo, y que no tiene ni intención de cuestionar en sí el régimen asalariado del trabajo. Para esos falsos servidores de los trabajadores/as, la orientación que propongo en este texto es, de entrada, inaceptable. ¿Para qué queremos una unidad que no sirve para avanzar sino para atarnos a la estrategia de derrota de la burguesía? No necesitamos una unidad que nos divida y subordine a los derrotistas, entreguistas, saboteadores, desertores, traidores y quintacolumnistas, y nos haga perder un tiempo que ya nos falta.
Si la clase trabajadora europea es derrotada, a lo sumo asistiremos a explosiones sociales de desesperación que nos recordarán a lo sucedido en Londres en agosto de 2011. Pero de ahí no puede surgir un movimiento de lucha contra el calentamiento global y menos triunfante (una reflexión sobre este particular en mi libro“Trabajadores en bancarrota y riesgo de derrota”).
La derrota de la clase trabajadora europea facilitará la derrota de la clase trabajadora en todo el mundo. Con ello debilitará la lucha mundial contra el cambio climático. Evitar esa secuencia de acontecimientos empieza por derribar en Europa el Tratado de Estabilidad. Ver mi artículo “El futuro del mundo se juega en Europa esta década”.
V.- Impulsar el movimiento social contra el calentamiento, de mano del principal, la lucha de los trabajadores contra la crisis, con una campaña española, europea y de impacto mundial“2020, déficit 0%: ricos +ricos, trabajadores ko, Cambio Climático 10”
La lucha contra el Tratado y la Ley de Estabilidad es una lucha contra los recortes sociales y contra los recortes contra el Cambio Climático o la ausencia de medidas contra él por los objetivos del déficit y la deuda con unos criterios burgueses.
Podemos hacer confluir y unir las luchas contra ambas agresiones a nuestras condiciones de vida, si tenemos en cuenta que son la burguesía y el capitalismo los responsables tanto de no afrontar en serio la amenaza cada vez más acusada del Cambio Climático, como de nuestro abaratamiento y empobrecimiento con instrumentos como el Tratado de Estabilidad y sus concreciones nacionales (en España, la reforma del art 135 de la Constitución y la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera).
Hasta aquí he argumentado la relación entre una lucha y otra y las razones para apoyar todos a la clase trabajadora, y eslóganes que lo expresan. Pero necesitamos algo más, que las integre, concentre todo, le dé cuerpo, lo exprese y le otorgue un rumbo con claridad, de modo que no sea como una mano abierta sino como un gran puño que noquee a la burguesía.
Para orientar en el tiempo y en la misma dirección ambas luchas y lograr que confluyan entre la clase trabajadora y los sectores ecologistas anticapitalistas, podemos servirnos de un gran anuncio informativo en la autopista de las luchas que puede decir “2020, déficit 0%: ricos +ricos, trabajadores ko, Cambio Climático 10”
Este puede ser el Marco de una campaña que favorezca una lucha prolongada, sostenible, con un rumbo, unos plazos, una orientación común anticapitalista, que permita que sea la fuerza social de los trabajadores/as la que asuma la lucha contra el Cambio Climático. Si los trabajadores/as nos convertimos en los portadores de ese objetivo, la lucha contra el Cambio Climático habrá conseguido el defensor más grande y poderoso que podía esperar.
A estas alturas del proceso de la crisis económica y del calentamiento global, la dispersión y la falta de rumbo en la lucha nos llevan a la derrota. Debemos ponerle remedio con una campaña como ésta que oriente y unifique, activando a la clase trabajadora. Pero no se trata tanto de disponer de unas consignas y lanzar una campaña, como de dar el primer impulso, estimular los interrogantes, la reflexión, los debates, la elaboración de reivindicaciones, eslóganes, en el seno mismo de la clase trabajadora y sectores populares, reunidos en Asambleas, creando núcleos de acción y elaboración, plataformas unitarias no para dirigir el movimiento, sino para sea capaz de hacerlo desde la base asamblearia, aprendiendo de la experiencia del 15-M y de las luchas asamblearias de los trabajadores/as, sobre todo durante la fase final del franquismo (como en Vitoria en 1976).
Si esta campaña tiene inicialmente este contenido y forma, en el movimiento debería modificarse para alcanzar cotas más elevadas.
¡Demos a los trabajadores/as esta herramienta y nos sorprenderá lo que pueda hacer con ella y con las que consigan elaborar por sí mismos!
La denuncia de la irresponsabilidad general de la burguesía ante el Cambio Climático estimulará también a la lucha contra los recortes, porque los sacrificios por el objetivo 2020 del déficit se verán menos justificados ya que no prometen un mundo mejor, si no que son el preámbulo de un futuro peor dirigido por quienes nos han conducido a esto y pretenden llevarnos a un mundo indeseable; porque es escandaloso recortar en las necesidades de los trabajadores/as por preservar los privilegios de una minoría y perpetuar un sistema social que se centra en acumular trabajo en forma de capital, a costa de los seres humanos, y del planeta como un mero recurso y plaza para su mercado.
Si evitar que la clase trabajadora sea derrota es condición imprescindible para llevar adelante ahora, y sobre todo en el futuro, la lucha contra el calentamiento global, asumir ahora esa lucha también contribuirá a cargar a los trabajadores/as de razones para resistir y vencer a la estrategia de la burguesía para derrotarles antes de 2020 y con el Tratado de Estabilidad.
No sería sólo una campaña en España, sino en todos los países que han firmado el Tratado de Estabilidad. Lo que contribuiría a la unidad de los trabajadores/as europeos y con ellos de amplias capas populares perjudicadas por los recortes y en el futuro por el calentamiento global. En España, la aplicación del Tratado, llega al fundamentalismo del 0%, cuando para el resto de Europa podría ser del 0,5% estructural, pero es sólo cuestión de detalle. Aunque España sea “rescatada” la estrategia de fondo, a largo plazo, sigue dependiendo del Tratado de Estabilidad; tras las improvisaciones y ajustes, esa es su hoja de ruta.
El surgimiento de esta campaña en España y Europa daría un impulso enorme en todo el mundo a la lucha contra el calentamiento global y permitiría ejercer sobre el capital y sus Estados una presión hasta ahora desconocida.
¡Ecologistas anticapitalistas y ecosocialistas, ésta es la gran oportunidad para romper el aislamiento al que quisiera condenaros la burguesía y hacerla recular!
Esa campaña se puede expresar de muchas formas, con muchos objetivos y eslóganes, de los que los siguientes podrían servir de orientación e inspiración de la línea a tomar:
¡Para 2020 la burguesía nos garantiza dos crecimientos: de la pobreza desde ahora y de la temperatura del planeta en el futuro próximo! ¡Futuro dramático, Tratado de Estabilidad, recortes a los trabajadores, sin remedio al Cambio Climático! ¡2020 Déficit 0, Cambio Climático 10! ¡Menos subida del IPC, más medidas del IPCC! ¡Menos subidas del IVA, más oportunidad a la Vida, alto a las agresiones a los trabajadores, alto al Cambio Climático!
¡Tratado de Estabilidad, del Clima, la calamidad! ¡Con la burguesía: liquidación del “Estado de bienestar” y calentamiento global!
VI.- Enlazar la lucha contra el calentamiento global, con el cambio tecnológico y la crisis por el impacto de la carestía energética en la década de los 30.
La campaña contra el cambio climático plantea el problema de la transición tecnológica hacia energías que sean muy bajas o nulas en emisión de gases de efectos invernadero, y renovables.
Esta es una cuestión clave también para afrontar la crisis que sobrevendrá en la década de los 30 por la confluencia de: a) la decadencia histórica del capitalismo (ausencia de suficientes mercados exteriores al sistema capitalista que absorban la sobreproducción de mercancías, y la baja demanda al interior del capitalismo por la necesidad de explotar a los trabajadores/as y pagarles sueldos cada vez más bajos), b) la cola de su crisis actual (un largo y difícil desendeudamiento; y en España, un paro muy elevado), y c) el encarecimiento de la energía por la escasez de los combustibles fósiles (petróleo, gas natural) y una energía renovable todavía cara, que, para mantener los beneficios, si no es compensada por el aumento de la productividad (tendría el problema de un mercado escaso), deberá serlo por una reducción de los costes salariales y sociales de la clase trabajadora.
Ello plantea la necesidad del cuestionamiento del capitalismo por tres motivos relacionados: 1) el Estado burgués, en aplicación del Tratado de Estabilidad, no impulsará la transformación energética, y lo que haga, será a costa de los gastos sociales, porque el déficit y el aumento substancial de las cargas fiscales a la burguesía son para ella inadmisibles; 2) el capitalismo, con mucha dificultad llevará adelante la transición energética dada la enormidad de las inversiones a realizar que obstaculiza el motivo de su existencia, obtener y acumular beneficios a partir del trabajo no pagado, y la presencia de muy poderosos intereses creados con la tecnología fósil; 3) esos beneficios sólo serán posibles si en cierta medida se compensa el encarecimiento de los costes generales (energía, maquinaria, trabajadores…) reduciendo su impacto desde ahora con el recorte(de ahí también la importancia del Tratado de Estabilidad y la derrota de los trabajadores en esta década) de los costes salariales y sociales, de modo que, con una productividad similar (las inversiones crecientes son para costes mayores que no se traducen como en otras ocasiones en mayor productividad), le quede una tasa de beneficio aceptable. Sobre este particular, leed además del libro antes mencionado “Capital, energía y plusvalía” (3).
Por tanto, evitar ese escenario de crisis energética-sistémica, y lograr una gestión de semejante transición tecnológica, sólo es admisible si ese reto lo afronta un sistema social sin sacrificar a la mayoría por los privilegios de una minoría y unas reglas inhumanas que anteponen la acumulación del beneficio monetario a las necesidades de las personas; esto es, si se cuestiona la raíz del capitalismo, el régimen asalariado del trabajo. Y su conclusión, la necesidad del socialismo, de los Estados Socialistas Unidos de Europa.
Si no se hace y la burguesía impone sus “soluciones”, será a costa de una derrota añadida de la clase trabajadora. Dadas las enormes tensiones internacionales que desencadenará esa crisis de los 30, por lo que quede de la energía fósil, por los mercados solventes cada vez más menguados para la producción de mercancías existente, el proceso podría desembocar en una guerra mundial, ya entre europeos, sobre todo si antes o durante la crisis se desintegra la Unión Europea, y de Europa contra otras partes del mundo.
Con el proletariado vencido y sin cohesión, alistado en las filas de la “salvación de la economía nacional”, la “defensa de la patria” o cualquier otro cínico pretexto burgués, imperialista, sanguinario y genocida, con una civilización azotada en su base por la crisis energética impactando en un sistema social incapaz de abordarla de la forma más inteligente y socialmente considerada, y un calentamiento global al que no se habrá sabido hacer frente con suficiente antelación y agravándolo por las catástrofes ecológicas y emisiones de gases de efecto invernadero fruto de los enfrentamientos bélicos, a la Humanidad le quedaría un futuro de decadencia total, si no la desaparición.
Sobre esta perspectiva leed, además de los libros mencionados, el artículo “El futuro del mundo se juega en Europa esta década. Campaña “2020: déficit 0, trabajadores ko, Cambio Climático 10””
¡Las energías renovables al servicio del poder de los trabajadores, o nos sacrificarán por el sobrecoste energético en la crisis de los 30 para su beneficio, se nos echará encima el Cambio Climático y nos conducirán a la guerra por energía, alimentos, agua! ¡Una nueva tecnología ecológica y al servicio de la Humanidad, sólo se impondrá sin el capitalismo y su criterio de rentabilidad! ¡Ante el cambio climático, la transición y crisis energética, la alternativa estratégica: el verdadero poder democrático del socialismo de los trabajadores!
VII.- Rajoy, el negacionista del Cambio Climático, ahora presidente de Gobierno.
¿Os acordáis de cómo hace unos años el señor Rajoy hizo un comentario propio de un ignorante arrogante y reaccionario, mezclando el tiempo y el cambio climático, para quitarle importancia, y luego pretendió excusarse aludiendo a lo que le había explicado un primo suyo? (escribo de memoria)
¿De cómo su mentor Aznar se lucía diciendo tonterías contra el cambio climático y los peligrosos ecologistas subversivos?
Pues este personal político que dio muestras de tanta inteligencia, cultura, lucidez, sensibilidad, es el que hoy está en el Gobierno.
¿Qué se puede esperar de ellos en la lucha de verdad contra el Cambio Climático?
El tiempo que estén en el Gobierno sólo servirá para perjudicarnos y tiempo perdido, peor, de marcha atrás, en la lucha contra el calentamiento global, cuya tarea evaden planteándose como prioridad el objetivo del déficit del Pacto y de la Ley de Estabilidad. No nos merecemos que agoten su legislatura, ni tienen derecho a exigírnoslo. Pero tampoco podemos fiarnos del PSOE que está comprometido con el Pacto y con el Tratado de Estabilidad y no ha dudado en agredirnos estando en el gobierno
¡Váyase señor Rajoy! ¡Que se vayan! ¡Gobierno de la agresión y de la evasión, dimisión!
VIII.- La única esperanza de triunfar es poner a la cabeza a la clase trabajadora. Por un Ecologismo Proletario.
Para que la lucha consecuente contra el Cambio Climático, por la transición energética, contra una crisis de los 30 a costa de la población trabajadora y las guerras, tenga visos de poder triunfar, debe apuntar a esta civilización capitalista, causante, irresponsable en su resolución que, visto lo visto, no está dispuesta a tomar todas las medidas necesarias contra el calentamiento global y la transición energética, pero sigue preparándose para las guerras (4).
La lucha consecuente contra esta civilización sólo la pueden llevar hasta el final los trabajadores/as, porque su raíz no es simplemente el crecimiento, la acumulación del dinero, sino la acumulación de capital, es decir, de trabajo no pagado (plusvalía), a través de la explotación gracias al régimen asalariado del trabajo.
La acumulación de gases de efecto invernadero tiene su causa última en la acumulación del capital, en la producción de mercancías para obtener beneficio, a costa del trabajo de los productores.
Ecologistas, desengañaos.
Sin el protagonismo de la clase trabajadora, sin su victoria sobre la ofensiva del gran capital para derrotarlo para 2020, ya está perdida la lucha contra el Cambio Climático por muchas Cumbres que haya, y por una transición ecológica que no sea la farsa del “capitalismo verde” que no podrá impedir la crisis energética y una crisis mayor del sistema que la actual, ni la proliferación de guerras por los recursos energéticos, mercados, e incluso agua.
¡Ecologista, si tu lucha central no va de mano de los trabajadores, va lista!
¡El salvamento planetario, por el ecologismo proletario! Más eslóganes:
¡De esta crisis, a la de la energía y la del cambio climático. De desastre en desastre gracias al régimen asalariado del trabajo y sobre las espaldas del proletariado!
¡Decimos los trabajadores: para reflotar la nave planetaria, por la borda el capital y la condición proletaria!
¡Inseguridad a los humanos, degradación de la naturaleza, nos trae el capitalismo, con certeza!
¡A cuenta de la “competitividad”, explotación del trabajo, esquilme de la naturaleza!
¡No son sólo los bancos, es todo el sistema. Saqueo del trabajo y de la naturaleza!
¡La burguesía está loca. Quieren que juguemos a la oca. De esta crisis a las de la energía y del cambio climático y pague el trabajador porque le toca!
¡Impongamos nuestras reglas. Sin el régimen del asalariado y a la burguesía tarjeta roja! ¡Capitalistas, si la humanidad tiene futuro, por vosotros no da un duro!
¡El capitalismo tiene los siglos contados. Sea hacia atrás. Ni nosotros ni el planeta podemos permitirnos que pase de 2050!
¡Capital, vampiro para los humanos, cáncer para el planeta!
¡El capitalismo tiene tirón, todavía puede llevarnos al precipicio!
¡El capital promociona a los triunfadores: creadores de desempleo, productores de armas, destructores de la naturaleza!
¡Meritocracia, ideología de una clase parasitaria con los trabajadores y el planeta!
¡El régimen de trabajo asalariado, garantiza destrucción de vida y miseria al proletariado! ¡Sobrevivir con el capitalismo, mantenerse a flote en un bloque de hielo en pleno cambio climático!
NOTAS:
1) Del 8 al 12 de julio de 2012, Groenlandia ha experimentado un deshielo que en vez de afectar como es habitual al 40%, lo ha hecho al 97% de la cubierta superficial de la isla, incluyendo a toda la zona central de la misma, sus partes más altas y frías, prácticamente todo su territorio. La causa inmediata es una cresta de mucho calor estacionada sobre la isla. Un deshielo así se ha venido dando aproximadamente cada 150 años (último 1889). Por ahora tal vez no pueda atribuirse categóricamente al calentamiento global, pero todo hace sospechar que existe una relación dado el dramático deshielo que desde 2007 se viene produciendo en la banquisa (mar de hielo) del Ártico durante el verano, fenómeno, éste sí, nuevo, espectacular, significativo y atribuible al cambio climático, al menos en gran medida. También este año se ha batido en el Ártico la mínima extensión de hielo que se midió en 2007 y con un cierto adelanto en el tiempo (finales de agosto en lugar de primeros de septiembre). No sólo es menor la extensión de hielo, sino el volumen que ocupa pues es cada vez más fino. Si hace sólo unos pocos años se pensaba que el Ártico se quedaría sin hielo en verano (no en invierno) a finales de siglo, y luego hacia 2050, ahora muchos estiman que ocurrirá para 2030, porque el deshielo es un proceso no lineal, que se retroalimenta y acelera y es muy difícil de predecir.
2) Suponiendo, para simplificar, que en 2020 el PIB de España sea todavía de 1billon (1millón de millones), como partiríamos de una deuda del 100% del PIB, sería de 1 billón. Con una tasa de crecimiento del 2,5% anual, en 14 años (2033) llegaría a 1billón 378,51 mil millones. Simplificando, si 1378,51 de PIB equivale a 100, 1000 de deuda equivale a 72,54. Debería bajar 12,54 puntos para llegar a 60%. Para mantener estas cifras, no debiera aumentarse la deuda a causa de la existencia de déficit.
3) La tasa de beneficio, es el resultado de dividir el valor de la parte de la jornada de trabajo no pagada (plusvalía) entre la inversión total (mayor en energía, materias primas, maquinaria, mantenimiento de la fuerza de trabajo). La hipótesis de que el objetivo de la política europea es el de rebajar todo lo posible el coste de la fuerza de trabajo, directo (salarios) e indirecto (gastos sociales del “Estado de bienestar”), y derrotar a los trabajadores/as, con vista también a soportar mejor el incremento de los costes con la crisis energética de los 30, llevándose por delante a buena parte de la burguesía para reducir el endeudamiento, la sobreproducción de mercancías y aumentar la concentración del capital en manos de la gran burguesía, con hegemonía de la alemana, permite dar sentido a una política que de otro modo podría resultar incomprensible, suicida y falta de previsión, lo que se desmiente desde los programas del Pentágono, al pacto de los sindicatos (CCOO y UGT) con la patronal (CEOE y CEPYME) el 25 de enero 2012 (II Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva), supeditando los aumentos salariales a la subida del precio del petróleo (ver páginas 17 y 27 de mi libro “Trabajadores en bancarrota y riesgo de derrota” y escritos posteriores).
4) Como muestra un botón. En septiembre, dando un paso más en su despliegue y escalada militar, los EEUU, con aliados del mar de Arabia, realizarán unas maniobras con dragaminas en la zona del Estrecho de Ormuz como parte de su estrategia de cerco, contención y control de Irán. Ambicionan su petróleo y eliminar el reto que supone para su hegemonía y de Israel en el Oriente Próximo y Medio. A su vez, Irán cuenta con armamento de Rusia y China, que también juegan a favor del régimen Sirio, pieza importante en la partida de unos y otros por el control de una zona de valor estratégico mundial, pues por el estrecho de Ormuz pasa el 18% del crudo que se consume a nivel mundial (El País, 31 julio 2012)
Lector/a: como es imposible en este espacio desarrollar como me gustaría la argumentación,
para no repetirme y que puedas profundizar en los fundamentos de esta orientación, los siguientes artículos y libros, todos seleccionados en Kaosenlared.
“¿Qué son el Tratado y la Ley de Estabilidad? Abaratar, empobrecer y derrotar para 2020. Futura política fiscal” (31/08/2012) seleccionado como Destacado
“Capital, energía y plusvalía. Por un ecologismo proletario. Comentarios a Ramón Fernández Durán. Llamamiento” Libro de 80 páginas (3/09/2011). Comentando también el libro de Daniel Tanuro “El imposible capitalismo verde”.
“[LIBRO] Trabajadores en bancarrota y riesgo de derrota. ¿Cómo evitarlas y fortalecernos? Una guía” 94 páginas. (3/03/2012), seleccionado como “Destacado”.
“El futuro del mundo se juega en Europa esta década. Campaña “2020: déficit 0, trabajadores ko, Cambio Climático 10”” (16/07/2012) seleccionado como “Destacado”.
“La UE del capital. Nueva era, nuevo rumbo. Trabajadores europeos, unidos o derrotados. Nueva estrategia” 22 páginas (14/06/2012) Seleccionado como “Destacado”. Descargando el archivo pdf, tendréis acceso a libros y artículos que vengo publicando en Kaosenlared
“Horizonte 2050: Socialismo o Mega-Crisis. Recuperar nuestra vida y salvar la Tierra. Una propuesta de Marco” 25 páginas (14/05/2011). El Marco como método, entre otras cosas, para establecer campañas.
“HG distinta. No acabar como Grecia y Portugal. Contra la UE del capital y sus gobiernos, el BCE, Pactos y Tratados” (14/09/2012)
“25 de septiembre, rodear el Congreso. Maniobra burguesa y ¿provocación? ¿Peligra la HG del 26-S? La tarea actual” (06/09/2012) seleccionado como Destacado
“Merkel. Mascarón de proa del buque insignia del capital: Tratado de Estabilidad (en España, Ley de Estabilidad)” (03/09/2012) seleccionado como Destacado
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Por Aurora Despierta