¿Cuánto cuesta fracasar en el control del cambio climático?
Una estimación del experto en Economía y Medio Ambiente, Richard Tol, apunta a que sólo las reuniones y encuentros de la Conferencia contra el Cambio Climático de la ONU salen por 770 millones de euros (1.000 millones de dólares) anuales.
La Conferencia de la ONU del Cambio Climático en Doha, que se ha celebrado esta semana (y que ha terminado con un acuerdo de mínimos), ha contado con la presencia, según Tol, de unos 17.000 delegados.
Hay un país que está logrando una reducción espectacular de sus emisiones de gases que provocan el efecto invernadero.
Es el país que para muchos simboliza, sin embargo, el negacionismo de este problema: Estados Unidos.
Según la Agencia Internacional de la Energía (que depende de la OCDE y fue creada en la década de los setenta, en plenos choques del petróleo) las emisiones de este tipo de gases en EEUU han caído un 7,7% desde 2006, "la mayor reducción en cualquier país o región".
Sólo en 2011, lo hicieron en un 1,7%.
¿En Estados Unidos?
¿El país que presuntamente vive bajo la tiranía de las petroleras?
¿El primer país industrializado que se retiró de Kioto (después fue Canadá)?
Y, además, ¿desde 2006?
¿Significa eso que la reducción ya empezó con George W. Bush?
Exacto. Todo eso es cierto.
Y ¿cuál es la razón?
Aunque la debilidad económica tiene algo que ver, hay que tener en cuenta que la reducción empezó en 2007, cuando EEUU estaba más recalentado que el planeta.
De modo que ese argumento no vale.
Otra posible explicacion es que Barack Obama ha endurecido los requisitos de consumo de combustible de los automóviles.
Pero la flota media de coches en EEUU tiene la friolera de 15 años, así que no les ha dado tiempo a poner nada en marcha.
Combustibles fósiles
La clave es la tecnología. No tecnología de ahorro de energía, sino tecnología de producción de energía.
Y de energía producida con combustibles fósiles: gas natural.
A medida que Estados Unidos saca más y más gas no convencional por medio de fracturación hidráulica, ese combustible va sustituyendo al carbón.
De hecho, cuando Mitt Romney hablaba de la guerra al carbón de Obama, estaba mezclando términos. Obama no ha declarado la guerra a nada. Es el gas natural el que está haciendo que en EEUU, por ejemplo, se cierren térmicas de carbón para sustituirlas por centrales de ciclo combinado.
En abril pasado, el gas natural alcanzó por primera vez en la Historia al carbón como combustible principal en las térmicas de EEUU.
En los ocho primeros meses del año, el consumo de gas subió un 27%, y el de carbón cayó un 27%. Hay que tener en cuenta, además, que eso se produce en un país, EEUU, que tiene algunas de las minas de carbón más rentables del mundo (sobre todo en Wyoming) y que, además, tiene yacimientos de ese mineral por todas partes.
El desarrollo del gas natural no convencional tiene también consecuencias en la economía.
Según la AIE, Estados Unidos, China (que ha reducido en un espectacular 15% su consumo de energía por unidad de PIB, aunque sus cifras totales siguen creciendo mucho) y Australia serán los países que lideren el desarrollo de esta fuente de energía.
Eso, a su vez, presenta problemas serios de competitividad para la Unión Europea.
En Europa, con algunas excepciones -como Polonia, que no quiere depender del gas ruso—, el fracking (una técnica para aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo) está teniendo poco éxito.
Hay razones sólidas para ser cauto con el fracking: puede contaminar los acuíferos, provocar terremotos y, encima, generar metano, que provoca más calentamiento de la atmosfera que el CO2 del gas natural. Sin embargo, el precio que estamos pagando es más que notable. Segúneste estudio de CEMEET y ORGALIME (las patronales europeas de la siderurgia y de la ingeniería, respectivamente), los costes energéticos de las industrias europeas son el doble que los de sus competidoras estadounidenses y, si se habla en concreto del gas natural, del triple.
Así, EEUU está logrando desplomar sus costes energéticos y, encima, reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
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