Contaminación lumínicauna asignatura pendiente
- Autores: Fernando Cabrerizo Palomo
- Localización: Revista de ciencias, ISSN-e 2255-5943, Nº. 3 (noviembre), 2013 , págs. 38-42
Como poco podemos hacer para defendernos de ese primer enemigo desde estas líneas, vamos a tratar de conocer un poco mejor a esa contaminación de la que apenas se oye hablar pero que poco a poco nos aparta del cielo estrellado y de la influencia que éste ha tenido a lo largo de la historia de la humanidad.
No deja de resultar paradójico que en la época histórica en la que mejor conocemos el Universo, más complicado resulta observarlo.
Podemos retrotraernos en la historia hasta la revolución industrial, entre los siglos XVIII y XIX, y ponernos en la piel de los habitantes de las cada vez más grandes ciudades, orgullosos de la prosperidad y riqueza de sus fábricas.
La contrapartida es que las ciudades se llenan de humo y vertidos procedentes de los diferentes procesos industriales, pero precisamente la contaminación es una demostración de la prosperidad de la ciudad.
En nuestros días tenemos interiorizado que cuanta más luz, mejor. La luz nos hace sentir seguros aunque no lo estemos, la oscuridad representa lo desconocido y lo desconocido nos da miedo. Y una ciudad cuyas luces se ven desde lejos y que cubren gran parte del horizonte se nos presenta como una ciudad próspera de la que sentirnos orgullosos... al igual que los ciudadanos de la revolución industrial orgullosos de sus ciudades contaminadas de humo.
Podemos viajar a pueblos apartados, en los que apenas viven unas pocas personas, iluminados muy
Revista de Ciencias, 3, 38-42, noviembre 2013
ISSN: 2255-5943
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