Una bicicleta de bambú hecha en Ghana fue uno de los ganadores de una convocatoria realizada por al ONU
Mientras los delegados de 190 países no lograron llegar a acuerdos concluyentes sobre la mitigación del cambio climático en la Cumbre del Clima de Varsovia que concluyó el pasado 19 de noviembre, el mismo escenario le sirvió a la ONU para identificar 17 proyectos ciudadanos que están haciendo una enorme contribución al equilibrio medioambiental. Las iniciativas, provenientes de países como Mozambique, India y Guatemala, fueron premiadas por este organismo internacional.
Uno de los ejemplos más representativos es 'Bamboo Bikes Initiative' (BBI-Iniciativa de Bicicletas de Bambú), un proyecto social y ecológico desarrollado en Ghana que busca reducir las emisiones de carbono producidas por otros medios de transporte, a través de la fabricación de herramientas de movilidad alternativas.-
Los materiales utilizados para la construcción de estas bicicletas son 100% orgánicos, sostenibles, no contaminantes y reciclables. "Las bicicletas convencionales están hechas de materiales como acero, aluminio y titanio. Estos, al igual que las fibras de carbono, requieren altos niveles de energía para ser adecuados al proceso de fabricación”, explica Berenice Dapaah, directora ejecutiva de BBI
“Sin duda alguna, una de las formas más efectivas de reducir la contaminación es pedalear en lugar de usar un vehículo motorizado. Sin embargo, cuando se contempla todo su ciclo de vida, una bicicleta no deja de generar una serie de impactos, desde que se extraen los materiales necesarios para su fabricación hasta que se gestiona como residuo”, agrega Dapaah.
Otra de las ventajas de estas singulares bicicletas es la calidad de amortiguación proporcionada por las propiedades flexibles del bambú. La correcta amortiguación de las vibraciones durante los recorridos facilita el rendimiento físico, reduce la fatiga y, en consecuencia, disminuye la generación de dióxido de carbono por parte los usuarios.
BBI pretende contribuir a la transformación de cuatro realidades: el acelerado cambio climático, la pobreza extrema, la migración rural-urbana y el alto desempleo entre los jóvenes en Ghana rural mediante la creación de oportunidades de empleo y la promoción de habilidades de trabajo en la construcción de bicicletas para la exportación.
“Estamos comprometidos con el comercio justo, la mejoría del nivel de vida de los jóvenes ghaneses y la creación de productos respetuosos del medio ambiente que contribuyan a reducir el cambio climático y a construir entre las nuevas generaciones la conciencia ambiental que los gobiernos de los países desarrollados parecen no tener”, cuenta Dapaah.
Tal como Bamboo Bikes Initiative fueron premiados otros proyectos que promueven la mitigación no solo de la emisión de gases de efecto invernadero, sino también de los impactos producidos por el calentamiento global.
En Gorakhpur, India, por ejemplo, un colectivo de jóvenes ha impulsado un proceso de construcción de viviendas asequibles a prueba de inundaciones. Por su parte, el proyecto BOMA, en el norte de Kenia, ha promovido la creación de pequeños negocios a través de subvenciones y formación empresarial a mujeres afectadas por las sequías, fenómeno que ha acabado con el principal medio de vida en ese país: la ganadería.
La ONU también premió el trabajo de un grupo de mujeres agricultoras guatemaltecas que promueve la plantación de árboles para mejorar las técnicas agrícolas. Así han conseguido prevenir la erosión, mejorar el rendimiento de cosechas y el aumento de la diversidad de los cultivos.
Así mismo, fue premiado el proyecto Low Smoke Stoves (Cocinas que desprenden poco humo), en Sudán, el cual proporciona financiación para reducir las emisiones de gases contaminantes a través de la sustitución de cocinas de madera y de carbón vegetal por otras que son energéticamente eficientes y que, además, resultan benéficas para la salud al prevenir a mujeres y niños de los altos niveles tóxicos de los combustibles fósiles usados anteriormente en sus cocinas.
El pasado mes de septiembre, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU publicó un completo informe sobre la situación actual del calentamiento global y advirtió que los gases de efecto invernadero deben dejar de verterse a la atmósfera antes de que el calentamiento de la tierra sobrepase los dos grados, el umbral que los científicos han identificado como la línea roja a partir de la cual los efectos del cambio climático podrían convertirse en una catástrofe ambiental irreversible
Es por eso que durante la Cumbre del Clima de Varsovia, Teresa Ribera, ex secretaria de Estado para el Cambio Climático en España señaló que si bien las grandes decisiones internacionales y los cambios en los marcos regulatorios nacionales son indispensables, “no podemos esperar a que esto ocurra para actuar”.
“El constante crecimiento de la población en mega ciudades plantea retos impresionantes para sus ciudadanos, muchos de ellos viviendo en condiciones muy precarias”, añade Ribera.
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