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miércoles, 4 de julio de 2012

EE.UU: verano con lo peor del cambio climático

Si uno quisiera imaginar algunos de los peores efectos del calentamiento global, debería prestar atención al clima de las últimas semanas en Estados Unidos, en especial desde que llegó el verano, sugieren algunos científicos.
Incendios fuera de control. Olas de calor insoportables. Devastadoras sequías. Inundaciones provocadas por gigantes diluvios. Y una poderosa y extraña tormenta de viento conocida como "Derecho".

Estas son la clase de condiciones meteorológicas extremas que los científicos predijeron que estarían asociadas al cambio climático, aunque todavía es demasiado pronto para afirmar que, en el caso norteamericano, ésa sea su causa.
Los expertos tampoco están dispuestos a atribuirle al calentamiento global las 3215 temperaturas máximas diarias récord que se registraron durante junio.
Establecer científicamente la conexión entre eventos extremos y el cambio climático conlleva un análisis intensivo, complejas ecuaciones matemáticas, modelos computarizados y mucho tiempo de trabajo.

El clima es variable: las cosas extrañas siempre sucedieron. Y en este caso, se trata de fenómenos locales. No están ocurriendo desastres similares ni en Europa ni en Asia ni en Africa, aunque es cierto que tuvieron sus propios fenómenos climáticos extremos en años recientes. Pero desde 1988 los expertos vienen advirtiendo que el cambio climático podía traer aparejados un aumento de las olas de calor, mayores sequías, más chaparrones repentinos, incendios forestales más extendidos y tormentas más violentas. Precisamente la clase de fenómenos extremos que están ocurriendo ahora en Estados Unidos.
En lo que va del año se incendiaron casi un millón de hectáreas, más de 113 millones de norteamericanos estuvieron en zonas con alerta de calor el viernes pasado, dos terceras partes del país sufren la sequía y, a principios de junio, Minnesota y Florida sufrieron inundaciones a causa de lluvias torrenciales.
"A esto se parece el cambio climático, tanto a nivel regional como individual", dijo Jonathan Overpeck, profesor de Geociencia y Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Arizona. "La mayor temperatura aumenta las probabilidades de peores canículas, sequías, tormentas e incendios. Es precisamente lo que los climatólogos hemos venido advirtiendo", agregó.
Kevin Trenberth, jefe de análisis climático del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas de Colorado, dijo que se trata de condiciones climáticas récord que él predijo que ocurrirían, aunque mucha gente no quiso escucharlo. Para Trenberth, llegó la hora del "yo te avisé".

"Lo que estamos viendo es una ventana hacia cómo es realmente el cambio climático", coincidió Michael Oppenheimer, profesor de Geociencias de la Universidad de Princeton.
Oppenheimer dijo estas palabras el jueves pasado, antes de que la costa este fuera alcanzada por una ola de calor de 40 grados y antes de que una ráfaga de viento continua, inusualmente larga y potente soplara desde Chicago hacia Washington. La tormenta y sus destrozos dejaron un saldo de más de 20 muertos y millones de habitantes sin electricidad. Los expertos dicen que tuvo niveles de energía cinco veces más fuertes que una tormenta eléctrica normal.
Pero se trata de patrones climáticos que no sólo ocurren desde hace algunas semanas. En Estados Unidos, el último invierno y primavera fueron los más calurosos y con menos caída de nieve de los que se tenga registro, un anticipo del clima extremo que nos espera, según los científicos.
Desde el 1° de enero, en Estados Unidos se registraron más de 40.000 temperaturas máximas diarias récord, pero menos de 6000 mínimas récord, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
A lo largo del siglo pasado, en Estados Unidos los récords de máximas y mínimas eran parejos. Este año, la proporción será de 7 máximas récord por cada récord de mínima. Algunos modelos computarizados muestran que hacia mediados del siglo esa proporción podría ser de 20 a 1.
"En el futuro, hay que esperar olas de calor más largas y más intensas de las que experimentamos estos últimos veranos", dijo Derek Arndt, jefe de Monitoreo Climático de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Temperaturas de más de 40 grados, sequías, deshielos adelantados e insectos que salen de su hibernación a devorarse los árboles antes de tiempo son todos factores que se combinan y preparan el escenario de la actual e infrecuente ola de incendios en el oeste del país, según el profesor Steven Running, experto en incendios naturales y profesor de ecosistemas de la Universidad de Montana.
40.000. Son las máximas récord diarias que se registraron en 2012, y menos de 6000 mínimas. La proporción, que antes era de 2 a 1, ahora es de 7 a 1.
1.000.000. Son las hectáreas que se incendiaron en 2012 en Estados Unidos. Sólo esta semana, por lo menos seis estados enfrentaron graves incendios..
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